El Campeonato de España de Doma Vaquera se celebró en la localidad cordobesa de Castro del Río, donde una semana antes tuvo protagonismo la Doma Clásica. El campeonato estuvo organizado por la asociación Córdoba Ecuestre, que dicho sea de paso, fue una organización modélica.
Las instalaciones para los caballos eran muy cómodas, según palabras de los participantes, y la pista muy apta para la práctica de este deporte. Un dato a reseñar es que la pista de calentamiento reunía las mismas condiciones que la pista del concurso, aspecto éste de agradecer, pues los caballos a la hora de salir a la pista no notaban la diferencia. La música que amenizaba la reprise de cada caballo era en directo lo que producía un efecto muy agradable para el espectador. Otro aspecto destacable fue la presentación por megafonía de los caballos y de los jinetes.
La asistencia de público fue masiva durante todo el fin de semana, un público que se mostró muy respetuoso y animó a los participantes en todo momento, no sólo a los jinetes consagrados sino a todos los que tomaron parte en la final del Campeonato. La final tuvo una asistencia masiva y se registró un lleno total en las gradas y los alrededores de la pista.
Los jueces del concurso fueron Gaspar de los Reyes, que actuó como presidente, el sevillano Antonio Palacios, el almeriense Pedro Giménez, el extremeño José Julián Marrón y el castellano-manchego Joaquín Rodríguez Moreno. La actuación de los mismos fue muy regular sin apreciarse gran diferencia entre los mismos.
Paralelo a este concurso se celebró un campeonato de menores, competición que es muy positiva para la disciplina pero que debería ser separada del campeonato absoluto de España, como ocurre en las demás disciplinas hípicas. Además este campeonato condicionó la final del absoluto, pues ocupó la franja horaria de la mañana, relegando la final al horario de la tarde.
Comienza el Campeonato
El desarrollo de la clasificatoria empezó el viernes, siendo la participación de menor nivel que la de la segunda clasificatoria. De esta participación sólo tres jinetes pasaron a la final: el sevillano Joaquín Olivera, a la postre campeón de España, y los jinetes de Arcos de la Frontera (Cádiz) Manuel Rodríguez con ‘Fenicio’ y Francisco Calderón con el tordo ‘Defendido’.
Este primer día la actuación estelar corrió a cargo del coriano Joaquín Olivera, que firmó una actuación memorable, probablemente la mejor del año, en la que el jinete mostró sus credenciales como firme candidato para alzarse con su noveno campeonato de España. Su puesta en escena fue impecable, destacando la doma de la yegua y la técnica de la que hace gala este binomio. El broche de la actuación fueron las paradas a raya, en las que la yegua alcanzó la perfección, siendo muy ovacionado por el público que abarrotaba las gradas la noche del viernes. Como anécdota curiosa reseñar el piropo que le lanzó desde la grada el jinete de Lebrija, José María García Jarana, al que el campeón correspondió lanzándole el sombrero.
Los otros dos jinetes que se clasificaron para la final estuvieron en la línea del resto de los concursos del año mostrando esa regularidad que les han acompañado en todos los concursos que han participado.
Otro jinete reseñable de este primer día fue el castellano-leonés Rodrigo Bernal, que con sólo 14 años y con su caballo ‘Lucero’ quedó clasificado en quinto lugar, vislumbrándose para él un futuro esperanzador y a poco que la suerte y los caballos le ayuden será uno de los habituales en los venideros campeonatos de España.
Las segundas partes sí fueron buenas
La segunda clasificatoria estuvo más reñida que la primera y de ésta fueron siete binomios los que accedieron a la final, teniendo esta segunda clasificatoria mayor nivel que el día anterior, donde la superioridad de los tres jinetes anteriormente mencionado fue muy superior al resto de los participantes. Como jinete destacado de este día fue el umbreteño Rafael Arcos, campeón de España 2004, que con la angloárabe francesa dejó claro que era el único binomio capaz de arrebatarle el campeonato de España a Joaquín Olivera a poco que éste cometiera un error. Hoy en día en condiciones normales es muy difícil arrebatarle los campeonatos en los que participa.
En este primer día quedó eliminada la yegua ‘Enamorada II’ al tener sangre. Esto hizo que la eliminación fuese fulminante. Otro de los caballos destacados fue el árabe de García Jarana ‘Emiratos Árabes’, caballo que por participar en muchos concursos es a veces poco valorado por los jueces. Otro destacado fue el jinete de Medina del Campo, Mariano Pérez Berrocal, que con el tordo de Felipe Morenés ‘Quitasueños’ dio muestras de su alto nivel y de lo bien que viene compitiendo, como nos demostró en su participación en su primera aparición por el sur en el concurso de Dos Hermanas. Su buena actuación lo colocó en una cuarta posición en la final que le daba esperanza para acceder a los puestos que dan lugar a las medallas.
El nuevo reglamento del Campeonato de España no permite acceder a la final a dos caballos montados por el mismo jinete, teniendo que elegir entre uno de ellos. La verdad es que no tuvo que darse esta situación, pues tanto ‘Jocoso’, de Rafael Arcos, como ‘Enamorada II’, de Manuel Rodríguez, no accedieron a la final por distintas circunstancias.
Por fin la final
La final empezó con la participación del vallisoletano Isidoro Pérez González, que con su nueva montura tuvo una actuación muy correcta pero no lo movió de la última plaza con la que accedió a la final. Al caballo se le nota aún que no tiene el nivel de acoplamiento que tenía con su otra montura
El siguiente en salir a la final fue el almonteño Pablo Gómez, que con la yegua castaña ‘Marquesa’ tuvo una actuación más lucida que la del día anterior obteniendo mayor puntuación. Un resbalón de la yegua le pudo costar una caída de la misma que le hubieran restado muchos puntos.
El tordo ‘Yemen’, montado por el cordobés Juan Gómez Urbano, fue otro de los caballos que mejoró en la final su anterior salida a pista.
La actuación del jinete de Arcos, Francisco Calderón, con el tres sangres del hierro del Marqués de Domecq, ‘Defendido’, fue de muy buena ejecución durante la final, lo que le hizo ganar tres puestos en la clasificación. Salió a pista en octavo lugar y quedó clasificado quinto, mejorando en más de cinco puntos su actuación previa a la final de este Campeonato. Muy aplaudidas fueron sus vueltas en las piernas y las paradas a raya.
Una de las sorpresas agradables de este Campeonato y de la temporada ha sido la participación del jinete de la localidad cordobesa de Castro del Río, que rayó a gran altura en la mayoría de los concursos que ha participado, clasificándose en todos en los que ha participado y alzándose con la victoria en el nacional celebrado en la capital cordobesa. Como curiosidad cabe destacar el silencio del público existente cuando el jinete local se encontraba en la pista.
José María García Jarana es de los jinetes que a más concursos acude a lo largo de la temporada y siempre está entre los primeros clasificados, ganando muchos de ellos. Su montura, el árabe alazano ‘Emiratos Árabes’, es de esos caballos que tienen mucha regularidad a lo largo de una temporada. Su doma es muy buena y sin destacar en nada en concreto mantiene un equilibrio en todas sus actuaciones, no quedando relegado casi nunca de los primeros puestos. Es un caballo que estuvo un poco infravalorado en esta final, sobre todo en la clasificatoria. Su participación en la final fue mejor puntuada y de partir de un quinto puesto adelantó un puesto en la final del mismo.
Mariano Pérez Berrocal llegó a esta final como una de las agradables sorpresa de la misma, pues su temporada ha sido muy buena con el tordo ‘Quitasueños’, el caballo hispano-árabe que nos causó una grata impresión en el primer concurso del año: el nacional A de Dos Hermanas.
Su clasificatoria resultó magnífica y quedó en cuarta posición con 232,80 puntos, por delante de jinetes mucho más contrastados que él y con mayor experiencia. Fue esta falta de experiencia en una final lo que condicionó su actuación, pues cuando tenía todo a su favor para quedar clasificado cuarto se le olvidaron dos trabajos, lo que le supuso una puntuación de ocho puntos menos.
Manuel Rodríguez, en su línea
El tercero en ocupar el puesto de honor y así acceder a las medallas fue el gaditano Manuel Rodríguez, que como en otros muchos concursos fue de menos a más manteniendo su privilegiada posición tirando de la experiencia que tiene en estos concursos, pues no en vano ha sido varias veces campeón de España de esta disciplina.
Como curiosidad hay que decir que fue la despedida del castaño ‘Fenicio’ de la competición, por lo que la última vez que lo hemos visto se ha despedido como los grandes: con la medalla de bronce, tanto en el Campeonato de España como en el de Andalucía, y ganador del prestigioso concurso de Jerez de la Frontera.
Rafael Arcos defendió lo suyo
Rafael Arcos defendió su corona obtenida el año pasado en el campeonato celebrado en las Islas Canarias con su yegua ‘Bambi’. Llegó al final de la temporada sin apenas aparecer en concursos. Sólo hizo su aparición en el concurso celebrado en Umbrete, su tierra natal. En la clasificatoria volvió a demostrar su superioridad ante sus rivales. El hecho de que el sorteo lo emparejara en distinto día que al jinete de Coria hacia presagiar el enfrentamiento de estos como el plato fuerte de la final.
Su participación en la final fue excelente y alcanzó mayor nivel que en la previa. Para algunos este día estuvo incluso por delante de Joaquín Olivera, circunstancia que apreciaron los jueces.
Muy vitoreado por el público fue todo su ejercicio y llegó a su cota más alta en las medias vueltas al paso, donde la yegua, apoyada en los posteriores, se eleva muchísimo, quedando suspendida en el aire, circunstancia del agrado del público.
Y, como no, Olivera
Como final de este concurso hablaremos del de siempre, del que ostenta nueve campeonatos de España y un palmarés que resulta ya casi innumerable por lo extenso y lo longevo del mismo. Son ya casi treinta años ganando concursos, con sus numerosas retiradas y apariciones en la disciplina.
Como siempre su actuación fue una nueva demostración tanto de doma como de equitación a la Vaquera. Su técnica es envidiable y la ejecución de los ejercicios es casi perfecta. El primer día demostró en la pista cordobesa porqué es el número uno indiscutible de este deporte. Puso a todo el mundo de acuerdo, su participación en la final no alcanzó este grado de perfección pero la rayó y de nuevo fue considerado por los jueces como el mejor del campeonato. Tuvo por tanto el honor de que el himno nacional sonará en su honor y se colgó la novena medalla de campeón de España.
Este campeonato era un reto para él. El de Coria es mucho jinete y no se arruga ante nadie. Tiró de la casta y sapiencia para acallar las voces discordantes y la polémica que a veces lleva consigo este jinete.
Su dominio de la disciplina fue insultante. Esto le acarrea enemigos deportivos que lo quieren ver relegado de los primeros puestos y que infravaloran sus actuaciones y opinan que goza de un favoritismo ante los jueces. Quizás cuando definitivamente cuelgue las espuelas su actuación será más valorada, y aquellos que piensan que sus campeonatos son producto de la benevolencia de los jueces valorarán en su justa medida lo importante de su carrera y lo que ha significado la misma para la mejora, difusión y perfección de esta bonita disciplina que un día fue trasladada del campo andaluz donde nace con el manejo del ganado a los cuadriláteros para gozo de todos los públicos.