Hemos visto en el anterior número el impresionante currículum de Mónica Teodorescu y sus caballos más importantes en el pasado. Esta vez hemos hablamos con ella sobre el entrenamiento, los caballos que elige, su visión sobre el caballo ibérico y el futuro de España en el deporte internacional. La impresión general es la de una persona sensible, tranquila, respetuosa y humilde ante sus éxitos.
¿Cuál es la cualidad que más aprecias en un jinete?
La capacidad de sentir, me refiero a sentir lo que está pasando debajo de ti, a la empatía con el caballo.
¿Hay diferencia entre la forma de montar de una mujer y de un hombre?
Sí, en general el hombre suele montar más ‘vía’ la fuerza física, mientras que la mujer necesita desarrollar otra herramienta, la sensibilidad. Luego, las mujeres, fuera de la actividad de la monta, suelen pasar mucho más tiempo con sus caballos que los hombres, eso es un hecho, lo que quizá desarrolle un poco más esa empatía de la que hablo. Pero esto es una generalidad, porque cuando hablamos de un jinete profesional las diferencias jinete hombre-mujer se diluyen bastante.
¿En qué medida influye la calidad en el entrenamiento del caballo?
Un jinete bueno, con un buen entrenamiento, puede llegar a presentar muy bien a un caballo normal; por otro lado, un caballo bueno puede hacer que un jinete menos experimentado parezca bueno, sin que el jinete se dé cuenta de sus deficiencias. Lo que es muy importante es que haya un entrenamiento correcto, adecuado. Lo que determina el éxito o el fracaso es la disciplina diaria con el mismo método. Además, si un caballo tiene mejor calidad más lejos llegará.
Si habla de seguir el sistema, ¿se refiere a la escala de formación?
Sí, exactamente. A esto debemos atenernos. Está comprobado que funciona y con todos los caballos. Con los caballos más ‘débiles’ el avance del sistema se ve incluso mejor, porque en cuanto consigues que estén descontraídos y que dejan pasar su preparación da un salto de gigante.
Cuando elige un caballo para doma, ¿cuáles son sus criterios?
Primero observo su morfología, porque siempre influirá en su salud y por supuesto en la calidad de movimiento. No me refiero a movimientos espectaculares, sino por ejemplo a cómo es su equilibrio, su galope, tiene que tener un buen posterior.
Y respecto al carácter…
El carácter para mí tiene mucho que ver con el trato que le damos al caballo, o quién lo tenía antes o lo tendrá después. No hay caballos de mal carácter. Alguno es más vivo, otro es más tranquilo. Si es “malo” o desobediente, siempre existe una razón, normalmente en el origen está una defensa que hay que descubrir.
¿Tiene actualmente algún ‘crack’ en su cuadra?
Tengo a ‘Wispher’, que es un super-crack. Él ganó el campeonato para caballos entre 7 y 9 años en diciembre del 2005 y lo ganó con los siete años recién cumplidos. Ahora en abril ganó el GP Especial en Dortmund. Con este palmarés se diría que es bastante crack. Luego también tengo una yegua muy buena de siete años que quiero presentar cuando llegue el momento.
¿Qué es lo más importante que le ha podido transmitir su padre?
Mi padre es una persona que ama a los animales por encima de todo. Él pide que se respete al animal. Como quiero que me traten, tengo que tratar a quien tengo en frente. Y no es que ‘tengo que’ sino lo hago porque quiero. Y seguramente que a veces se puede perder la paciencia, pero eso no te da el derecho a comportarte mal. Mi padre siempre se controla, eso no quiere decir que sea aburrido, al contrario. Y tampoco es que todo lo hagas con una planificación invariable. Todo tiene que ser respetuoso. Los animales lo notan y lo reflejan en su actitud. Luego otra cosa es la paciencia, si tienes paciencia al final todo va mucho más rápido. Cuando hay problema, mejor piensa: “a ver qué pasa mañana”. O descansar un tiempo, y cuando vuelves, a veces, todo se ha solucionado. Esta actitud te ahorra algún que otro disgusto. Es una especie de tranquilidad interior que uno aprende y adquiere quizás con el tiempo. Estas dos cualidades, la del respeto y la de la paciencia creo que son claves.
¿España volverá a ganar medallas? ¿Qué es lo que hace falta?
Creo que sí, el potencial y la tradición son grandes en este país y caballos hay muchos y seguramente muchos buenos. Hay que ser consciente de que el camino hacía el éxito no viene solo y tampoco repentinamente. Y estoy segura de que llegarán otra vez, con caballos nuevos y con jinetes más jóvenes, solamente hay que volver a levantarse. La cantera es un problema en cualquier país, también en Alemania. Arriba, en la cima, todo va bien durante un tiempo y de repente pierdes caballos y entonces queda un vacío. El éxito que hubo, los caballos y los jinetes que había en su momento no ha sido casualidad. Beatriz vino hace casi veinte años a Alemania, con 18 años, estuvo muchos años con Herbert Rehbein y eso no es casualidad. Ella trabajó muy duro y en algún momento hubo la recompensa merecida. Y esta actitud es deseable en cualquier jinete joven. El aguante, seguir adelante a pesar de que a veces las cosas son frustrantes.
¿Haría diferencia entre el entrenamiento de un PRE, lusitano o centroeuropeo?
Es difícil. No tengo tanta experiencia con los caballos españoles. Creo que en el caso de los caballos españoles aún logras menos con la presión que en el caso de los centroeuropeos. Son caballos muy sensibles, un hecho muy positivo, tienen mucha voluntad, te dan mucho. Luego los pilares son los mismos: ritmo, descontracción y contacto, en ello se basa todo, si no tienes estas tres condiciones, no importa si es un centroeuropeo o un caballo ibérico, no funciona nada. Creo que, como aportan mucho desde jóvenes, se queman demasiado rápido, y se quedan en el camino, algo que también nos pasa a nosotros con muchos caballos muy buenos que lo ofrecen todo. Eso es lo mismo en Alemania, en Holanda, en cualquier sitio del mundo. Los caballos con calidad tienen que llegar a las manos adecuadas para que haya una preparación sólida.
¿Entonces cree que los caballos ibéricos tienen una oportunidad real?
Sí, desde luego. Ellos tienen el mercado, hay muchos amigos de los caballos ibéricos en el mundo entero. Y en el deporte desde luego, si se hace todo correctamente. El galope es mejor ya y luego ellos tenían ya sus puntos fuertes y también aquí puedes aplicar el ‘hacerlo correctamente’.
En su día, el caballo ibérico tenía una gran influencia en los caballos del centro- norte de Europa, ¿cree que esto se podría repetir?
Sí, sin duda, ya es así. Kasselmann ha tenido alguna yegua con Álvaro Domecq y ya tiene uno de los productos siendo semental aprobado. Y sé que es un tema delicado, pero sería recomendable que de vez en cuando dejarán cubrir con algún caballo de fuera. Hice un viaje a España hace dos años y el mejor caballo entre 30 era ‘Cristiano’, un caballo cruzado.
Para el deporte sería muy razonable. Imagina si en Alemania no hubiéramos tenido pura sangre inglés en la cría de hannoverianos, holsteiner… Si no se hubiera cruzado con pura sangre inglés y con angloárabe, aún estaríamos con los caballos de campo, pesados. No puedes imaginar la cría sin ello. Sin duda hay que limitarlo y cuidar que todo va correctamente, es lógico. Además sólo hace falta que uno de estos sobresalga en deporte internacional; entonces se interesarán todos.
Texto: Katharina BRAREN
Fotos: www.topiberian.com
SUMARIOS
Sumario 1:
“Sé que es un tema delicado, pero sería recomendable que de vez en cuando dejarán cubrir con caballos de fuera. Hice un viaje a España hace dos años y el mejor que vi era ‘Cristiano’, un caballo cruzado”
Sumario 2:
La cantera es un problema en cualquier país, también en Alemania. Arriba, en la cima, todo va bien durante un tiempo y de repente pierdes caballos y entonces queda un vacío
Pies de fotos:
1. Mónica con los participantes del clinic que se celebró en las instalaciones de Glenhorse en primavera de este año
2. Mónica Teodorescu
3. Mónica con su gran caballo ‘Grunnox’
4. Cristina Perona con ‘Windeler’, los campeones de caballos jóvenes en 4 años 2006, durante el clinic con Mónica. El binomio se fue a Alemania para entrenar con la amazona