KYRA KYRKLUND, la amazona del frío (II)

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Veamos, ella se entrenó en Alemania con Herbert Rehbein, uno de los grandes maestros de la doma clásica, recientemente fallecido. Sin embargo, cuando volvió a Finlandia y Suecia estuvo sola y quiso enseñar e introducir un sistema de preparación en su país. Así que indagó mucho hasta desarrollar su propio método de entrenamiento en base al sistema alemán de preparación y sus propias experiencias.

Kyra cree en aquello de que “muchos caminos llevan a Roma’. Así que, a pesar de haber estudiado en Alemania y conocer muy bien el método alemán, la escala de formación etc., siempre ha estado abierta a otras formas de entrenamiento y recomienda no aferrarse a un único camino, porque cada caballo suele tener sus diferencias.

En su filosofía hay cuatro claves esenciales, una de ellas es “comunicar”, otra “simplificar”, la tercera es “la esquina”, y por último “afinar”. Cuando nos encontramos a caballo con un problema o emprendemos un entrenamiento desde cero, ella insiste a cualquier nivel en estos cuatro conceptos.

“La comunicación”.

Sin comunicación nada funciona con el caballo, ésta es la base de nuestra equitación. No importa si comunicamos por señas, gestos o con todo nuestro cuerpo con el caballo, lo importante es que nos entienda. La doma no es más que el desarrollo de una lenguaje común con el caballo, el cual nos permite llevar a cabo una gimnasia correcta para fortalecerlo como atleta, para que pueda realizar unos determinados ejercicios. Kyra nos pone como ejemplo el encuentro entre un chino y un español, probablemente nos ha pasado a todos, cuando no hablamos el mismo idioma y no nos entienden, tendemos a hablar cada vez más alto, como si así nos pudiran comprender mejor. Lo mismo ocurre a caballo. Partimos de que el caballo es nuestro, y que tenemos cierto nivel de equitación; el caballo no nos escucha a la pierna, no obedece a las ayudas de las riendas o a las ayudas del peso, y lo que solemos hacer entonces es intensificar esas ayudas; se le coloca un bocado más grande, nos ponemos unas espuelas, etc. Sin embargo el problema suele persistir e incluso puede crecer porque la razón principal suele ser que nuestro caballo no nos entiende.

‘Simplificar’.

Kyra recomienda, ante un problema que parece complejo, que lo troceemos. Es decir que si nuestro caballo no nos escucha al conjunto de las ayudas, utilicemos las ayudas una a una, hasta que dejemos claro que queremos de él. Esto vale para el potro recién iniciado y para el caballo de Gran Premio. Hay que separar las ayudas, utilizando o bien la mano, o bien la pierna; cada ayuda por su lado. Así hay que comenzar casi todos los caballos. Quien haya podido observar alguna vez en vivo a esta magnífica jinete, en una de sus múltiples exhibiciones o en alguna competición, ha podido ver como utilizaba este sistema. No importa la colocación de la cabeza del caballo cuando se comienza, porque se busca que el caballo escuche a las ayudas, y para que no haya confusión se utilizan independizando los problemas y su posible solución. Por ejemplo, para al potro, en el segundo que para, se sueltan por completo las riendas, se permanece unos segundos parado y se vuelve a salir, el impulso que manda desde la pantorrilla es suave, pero ojo como no escuche porque deberá ser más fuerte, hasta que el caballo salga fuerte hacía delante. Solo después de esto, y más adelante combinará las ayudas, pero nunca cuando quiere establecer una “comunicación básica”. Hasta que el ABC de nuestro lenguaje con el caballo no está comprendido, no tiene sentido avanzar en la doma. Y el ABC contiene, avanzar, parar y pasar una esquina, escuchando muy atentamente a nuestras ayudas.

“La esquina”.

Montar una esquina correctamente es un ejercicio en absoluto fácil; en muchas ocasiones encontramos en “la esquina” la razón por la que nuestros caballos no avanzan. Es la gran oportunidad para jinete y caballo en la pista. Kyra utiliza la esquina desde muy pronto como elemento de “doma”. Todos sabemos cómo pasar una esquina correctamente, sin embargo, ahí es donde descubrimos si el caballo está realmente atento y si está bien entrenado. Hay que aprovechar esos ángulos de la pista y no permitir que el caballo acorte, derrape con la grupa, etc. Hay que hacer entrar al caballo en la esquina hasta que toca la pared con la frente. Porque si no hubiéramos dado ninguna ayuda contraria, esto es lo que el caballo debería hacer siguiendo nuestras ordenes.

“Afinar”.

Para Kyra, el hecho de no insistir en una ayuda, es un premio. Premiamos cuando cesamos con nuestras ayudas. Hay que insistir en el objetivo de dosificar las ayudas, primero se pide un ejercicio con una ayuda clara pero suave, si el caballo no obedece, intensificamos la ayuda. Sin embargo, en el momento que el caballo responde, premiamos cediendo nosotros, y así la próxima vez volvemos a pedir con una ayuda más suave. El ejemplo puede ser que al apoyar con nuestro caballo y estar impulsando con la pierna exterior lateralmente, en el momento que el caballo obedece, cesemos de hacerlo, porque entonces el entenderá que lo estamos premiando. Sin embargo, volvemos a intervenir y actuar cuando sentimos que nuestro caballo pierde la impulsión o actividad en el ejercicio que realizamos. Así podemos afinar mucho las ayudas. Por ello existen caballos, tan bien montados, tan sensibilizados que se suele decir que solamente hay que pensar lo que se quiere hacer y ellos obedecen. Son caballos muy atentos a nuestras ayudas, y a nuestra disponibilidad.

Este verano en el campeonato de Europa 2007, el día del Gran Premio Especial, el caballo de Kira en Gran Premio, ‘Max’, no parecía estar todo lo fino que ella necesitaba. Su forma de activarlo fue curiosa. Kyra realizó unas cuantas transiciones paso-galope utilizando la pierna fuertemente, diríamos dándole una patada, con las riendas absolutamente sueltas por delante. Cuando ‘Max’ salía a galope, saltando fuerte hacía delante, ella le premiaba. Y así lo hacían una y otra vez. Ella estaba reclamando y consiguiendo así una mayor atención de ‘Max’. Para conseguir que las “respuestas” de ‘Max’ fueran más dinámicas e inmediatas volvió a utilizar una sola ayuda, a simplificar tanto el problema como la solución.

Fuente: Dressage with Kyra, Autora: Kyra Kyrklund y Jytte Lemkow

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