¡Por San Martinho todos a Golegá! Este parece ser el lema en Portugal por noviembre de cada año, un lema que se ha contagiado a España, Reino Unido, Francia, Alemania y otros países con tradición ecuestre. La ciudad portuguesa, enclavada en plena región del Ribatejo, se ha convertido en un punto de encuentro imprescindible para aficionados, criadores y jinetes, que se reúnen en el Largo de Arneiro de Golegá alrededor de esta manifestación peculiar del mundo ecuestre.
El Largo de Arneiro, llamado también Arneiro de Feria o Rossio de la Capital del Caballo, se engalana, como cada año, para celebrar unidas la XXXII Feria Nacional del Caballo, la IX Feria del Caballo Lusitano y la Feria de San Martinho, que viene aconteciendo desde 1571, por lo que es la decana de las ferias portuguesas. Enraizada en la tradición popular, íntimamente ligada a la cría del caballo de la región ribatejana, es fruto de una suma de vivencias, actos y hechos que la dotan de una notoriedad singular. La antigua cañada real, que unía Lisboa con Oporto, pasaba por Golegá, e hizo que se incrementara la actividad ganadera equina, reforzada por las necesidades del ejército portugués de aquellos tiempos.
Luciendo galas
Golegá por estas fechas de otoño se viste de gala para ver desfilar los valores culturales, llenos de hábitos y costumbres tan lusitanos, que han llegado hasta nuestros días, transmitidos generación tras generación, y que se suceden proporcionando un espectáculo continuo, lleno de color y movimiento, donde la belleza del caballo y el arte de la doma se conjugan en un espectáculo único. Aquí se les rinde homenaje a los Campinos, celosos guardianes de sus tradiciones, son respetuosos con el trabajo a caballo y con el caballo, animal totémico en estas tierras ribatejanas.
En esta feria de Golegá se funden pasado y presente, conviven en perfecta armonía la nostalgia, el cambio y el progreso. En esa simbiosis entre tradición y modernidad, se desarrolla una densa programación estratégica para que el acontecimiento, por el nivel y la calidad alcanzados, vaya ennobleciéndose y creciendo cada vez más y que lo convierten en un certamen moderno del S. XXI, pero con toda la carga, contenido y raíces que han heredado de sus antecesores desde el S. XVI.
Capital del caballo
Paralelamente a su feria otoñal, la ciudad lusitana se ha convertido verdaderamente en la capital del caballo y para ello ha creado una serie de iniciativas que permanecen en el tiempo, respetan y dan a conocer el pasado, estableciendo nexos de unión entre lo que aconteció y lo que acontece. Así se crea Equuspolis, sede de workshops, encuentro de congresistas y lugar para el debate científico y la divulgación cultural; Lusitanus, espacio de convergencia de criadores, domadores y jinetes, donde se vivifica al caballo y su mundo a lo largo de todo el año; y también están integrados en la red Euro Equus, que es un intercambio de conocimientos y defensor permanente del tesoro colectivo que representa el patrimonio ecuestre europeo.
Este año la feria rendía un merecido homenaje in memoriam al recientemente fallecido Francisco José de Macedo de Sousa Cardoso, ganadero del hierro de Manhufe, su lugar de nacimiento, en tierras de Amarante, en el seno de una familia de arraigadas tradiciones rurales, descendiente de los Lago Cerqueira y los Marramaque de Macedo, que dedicó su vida por entero a los caballos de su tío bisabuelo Francisco Cardoso, este hombre que a caballo, en París, sirvió de modelo a la estatua ecuestre de Velázquez, aquel mismo que patrocinó la carrera del gran pintor Amadeo de Souza-Cardoso, sobrino directo suyo.
Su interés y su dedicación al caballo lusitano lo acompañaron toda su vida, siendo director de la Asociación Portuguesa de Razas Selectas, haciéndolo compatible con su cardo de director general del Banco Borges e Irmao. Fue el gran promotor y divulgador de Pura Sangre Lusitano y prestó su incondicional apoyo para que la Asociación Portuguesa de Criadores del Pura Sangre Lusitano eligiera como sede a Golegá, tierra que adoptó como segunda residencia, donde mandó construir, en un terreno que adquirió, una casa de traza rural que rodeó de caballerizas, donde congregaba a su familia y abría las puestas a quien invitaba y a todos los que le visitasen, con la galanura propia de los buenos anfitriones que integran la tradición señorial portuguesa. Todos los que le conocimos sentimos su ausencia, a pesar de que estará para siempre entre nosotros.
Un programa hípico
Son tantas y tantas las actividades programadas durante los días de feria (del 2 al 11 de noviembre), en los distintos escenarios, que sería muy prolijo su completa reseña. Destaquemos los más importantes:
En el Largo de Arneiro (Picadero Central) se han celebrado la salida del concurso de resistencia ecuestre, concurso de salto de obstáculos, gymkhana a caballo para jóvenes, trofeo nacional de herradores, final del campeonato nacional de Derby’s, concurso de enganches, pruebas de Doma, Gran Premio KUR, pruebas de equitación a la portuguesa, concurso nacional oficial de presentación de caballos de silla, horseball, concurso de elegancia en enganches, de amazonas y jinetes, pruebas de pericia y destreza, así como distintos homenajes a personas relevantes en el mundo del caballo de Portugal y las entregas de premios de las distintas secciones y a los campeones de raza.
En Quinta de Santo Antonio se celebraron el concurso nacional de doma, el concurso nacional de elegancia de enganches y concurso completo de enganches, tanto la prueba de doma como la de habilidad.
En Quinta da Labruja se celebró la prueba de manejabilidad del concurso completo de enganches.
En Equuspolis se han realizado distintas exposiciones de pintura, escultura y fotografía ecuestres. En su auditorio ha tenido lugar un coloquio sobre descontracción de maxilar impartido por la Escuela de Saumur, un foro sobre doma y el futuro del caballo lusitano, así como las Jornadas Agrotejanas Agroimais.
En Lusitanus se han presentado las coudelarias asociadas a esa importante asociación, así como la presentación del libro “La Equitación en el diccionario picaresco” de D. Diego de Braganza, VIII Marques de Marialva.
Y lo más importante de todo, los más de 5.000 caballos de las más diversas razas y los innumerables enganches que enlazando mañana, tarde y noche paseaban por la pista exterior de Largo de Arneiro ofreciendo un espectáculo único que encierra la belleza y grandeza del caballo. Este animal llenó de color el corazón de la ciudad con su inmenso paseo de caballos, en donde mostraron sus habilidades ecuestres todos los actores de esta feria: junto a figuras célebres de la equitación portuguesa, cabalgaban ilustres desconocidos, ribatejanos y hasta extranjeros venidos de los cuatro puntos cardinales del mundo.
Rodeado de aromas de castañas asadas, de restaurantes improvisados y de la bebida tradicional, el Agua Pé, el enorme gentío que abarrota la plaza vino a confrontarse con los sutiles relinchos de estos animales, héroes de un pueblo, porque aquí el caballo es su más noble expresión, enmarcada por esas tradicionales instalaciones de madera que rodean el coso y que utilizan los más afamados criadores lusitanos para mostrar orgullosos sus productos y a la vez ofrecer su hospitalidad pródiga en cumplimientos.
Golegá, en sí misma, es todo un espectáculo que todos, aficionados al caballo o no, debieran visitar alguna vez para sentir lo que el noble equino representa en la vida de estas tierras ribatejanas.
Texto y fotos: Antonio PÉREZ