“La Charrería, tradición ecuestre en México” ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), lo que la convierte en la octava manifestación cultural viva de México que recibe esta distinción.
La inscripción fue aprobada durante 11ª Sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, celebrado en la capital de Etiopía, Addis Abeba, sobre la base del sólido expediente preparado de manera conjunta por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Asociación Nacional de Charros, y que logró la aceptación unánime por parte de los miembros del Comité.
El expediente, resultado de una amplia investigación documental y de campo, describe a la Charrería como un claro ejemplo de la diversidad de las expresiones culturales que surgen a raíz del encuentro de las culturas que dan origen a México, y cuyo nacimiento se remonta al siglo XVI cuando, como resultado del establecimiento y auge de las haciendas ganaderas en el centro y norte de México, surge la necesidad de convivencia entre los vaqueros de las diferentes fincas al reunirse para inventariar y marcar el ganado de cada propiedad, convirtiendo a las faenas de campo en motivo de coexistencia y articulación social, siendo el origen de una escuela ecuestre mexicana que permitió manejar el ganado mientras se montaba a caballo y que se distinguía, entre otras cosas, por el uso de la silla de montar y la reata, utensilio esencial para lazar al ganado.
Uno de los documentos más importantes que integran el expediente oficial presentado a la UNESCO es el Plan de Salvaguardia, elaborado por la comunidad portadora, en este caso representada por socios de la Asociación Nacional de Charros, la Asociación de Charros de Jalisco, la Asociación de Charros de Huichapan, la Asociación de Charros de Polotitlán, la Asociación de Charros de la Cuenca del Papaloapan, la Asociación de Charros Regionales de San Juan del Río, la Asociación de Charros de Morelia y la Asociación de Charros de la Tuna Alta, en conjunto con representantes de la comunidad artesanal y el respaldo de los gobiernos de Jalisco, el Estado de México y la Ciudad de México. El Plan de Salvaguardia incluye medidas como la creación de un Conservatorio de la Charrería, conformado por diversas instancias gubernamentales, académicas y de la sociedad civil, como la Secretaría de Cultura, la Secretaría de Educación Pública, los Institutos de Investigaciones Históricas, de Investigaciones Estéticas y de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Federación Mexicana de Charrería, el Instituto Nacional de las Bellas Artes, el Instituto Mexicano de la Juventud y el Instituto Mexicano para la Mujer, así como por miembros de la comunidad portadora.
Actualmente, la Charrería se practica en México a través de casi 2.000 eventos anuales en los que participan alrededor de 1.000 asociaciones charras existentes. No menos importante es señalar que su práctica se ha difundido en los Estados Unidos de América, en donde se encuentran 184 comunidades charras distribuidas en 13 estados.
De esta forma, México cuenta con un total de ocho inscripciones en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, con lo que el Gobierno de México refrenda su responsabilidad con la salvaguardia, preservación y revaloración de las tradiciones mexicanas que conforman nuestra identidad cultural.
Entre otras manifestaciones culturales y representativas de la esencia de los pueblos, la UNESCO también ha tenido a bien distinguir a las Fallas de Valencia, a la rumba cubana y a la cerveza belga en esta 11ª Sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Texto: Gobierno de México. Foto: Redacción.