Nuestro conocido Álvaro Domeq, que no se resigna, lo resume así: la Doma Clásica es “cómo bailan los caballos”. Y este es quizá el más breve y claro resumen de todos cuantos se suelen oír.
Hoy, sin embargo, la Doma Clásica es algo más, es deporte, y, por tanto, una forma de ocio. Aparentemente sin más trascendencia que una manera de ocupar el tiempo libre y de darle sentido. Pero es mucho más. Como hemos dicho en ocasiones, es una forma de vida, un lifestyle marcado por una idea clave: la de la alta competición. La DC es en realidad un deporte de alta competición, porque lo que distingue a nuestro amateur es precisamente eso, que se profesionaliza mucho. Y, esto, que es lo que hace que un deporte cruce fronteras, es, al mismo tiempo, lo que le impide ser un deporte de masas.
El frac deportivo
¿Cuántos se sienten cómodos identificándose con señoras y señores que se visten de frac para hacer deporte? No es una ridícula imagen la de alguien haciendo deporte con una chaqueta de la que cuelgan dos faldones? ¿Quién se va a identificar en la sociedad de la televisión, desde el sofá de su casa, con una imagen de tan rancia elegancia? Sin identificación no hay deporte y sin contagio masivo no hay tirón mediático, no hay televisión.
Pero el nuestro es un deporte conservador. Los intentos por renovarlo, mejorarlo, hacerlo más actual y dinámico producen reticencias en la mayoría de jueces, jinetes, amazonas, profesionales y aficionados en general. Por ejemplo, la propuesta de juezas como Withages de permitir fracs de colores ha chocado hasta ahora con la negativa rotunda de la FEI. ¿Y qué mas dio que en su día tenistas, como el norteamericano Andre Agassi, rompieran la sobriedad y elegancia del tenis mundial vistiendo con pantalones y pelos de colores? Era un irreverente que ganaba partidos y, sin embargo, el tenis sigue ahí, más fuerte que nunca.
Esta es la línea en la que se está trabajando desde la propia FEI. Mientras, vamos teniendo la oportunidad de hablar con unos y con otros, que van adelantando algunas de las ideas que se barajan, aunque muchas, hay que decirlo, están ya descontadas hace tiempo.
Cincuenta plazas
En el número pasado hablamos con Richard Davidson, jefe del equipo británico, entrenador y miembro del Task Force Doma Clásica. Hoy lo hacemos con uno de sus compañeros en el grupo de trabajo de la FEI, Alain Franqueville, el entrenador del equipo nacional francés de Doma Clásica y miembro también del “multi task”. Multi-tarea porque comparte su tiempo entre varias actividades en el sector ecuestre. Franqueville es jefe del equipo nacional de Doma y entrenador nacional y además es juez internacional y lleva trabajando para el Cadre Noir y la E.N.E. desde hace más de 20 años. Aunque actualmente no puede juzgar mucho debido a su ajetreada agenda y cierta incompatibilidad con su función de entrenador viene acudiendo desde hace más de 10 años cada primavera a la ruta de sol.
Nos comenta sobre los últimas avances del grupo de trabajo. Empezamos en concreto por la rechazada propuesta de ampliar en 10 plazas más, hasta las 60, el número de plazas para los Juegos Olímpicos próximos de Londres 2012.
Mejor clasificación
El grupo de trabajo está considerando poder elegir resultados entre un mínimo de dos pruebas, esto incluiría las puntuaciones del GP y del GPE y quizá incluso la media de la GPE Kür. Así, las naciones ganarían tiempo y un mayor número de binomios pasaría a las siguientes pruebas al no quedar eliminados tras el Gran Premio, y aumentarían las probabilidades de una mejor clasificación al correr dos pruebas en vez de contar solamente con una. La siguientes pruebas por su parte conseguirían mayor importancia, caso del GPE, que la que tienen hoy día. Por último, el mayor número de binomios que pasen a más pruebas será también una ventaja mediática.
Más pruebas libres
Se juega con la idea para después de los Juegos de Londres de reducir el número de las reprises obligatorias y permitir más pruebas libres, tal y como se viene haciendo en otras disciplinas olímpicas desde hace tiempo. Libres pero definidas en cuanto a la dificultad técnica de los ejercicios, lo que conlleva que la coreografía de la música perderá cierto valor y se juzgará principalmente el grado de dificultad y la calidad de la realización técnica. De esta forma, las pruebas serán algo más fáciles de juzgar que las Kür y serán a su vez más mediáticas. Permanece por supuesto la Kür libre tal y como la conocemos ahora.