El trágico accidente se produjo cuando “Alito” paseaba un caballo de su alumna. El caballo se botó y Zambrano se fue al suelo de cabeza, sufriendo una lesión neurológica en la base del cráneo, que provocó una posterior parada cardíaca.
Sus buenos resultados en la hípica durante los primeros años de la década de los ochenta le llevaron a ser uno de los candidatos para representar a España en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles.
En la actualidad se dedicaba a la enseñanza en el Real Club de Polo de Barcelona, especialmente dirigiendo la carrera deportiva de Virginia Graels.
Alejandro Zambrano tenía cinco hijos: Alex, María Dolores, Sofía, Gabriela y Javier. María Dolores y Sofía son habituales en las competiciones nacionales, al igual que su sobrino Álvaro Zambrano.
Desde la revista Trofeo Caballo expresamos nuestro dolor por la importante pérdida que supone la desaparición de Alejandro Zambrano para el deporte hípico.