Durante los días 10 y 11 del pasado mes de abril se ha celebrado el XLI Campeonato de España de Acoso y Derribo, en el corredero de La Palmosa y organizado por la Asociación de Garrochistas de El Rocío. Por segundo año consecutivo, esta Asociación de Garrochistas acometía el proyecto de organizar tan magno acontecimiento garrochístico puesto que el año pasado la collera que se proclamó campeona, integrada por Benito Carrasco Barba amparada por Teodomiro Daza Vergara, pertenece a la citada Asociación y es prerrogativa de los campeones elegir el corredero donde deben defender su entorchado.
Organización y ganado. El Comité Organizador, con su actuación en el Campeonato del pasado año, puso el listón muy alto para futuros eventos, ya que rozó la perfección. Este año, a pesar del esfuerzo realizado por todos los integrantes de la Asociación y su demostrada solvencia organizativa, una serie de circunstancias no le ha permitido alcanzar el mismo nivel.
Por una parte, la maldita crisis económica que padecemos, a la que sólo ven síntomas de recuperación y “brotes verdes” los necios y los mentirosos, ha hecho mella de forma inequívoca a este C. O., que se las ha visto y deseado para cubrir el presupuesto. Por otra parte, la RFHE, con su “proverbial esplendidez e interés” con nuestras disciplinas autóctonas, ha reducido la subvención a la mitad y, para seguir ahorrando gastos superfluos, no ha enviado a ningún directivo o responsable a la entrega de medallas, aduciendo lo consabido, “compromisos contraídos con anterioridad”. ¿Qué os apostáis a que en Kentucky, que está ahí “cerquita”, casi a la vuelta de la esquina, están buena parte de ellos?
El ganado corrido en esta edición no ha sido digno de todo un Campeonato de España; sobre todo el manso del primer día, desigual, falto de peso y que, además, y esto no es culpa de la organización, dio mal juego. El primer día se produjeron cinco repeticiones de bravas y siete de mansas.
Tanto las bravas como las mansas corridas en la final dieron mejor juego, estaban algo más igualadas, pero les faltaba presencia y kilos, sobre todo a las mansas. Somos conscientes de las dificultades para encontrar ganado “limpio” y reconocemos que el C.O. consiguió en principio otras vacas mansas de mayor presencia y que el ganadero se echó “p’atrás”; pero, en honor a la verdad, echamos de menos las “peponas” retintas del 2009 en este mismo corredero, o las de Badajoz de 2008 y Villamanrique de 2007.
Jurado de campo. El jurado estaba presidido por Rafael Íñiguez, actuando como vocales Esther Massot y Antonio González de Pedro. La delegación federativa era ostentada por Carlos Cid.
Dada la actual situación de división y crispación que atraviesa la disciplina, que se hacía evidente y ostensible en La Palmosa, y las imprecisiones, ambigüedades y hasta contradicciones que presenta el reglamento vigente (que necesita una urgente e inevitable revisión consensuada y no de tanta polémica inoperante), hay que tener mucha afición y mucho valor para subirse actualmente al remolque del jurado.
Solo por eso ya merecen todos ellos nuestro respeto, pero si, además, a ello unimos que en todo momento intentaron aplicar el reglamento, que nos guste o no es el que hay, que en caso de duda intentaron favorecer siempre al garrochista, que supieron darle la suficiente agilidad al concurso, y que mantuvieron el mismo criterio para todos los participantes, debemos decir que su actuación fue correcta.