Actualmente es un evento moderno, menos específico para atraer a más público, pero no pierde su carácter tradicional. De hecho, la afluencia masiva ha obligado a abandonar el recinto tradicional, la explanada del Campo de Sevilla hoy ocupada por la Plaza de España, para trasladarse a un recinto ferial de 25 hectáreas con 66.000 metros cuadrados al aire libre y 33.000 cubiertos. Y aún sigue su crecimiento, atrayendo a más de un millón de visitantes, entre ellos muchos turistas (la ciudad es un bello e interesante Conjunto Histórico Artístico).
Aunque nuestra visita se basaba en cubrir el importante Concurso Morfológico de P.R.E., no nos podemos resistir a dar a conocer, a nuestros lectores, otros aspectos muy significativos de esta magna exposición ganadera.
Una feria con historia, original y multitudinaria. Este evento fue creado en 1380 por concesión real, nada menos. Juan I de Castilla dio el primer impulso, aunque sería Juan II el que lo confirmase y ampliase en 1453, otorgando una feria anual de una semana coincidiendo con la celebración de San Miguel. Desde entonces y hasta hoy se han sucedido 558 ediciones.
Es cierto que pasó por tiempos difíciles en los años cincuenta, cuando debido a la mecanización del agro español, el ganado perdió importancia en el campo, pero se recuperó en 1966 al convertirse en Feria Regional del Campo Extremeño. La feria de Zafra, cuando en otras poblaciones habían decaído mucho este tipo de eventos, aquí se revitalizó con una nueva orientación de estos encuentros de ganaderos, convirtiéndolo en un certamen competitivo enfocado a mejorar las razas del agro extremeño.
Más tarde, en 1992, al amparo de las celebraciones del Quinto Centenario del Descubrimiento de América, alcanzó la categoría de Feria Internacional, diversificando y ampliando su contenido.
Tal es su importancia en la mayor parte del agro nacional que, aparte de la masiva afluencia de ganaderos de muchas regiones, es la que impone precios en muchas especies productivas. Todos los ganados que concurren a estos mercados pueden adquirirse en unas animadas subastas que alcanzan altas cotizaciones, dada la calidad del ganado subastado.
A la completísima exposición de ganado selecto de las más variadas razas, se le une una serie de actos, conferencias por especialistas del tema, exposición de maquinaria agro-ganadera y alimenticia, así como de todos los productos que tienen relación directa con el sector del campo y de la ganadería. En el orden lúdico, la Feria de Zafra congrega en sus extensas instalaciones todo un programa variado de atracciones, encuentros, concursos morfológicos y deportivos de caballos, ofreciendo una completa actividad en todos los órdenes.
La feria de Zafra atrae a su recinto en los primeros días de octubre a una multitud de visitantes de todas las comarcas extremeñas y de comunidades vecinas, que alcanza casi los dos millones de visitantes, que llenan las espaciosas instalaciones de un bullicio tremendo. En esta feria también se dan cita toda clase de artesanos, de la alfarería, del corcho y de la madera, talabartería, guarnicionería, herrería, calderería, etc., proporcionando una estampa típica, insólita y ya perdida en otros lugares, con la exhibición y venta de productos de toda índole y utilidad.
El sector agro-alimentario tiene un viejo arraigo en la Feria de Zafra, pues ya desde antes del Descubrimiento de América, los labriegos y matanceros artesanos se reunían junto a la muralla de la ciudad para ofrecer los productos de sus campos, los vinos de la cosecha y las salazones y embutidos de los cerdos ibéricos. Similares estos a los que se demandaban para abastecer las armas y flotas que siguieron la Carrera de las Indias, que los preferían procedentes de la sierra de Huelva y comarcas aledañas de Extremadura, como consta en un documento de 1617 en el que se especificaba que el producto debía proceder “de la matanza desde el día de San Andrés del año pasado de mil seiscientos diez y seis a esta parte; enjuto y bien acondicionado con sus jamones y espaldillas y pies al uso de la dicha villa de Zafra”. Por ello alcanza especial relieve la presencia empresarial del entorno del cerdo ibérico, cuyo sistema de producción vinculado a las montaneras de encinares y alcornocales, proporcionan productos de calidad única.
Concurso Morfológico de P.R.E. Se celebró durante los días 30 de septiembre y 1, 2 y 3 de octubre en las magníficas instalaciones de la F.I.G, bajo el patrocinio de la AECPRE, y que este año alcanzaba su XXII edición. El concurso fue juzgado por Higinio González Sánchez en calidad de juez único y arrojó los siguientes resultados:
Mejor ganadería criadora: Yeguada La Ciervina
Mejor ganadería expositora: Isabel Parra Monterrey
Campeón de la raza: ‘Montehermoseño RJ’, de Yeguada La Ciervina
Campeona de la raza: ‘Doña Furiosa’, de Germán Gilete Santano
Subcampeón de la raza: ‘Z Zurdo MT’, de Yeguada Miguel Tovar
Subcampeona de la raza: ‘Naranjera LVIII’, de Isabel Parra Monterrey
Campeón joven del concurso: ‘Don Altanero’, de Germán Gilete Santano
Campeona joven de la raza: ‘Presumida CLXXV’ de Isabel Parra Monterrey
Subcampeón joven del concurso: ‘Deseado RJ’, de Yeguada La Ciervina
Subcampeona joven del concurso: ‘Doña Honorosa’, de Germán Gilete Santano
Campeón de la funcionalidad: ‘Peñueco’, de Señorío de Bariain
Subcampeón de la funcionalidad: ‘Lancero XLVIII’, de Yeguada la Ciervina
Mejores movimientos adultos: ‘Peñueco’, de Señorío de Bariain
Mejores movimientos jóvenes: ‘Deseado RJ’, de Yeguada La Cirvina
Premio al mejor presentador: José Calvo Ramos