Organizado conjuntamente por la Federación Hípica de Castilla y León y la Asociación de Garrochistas de la misma comunidad, tuvo como sede, la finca Casasola. Este corredero, propiedad de la Familia Montero, cuenta a su vez con modernas y nuevas instalaciones, preparadas para albergar un gran numero de caballos y en las que pretenden impartir clases de equitación, tener caballos en doma y crear a día de hoy el único lugar donde se puedan impartir lecciones de Acoso y Derribo para principiantes. Desde esta revista, queremos apoyar dicho proyecto y esperamos que, a partir de ahora, surjan más proyectos como este, para poder llegar a más público y conseguir crear más adeptos a esta bella disciplina.

El cuadrilátero o soltadero, que cuenta con una pequeña inclinación hacia el margen derecho del mismo, había sido modificado de lugar, con idea de conseguir acercar al público de la grada las actuaciones de los garrochistas, y evitar una marcada querencia que se había notado en otras ocasiones con el ganado en otras competiciones.

Se consiguió el objetivo, y con ello el éxito del concurso, básicamente porque uno de los requisitos más importantes para ello es que el ganado galope hacia delante y con una marcada querencia, y así evitar embroques.

El Jurado estuvo presidido en esta ocasión por Antonio González de Pedro, en colaboración con los jueces José Juan Carretero y Carlos Marques, acompañados por Julio Esteban del Olmo, excelente aficionado, que ejerció al igual que en otras ocasiones anteriores de Delegado Federativo.

Alberto Corres Martínez manejó de manera estupenda la batuta del concurso, como director y a su vez como presidente de la Asociación de garrochistas de Castilla y Leon.

Enhorabuena a todos por la brillante edición de este Campeonato, en el que posiblemente sea en el que mejor ha corrido el ganado hasta el momento, a nivel nacional.

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