El garrochista jerezano se desplazó hasta esta ciudad acompañado de sus padres y su amigo don Rafael Peralta, que fue el encargado de presentar al pregonero, y cederle el atril tras pronunciar unas palabras dedicadas al publico que asistió al pregón.
Don Tomás Morenés, con sus sabias palabras dedicó un pregón al toro y al caballo y, cómo no, al Acoso y Derribo, siendo en varias ocasiones ovacionado por el público asistente.
Muy pronto comenzaron a salir nombres de los garrochistas que en décadas anteriores habían revolucionado y, al mismo tiempo, perfeccionado lo que actualmente estamos viendo en los correderos de toda España. Tomás pronunció muchos nombres, pero es imposible transcribirlos todos, pues no tendríamos suficiente papel. Los caballos tuvieron un hueco especial en esta ocasión, pues también ellos marcaron un antes y un después.
Al finalizar el pregón, la peña “El Caballo" otorgó su máximo reconocimiento "La garrocha de plata", de manos del presidente don Juan Luis Montero, al veterano encerrador de Fuenteguinaldo , don Emiliano Carreño.