La desparasitación es una de las piezas fundamentales para mantener en buen estado de salud a nuestros caballos. El objetivo no es tener animales totalmente libres de parásitos, sino crear un equilibrio entre el caballo y su nivel de parasitismo a un nivel que no pueda inducir patologías o disminución del rendimiento.
A la hora de realizar nuestro plan de desparasitación es importante prestar atención a la edad del animal. Desde su nacimiento, los potros pueden contaminarse con diferentes parásitos, sobre todo con los vermes gastrointestinales. También es importante tratar a las yeguas gestantes antes y después del parto. Es importante saber que alrededor del parto se produce una caída de defensas que puede hacer aumentar la carga parasitaria, siendo un momento especialmente crítico que debemos controlar.
Para sementales y adultos en general, se recomiendan tratamientos estacionales siguiendo una pauta y eligiendo el tratamiento más adecuado en función de las condiciones de vida y alimentación del animal a tratar.
El conocimiento de los ciclos parasitarios y su estacionalidad va a determinar la frecuencia y la elección de unos u otros antiparasitarios.
En los meses de primavera, cuando los caballos consumen mayor cantidad de pasto verde de las praderas, tenemos que tener en cuenta los riesgos de infestaciones por los parásitos conocidos como grandes y pequeños estróngilos .
Las condiciones de humedad y de temperatura convierten a esta estación en la más apropiada para el desarrollo de sus larvas. Los grandes estróngilos producen daños en el sistema gastrointestinal además de anemia, pérdida de peso y en ocasiones, deshidratación.
El Strongylus vulgaris es el parásito más peligroso y más frecuente del caballo, y puede causar trombosis e inflamación de los vasos y ocasionar coágulos.
Los tratamientos de verano actúan contra las larvas de determinados parásitos como son:
– Vermes pulmonares, Dictyocaulus, que producen problemas respiratorios en animales jóvenes (tos, dificultades respiratorias, secreción nasal).
– Larvas de Habronema y Draschia, que son parásitos gástricos con larvas cutáneas productoras de infestación en heridas típicas de las épocas estivales
– Larvas de Gastrófilos. Estas larvas llegan a la boca del caballo por el lamido de los huevos que las moscas depositan sobre la piel del caballo al principio de verano o, mientras duren las altas temperaturas según la zona geográfica. Su localización definitiva es el estómago. El tratamiento en esta época del año es fundamental porque se eliminan las larvas antes de que se conviertan a adultas y puedan causar daños mayores.
En otoño vuelven las condiciones climáticas de humedad y temperatura apropiadas para el desarrollo de las infestaciones por parásitos gastrointestinales y pulmonares, y se hace máximo el riesgo de infestación por las larvas de gastrófilos adquiridos durante el verano. Hay que evitar que estas larvas permanezcan en el estómago del caballo todo el invierno, pues
inducen ulceraciones, y en ocasiones incluso perforaciones. Las tenias, menos frecuentes que otros parásitos, expresan su poder patógeno en fin de otoño-principio de invierno, y es entonces cuando es más recomendable un tratamiento específico contra ellas.
Aunque durante el invierno, debido a las condiciones climáticas extremas, el riesgo de infestación por estos parásitos se minimiza, un tratamiento al comienzo de esta estación elimina las infestaciones adquiridas durante el otoño manteniendo al animal saludable y a pleno rendimiento durante los meses fríos.
Existen actualmente en el mercado distintos antiparasitarios con distintos principios activos. Para elegir uno u otro nos basaremos en su eficacia y seguridad, y también según la época del año y los parásitos que pueden estar afectando a nuestros animales.
Los antiparasitarios más utilizados en caballos son:
1.- Las ivermectinas y moxidectinas tienen un amplísimo espectro de actividad que cubre adultos y larvas de la mayor parte de los endoparásitos, además de las larvas de gastrófilos. Son muy seguras, en especial la ivermectina; se puede administrar en potros, yeguas lactantes y gestantes y también en sementales. No se han descrito resistencias a la ivermectina frente a los pequeños estróngilos.
2.- El praziquantel sólo es útil frente a los vermes planos. Es importante tener en cuenta que existen antiparasitarios inyectables registrados para otras especies, pero que no lo están para caballos.
3.- Los bencimidazoles, como el oxibendazol o el fenbendazol, son activos contra las larvas y adultos de ciertos parásitos. Son muy poco tóxicas, pero dan lugar a ciertas resistencias, y no son efectivos frente a tenias y gastrófilos.
4.- El pirantel lo toleran bien los potros y las yeguas gestantes, pero su eficacia se limita a adultos de ciertos parásitos. Es inactivo frente a las larvas de pequeños estróngilos y gastrófilos. Se han descrito algunos casos de resistencias.
Como siempre, lo mejor es consultar con nuestro veterinario de confianza y que sea él quien decida el plan de desparasitación más apropiado para nuestros animales, adaptado a sus condiciones de estabulación y alimentación
Texto y foto: Equinvest