Los arestines (en inglés, “mud fever” o “fiebre de barro”) es una afección muy común en los caballos, sobre todo en aquellos que se encuentran en ambientes con gran humedad. Cuando la capa de la piel se daña, diversas bacterias se infiltran en la piel, iniciando una infección y provocando una reacción inflamatoria.
Por ello, al hablar de los arestines, principalmente son una dermatitis provocada por la bacteria Dermatophilus congolensis, que, junto a otros factores desencadenantes como son humedad, heridas o cualquier otra circunstancia que dañe la piel, alcanza capas profundas de la dermis donde se multiplica y causa la infección.
En cuanto a los signos clínicos, los arestines suelen comenzar como una leve dermatitis, con irritación de la zona de la cuartilla principalmente, causando dolor, enrojecimiento y calor. Puede avanzar produciéndose costras, grietas, y en ocasiones exudado, suponiendo un gran dolor para el animal.
Para el tratamiento de los arestines conviene realizar cambios de manejo que eviten que el caballo esté en contacto con ambientes húmedos; se recomienda también secar bien la zona tras las duchas y realizar desinfección de las vendas y demás material. Además, conviene realizar lavado y desinfección de la zona afectada por los arestines, intentando en lo posible levantar las lesiones para dejar la zona lo más limpia posible.
En estos casos el uso de cremas protectoras y calmantes es de gran ayuda para intentar que la piel vuelva a recuperar su equilibrio. Como respuesta a este problema, TRM lanza EQUIZAL, una crema protectora que crea una barrera natural que suaviza e hidrata la piel dañada. Entre sus principales componentes se encuentran la cera de abejas, aceite de árbol de té, zinc y lanolina. Es una excelente solución en el tratamiento de arestines y otras afecciones por exceso de humedad, siendo útil también para piel dañada por abrasiones, rozaduras o heridas.
Texto y foto: Equinvest.