En la historia ya no tan reciente de la Yeguada la Cartuja-Hierro del Bocado, o lo que es lo mismo, de Expasa, la Sociedad Mercantil Estatal “Expasa Agricultura y Ganadería”, que gestiona el histórico centro de cría de caballos cartujanos, destaca un nombre, y no precisamente por su positivo legado.
Se trata de Manuel Beltrán Pedreira, quien a comienzos del siglo XXI tomó la presidencia de Expasa para provocar, supuestamente, un doble flujo inversamente proporcional: las horas más bajas de la institución y su enriquecimiento personal. “La destreza liquidadora del abogado pudo forjarse en Jerez durante su etapa como presidente de Expasa. En 2001, el equipo de Gobierno de José María Aznar le encargó la enajenación de las 20 fincas agropecuarias -incluida la plantilla de 385 trabajadores- que componían la empresa de patrimonio nacional con sede en Madrid y en cuatro años vendió 17 localizaciones del norte al sur español por 70 millones de euros”, explican en la web Horsepress.es.
La empresa con sede en la capital española es MercaMadrid, cuyo “perjuicio patrimonial” es por lo que ahora se investiga a Beltrán, más concretamente por los contratos suscritos con la empresa Merca Ocio, siempre según la Fiscalía.
“Los fines de semana, el gallego descansaba en el cortijo de la Yeguada de la Cartuja, en el kilómetro 10 de la autovía Jerez-Los Barrios, también propiedad de Expasa, donde disponía de chalé, coche de campo de alta gama y costurera que le rectificaba el largo de los pantalones”, añade el portal Horsepress.es, que recuerda como, bajo su gestión, “el programa de selección de yeguas y sementales se desactivó, la cabaña ganadera se saturó, la elevada consanguinidad se disparó, el precio del ejemplar se hundió y el personal del Hierro del Bocado se plantó cohesionado para protagonizar la primera y única huelga contada en los antiguos establos cartujanos”.
Pese a la labor dedicada de su sucesora al frente de Expasa, Sol Hernández, la Yeguada de la Cartuja-Hierro El Bocado no ha logrado separarse del fantasma del déficit, ese contra el que su actual presidente, Carlos Escribano, lucha por perder de vista definitivamente.
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Texto: Redacción.