La Osteocondrosis (OC) es una enfermedad que afecta al hueso y al cartílago que forman las articulaciones. La enfermedad ocurre durante el desarrollo dentro del útero de la madre y durante los primeros meses de crecimiento del animal. Los huesos crecen de tamaño, entre otras zonas, gracias a un grupo de células que se localizan bajo el cartílago articular. Durante el desarrollo del animal, el cartílago de las partes más profundas se transforma en hueso.
Cuando existe alguna alteración en el proceso de osificación del cartílago y esas células cartilaginosas se mueren antes de convertirse en hueso, este trozo de cartílago queda retenido en una zona donde se deberían haber convertido en hueso. Esto puede causar la aparición de grietas y/o fragmentos de cartílago o hueso subcondral (es el hueso que se encuentra bajo el cartílago). Una vez que se han formado fragmentos, la enfermedad se denomina Osteocondrosis Disecante (OCD).
Se cree que esta muerte celular temprana es debida es un problema de riego. El cartílago del potro está lleno de vasos que se encargan de llevar los nutrientes como llevarse el detritus creado en el rápido crecimiento del potro. Esta zona, sin riego adecuado, provoca la muerte de las células y la degeneración de la matriz ósea (estructura interna del hueso). Esto provoca que el cartílago que está encima de la parte afectada pueda colapsarse y formarse entonces las lesiones típicas de OCD.
Existen diferentes tipos de lesiones de osificación anormal que pueden afectar a diferentes localizaciones y profundidad:
1. Fragmentos adheridos a la superficie. Estos fragmentos se pueden quedar adheridos a la superficie articular.
2. Fragmentos que se desprenden dentro de la articulación.
3. Formación de quistes subcondrales en las zonas más profundas. Una vez que la lesión llega a la superficie articular, provoca una inflamación de esta que se denomina Osteocondritis.
4. En la fisis de los huesos largos y vértebras.
El problema es que un cartílago alterado no permite un funcionamiento correcto de las articulaciones. Las articulaciones tienen que tener un engranaje, perfecto como los pistones de un coche o algo así, si no es así, se desgastará el amortiguador de las articulaciones que es el cartílago articular. Al ejercerse las presiones de apoyo o rozamiento durante el ejercicio, ese cartílago de mala calidad no es capaz de soportar la presión requerida y aparecen distensión articular, dolor y cojera. En los casos en los que hay fragmentos, sean libres o no, estos actúan como los granos de una lija, lesionando con cada movimiento la superficie articular. Si no se pone remedio, algunas lesiones pueden provocar la enfermedad de esa articulación y la aparición de cojeras.
Marta Bezunartea López – Lincenciada en Medicina Veterinaria – Vet-Regenera S.L.