Se ha evolucionado, también, en la capacitación de los jinetes, que sin duda desarrollan una mejor técnica y una equitación más profesional. Pero ¿y los presentadores? ¿han evolucionado los jueces en estos años? Y la ANCCE, ¿qué pinta en todo esto?
En este análisis de los Concursos Morfológicos, vamos a tratar algunas variantes que influyen directamente en ellos y en sus resultados, y opinaremos sobre todas ellas.
El ganadero, presentador, jinete, jueces y ANCCE. Todos ellos influidos por una variante común, que es el mercado.
Se percibe entre los ganaderos un ambiente extraño, difícil de encontrar en otras zonas del mundo donde se crían caballos, o incluso simplemente en otras razas. En nuestro sector, lejos de haber profundizado en el propio animal, y en el fin para el que se cría, se aprecia y valora como gran experto en caballos a aquella persona que es capaz de recitar como un papagayo, los puntos que unos y otros ejemplares han obtenido, en tal o cual concurso y con tal o cual juez. Si además es capaz de hacerlo sobre caballos que competían hace 20 años, lo convierte automáticamente en un erudito incontestable en la materia.
Esto es verdaderamente llamativo ya que pocas veces se oye una opinión de esos mismos caballos lejos de valoraciones generales como lo guapo, el lujo, la clase, o la raza que tiene o deja de tener.
Es curioso observar cómo se puede criar algo para un fin (la equitación) y no tener más que nociones muy básicas de ese fin que se está buscando, y quizás es esta última frase la que da la preguntas clave: ¿ES EL MORFOLÓGICO EN SÍ MISMO UN FIN? Sigamos con el ganadero.
La herencia de la burbuja inmobiliaria disparó el número de ganaderos de caballos PRE y no digamos el número de caballos, por lo que aumentó también el de concursos, tratantes, presentadores, jinetes y todo lo que envuelve al caballo. Es quizás este un momento muy importante. La notoriedad, las fotos, las revistas y el mundo de la farándula y el postureo irrumpen de forma notoria en el morfológico y lo convierten indiscutiblemente en un fin en sí mismo. El fin del ganadero ya no es criar los mejores caballos si no salir en la foto.
Esto, en principio, no debería ser un problema, si se consigue que en el morfológico solo ganen los mejores caballos. Pero eso quedará en manos de los jueces y de ANCCE, que es la que ha de decidir con la aprobación de todos sus ganaderos qué y cómo se quiere valorar
Durante todo este periodo se sigue luchando por el LG y se consigue después del trabajo de todos los que hasta entonces habían pasado por la ejecutiva de ANCCE.
En todas las reuniones ganaderas se escuchaba: “El Libro traerá consigo el esquema de selección que es lo verdaderamente importante y lo que sin duda nos ayudará a mejorar la raza”. Pero el tiempo ha demostrado que eso no ha sido así. Existen las herramientas, pero el ganadero una vez más huye de la formación; los expertos en notas ven peligrar su estatus, y al final el ganadero no cree en estas herramientas que han puesto a su disposición, es más, no le ha interesado ni comprender bien en qué consisten. Así que volvemos a confiar en el morfológico buscando al campeón, y se consolida como esquema de selección informal.
Con estos antecedentes y un panorama actual en el que sobran caballos, hay un mercado escaso y caprichoso, la mayoría no tiene claro qué vale y qué no.
No hay un objetivo fijado, ya que los tumbos del morfológico, sus modas y su falta de uniformidad de criterios en los jueces, hacen casi imposible construir sobre una base firme. Lo que hoy vale, mañana quizás no.
Nuestra opinión es que en este entorno en el que nos encontramos, el ganadero, por regla general, debería ser un amante del caballo con una inquietud desmedida por aprender todo lo posible de este animal, en primer lugar como especie.
La formación es más que fundamental y analizar lo que hacen nuestros competidores (que no es el ganadero de al lado, sino las demás razas de silla). Tenemos ejemplos muy cerca como Portugal que con menos medios tienen buenos resultados porque sus líneas de selección van todas enfocadas a un caballo funcional.
El buen ganadero debería ser un estudioso del animal que pretende criar y del que desea mejorar su descendencia, con sus aciertos en los cruces de futuras generaciones. Dejando al margen las modas, y contrastando sus resultados con otras razas. Cualquier otra actitud no es más que ponerse en manos del azar.
Hoy día nos da la impresión de que los ganaderos están perdidos y siguen buscando el Norte. Esta vez, en una aplicación de internet que le plasma los resultados de los concursos, y sus comparativas con multitud de variables en jueces, caballos, etc., y hasta en tiempo real, y ahí perdidos siguen buscando el Santo Grial de la Cría.
Pero no hay objetivo crítico y constructivo de lo que se necesita cambiar y mejorar en nuestros propios animales. Normalmente la discusión va encaminada cada año a cambiar los jueces, el reglamento, la ficha, las categorías de jueces y concursos, y mil cosas más que lo único que consiguen es marear más al interesado. Entonces, ¿podríamos decir que el ganadero en general cría con un criterio y un objetivo de futuro a largo plazo?
En nuestra opinión, no. Se sigue criando lo que se pone de moda, unas veces es un determinado pelo, otras las cabezas acarneradas o los cuellos muy finos… Estas modas centran mucho el objetivo normalmente en caracteres estéticos, dando excesiva importancia a un parámetro muy concreto que toma más fuerza sobre todos los demás. Con el agravante de que las modas pasan y el ciclo vital de los animales es muy largo.
Desde nuestro punto de vista el criterio que de forma generalizada aplica el ganadero para la selección simplemente no es el correcto. Los morfológicos han sido y siguen siendo el referente de la mayor parte de la cría de caballos PRE.
Esto se debería aprovechar, pero teniendo claro que criamos caballos, para ser montados o enganchados, y que en este siglo XXI seguimos siendo la raza más guapa de la foto y la más fea de los vídeos, y eso, es precisamente lo que tenemos que cambiar. El reto de los ganaderos de esta nueva generación será el de aumentar de forma exponencial el número de caballos que puedan competir con otras razas, convirtiéndola en la mejor del mundo.
El ganadero que tanto acude al patrón racial para hablar de las cabezas, ha de saber que esto de la silla, que a veces le suena tan lejos, no es una opinión particular de este foro, es parte de nuestro patrón racial que en su primera frase, define al PRE, como caballo de silla.
Texto: Foro de Opinión El Caballo Español / Fotos: Archivo