El caballo debe mirar hacia abajo para ver los obstáculos y levantar los pies para pasarlos; al hacerlo adopta la posición correcta y al mismo tiempo aumenta la flexión y la fuerza de las extremidades, sobre todo de los posteriores y el dorso.
El caballo debe estar equipado con cabezada de filete y cabezada de dar cuerda, pero sin riendas de atar. Al contrario, hay que estimularlo a estirar el cuello y debe llevar un “bungie” (una banda de goma elástica) que pasa sobre la nuca, a través de las anillas del filete y por debajo del pecho entre los anteriores hacia el cinchuelo. Esto no tira de la cabeza hacia abajo, pero estimula al caballo a buscar el contacto en esa dirección por sí mismo.
El trabajo a la cuerda con cavalletti o barras de trote ayuda a flexibilizar y redondear el dorso del caballo
Para empezar, se colocan tres cavalletti sobre el círculo; estos se pueden pasar al paso (para lo cual la distancia entre ellos es más corta – aproximadamente 0,90 metros) o al trote (para lo cual la distancia entre ellos debe ser mayor – aproximadamente 1.40 metros). Más adelante, la variación de la distancia entre las barras de trote es una buena herramienta para ampliar o acortar el tranco. El caballo debe estar relajado antes de entrar a los cavalletti, por lo que hay que darle cuerda antes con transiciones frecuentes de paso/trote/galope/trote/paso para que pueda desfogar su energía (pero sin cansarlo). Después hay que llevar al caballo al paso sobre los cavalletti, para explicarle que no debe saltarlos. Cuando esté contento de franquearlos al paso por sí solo, se podrá progresar al trote.
Hay que tener en cuenta que, para dar cuerda sobre unos cavalletti, el domador debe moverse en círculo con el caballo y no puede quedarse quieto en el centro. Puede ajustar la amplitud del tranco del caballo alternando su posición dentro del círculo, el espacio más cerrado entre las barras hacia el interior del círculo acortará el tranco mientras que el espacio más abierto en el lado exterior hará que tenga que ampliar el tranco. Se podrán añadir dos o tres cavalletti cuando el caballo sepa pasarlos confiadamente. Hay que cambiar de mano con regularidad y no trabajar al caballo demasiado rato –este trabajo puede resultar cansado y el caballo debe estar relajado al finalizar la sesión.
Dar cuerda sobre unas barras puestas sobre el círculo sirve de ayuda al domador para ajustar
la amplitud del tranco del caballo
Hacia el final de la sesión se puede quitar el “bungie” para ver cómo se mueve el caballo sin esta ayuda –no debe alterar su ritmo o velocidad, y su línea exterior debe seguir redondeada.
El siguiente paso será añadir un pequeño salto (con una barra adecuada a modo de reparo en el lado interior) después de tres cavalletti, para ser franqueado al trote. El caballo debe estirar hacia abajo y relajarse al usar el dorso correctamente, no por una ayuda artificial.
Para incorporar saltos a la cuerda es importante poner una barra de reparo para evitar que la cuerda
quede enganchada en el reparo
Ahora se puede progresar haciéndole pasar dos pequeños saltos a galope, puestos sobre el círculo; para este ejercicio es conveniente tener un ayudante para cambiar la barra de reparo cada vez que se cambia de mano.
El trabajo a la cuerda con cavalletti y saltos no solo sirve para el desarrollo físico del caballo, también ofrece variedad y distracción en su programa de entrenamiento.
Texto y Fotos: La Equitación de Arthur Kottas editado por Grupo Lettera, S.L.