A medida que el caballo se aproxima al obstáculo, se estira alargando la columna vertebral hacia delante en previsión del esfuerzo que tendrá que hacer. Durante el salto efectúa cuatro gestos bruscos e inversos de cuello:
1. Elevación: en la batida.
2. Bajada: paso de anteriores.
3. Elevación: paso de posteriores.
4. Bajada: tranco de “salida”.
El salto (una fotografía sobre 100)
Elevación (batida)
Este gesto permite al caballo reunirse antes de saltar; a continuación, batida de manos, con lo que desvía de alguna forma la propulsión para favorecer el empuje de sus posteriores (ligamentos).
Descenso (paso de anteriores)
El caballo lanza el cuello sobre la trayectoria del salto. La columna vertebral se pone rígida en la dirección de la proyección, mientras que los posteriores empujan, proyectando la masa en esta nueva dirección. “La cabeza tira, arrastra al cuerpo y a los miembros” (comandante Chamorin).
El gesto brusco de descenso del cuello acentúa el movimiento ascendente de los miembros anteriores y favorece luego la intervención de los posteriores (flexión del dorso-riñones, ligamentos).
3. Elevación (paso de los posteriores)
Este gesto hace bascular al caballo por encima del obstáculo (paso de los posteriores) y precipita el descenso del tercio anterior.
4. Bajada (tranco de salida)
Este gesto amortigua la aceleración al contacto con el suelo, acelera el remetimiento de los posteriores, muy acentuado en este momento, y apresura su apoyo.
Se produce en el tranco de salida (la fase más crítica del salto por la inestabilidad del equilibrio) como un pequeño rebote. El tercio posterior se recoge y el anterior se eleva durante más tiempo que en un tranco de galope ordinario. Los posteriores proyectan de nuevo el peso de la masa hacia delante en un segundo rebote poco acentuado, mientras el caballo extiende el cuello en la dirección del nuevo esfuerzo propulsor.
El salto (una fotografía sobre 50)
A tener en cuenta
Este breve análisis del salto confirma las observaciones antes hechas respecto al estudio de la locomoción. Considerado bajo este punto de vista, el salto es el caso extremo de los procedimientos que el caballo utiliza para moverse. Se encuentra, en efecto, una demostración muy evidente del funcionamiento de la máquina animal como la que está expuesta en las dos primeras partes de esta obra (juego de los ligamentos, relación entre los músculos-jefes, ángulo de ataque de los braquiocefálicos, etc.). Cabe resaltar que todo gesto de elevación del cuello va seguido de una extensión de riñones; todo gesto de descenso del cuello, de una flexión. Se puede decir entonces que el caballo salta, y marcha, con su cuello y con sus riñones.
Al igual que los del jinete, los riñones del caballo deben intervenir durante el salto alternativamente en flexión y en extensión. El procedimiento que consiste en mantener una disposición de flexión durante el salto por medio de las riendas, disposición que supone forzosamente una posición análoga de riñones e impide el empuje, no debe considerarse como un procedimiento de doma o que pueda compensar un defecto de doma.
Con un caballo equilibrado bajo su jinete, es decir, con un caballo domado, nuca y riñones deben poder actuar libremente en los dos sentidos. Esta libertad de acción no es posible más que si el jinete tiene las manos no hacia la nuca del caballo, sino en su sitio, más bien bajas, permaneciendo siempre por encima del bocado. Al encuadrar así las riendas a los riñones del caballo, dejan a la columna vertebral el máximo de libertad de juego en los dos sentidos.
Texto y Fotos: Jean Licart – Traducido y comentado por José Manuel Sales “El Cura”