Hay que notar que la extensión de los riñones debe desarrollarse durante más tiempo que la flexión, porque esta se hace con mayor facilidad.
Parece lógico que el jinete se coloque en la silla con los estribos atados a la cincha. Esta colocación de los talones determina el sitio en que deben situarse la pelvis y los hombros, así como la “línea de equilibrio” del jinete (esto no condena el trabajo sin estribos, muy provechoso cuando se practica por jinetes que han adquirido una confianza y una flexibilidad suficientes para poder soportar sin demasiada fatiga ni temor las sacudidas del trote sentado).
Este procedimiento, que obliga a doblar la pierna, reduce, por otra parte, la tendencia que tiene la mayor parte de los jinetes, al principio, a tomar apoyo exageradamente sobre los estribos y sobre las rodillas.
El jinete puede colocarse en la silla, de parado, de la forma siguiente:
- Ajustar aproximadamente los estribos y calzarlos hasta un tercio del pie.
- Hacer que el jinete se ponga de pie y en equilibrio sobre los talones, el busto vertical, agarrándose con la base de las pantorrillas, pero sin apretar las rodillas.
- Indicarle que descienda sobre la silla permaneciendo en equilibrio, dejando el busto vertical, los estribos en su sitio y deslizando las rodillas hacia delante (para asegurar un descenso vertical, el jinete puede apoyar una mano en el fuste trasero. El instructor puede sujetar la rienda por detrás para impedir la incurvación, manteniendo siempre el estribo en su lugar, si no está unido a la cincha). El jinete debe reposar así sobre la silla contra la perilla, con los riñones en actitud natural, o sea, sin abombar.
- Después de haber hecho que abandone los estribos, hacer que apoye los muslos y que las rodillas permanezcan en contacto con la silla sin apretarlas; indicarle que abrigue el cuerpo del caballo efectuando una rotación de la pierna sin separar las rodillas, remontando las puntas de los pies y apretando al máximo las pantorrillas, cuya presión debe ejercerse ligeramente por detrás de la cincha y de abajo a arriba, con las rodillas flexibles (por constitución, “la rotación de la pierna no puede hacerse más que sí esta está suficientemente flexionada y de ninguna manera en extensión” – DUPATY DE CLAM).
El lugar donde quedan las suelas en ese momento indica la longitud que deben tener los estribos. La longitud de los estribos varía según la corpulencia de cada caballo. La suela del estribo calzado debe estar perpendicular al eje longitudinal del caballo, lo que proporciona eficacia al apoyo sobre la parte ancha del pie.
En cuanto a la adaptación muscular de las piernas del jinete y el juego de riñones y de la pelvis en los dos sentidos, hay que hacer que el jinete perciba la importancia del equilibrio del busto; abrir los hombros, separar muy ligeramente los muslos de la silla y, después de haber encontrado el equilibrio del busto, actuar con los riñones en los dos sentidos a uno y otro lado de la línea de equilibrio; resituar los muslos en su sitio sin cambiar de posición, los hombros constituyen un excelente procedimiento para obtener el aplomo del busto (control frecuente del aplomo del busto durante el trabajo por medio de este procedimiento).
La silla
La silla debe estar hecha para facilitar el asiento, pero casi nunca es así.
El hueco de la silla es su parte más baja y debe estar lo más cerca posible de la perilla, de manera que las nalgas se deslicen sobre la silla y vayan automáticamente hacia delante al máximo.
Para facilitar la adherencia, los faldones deben ser muy flexibles y no duros y deslizantes como son en la mayoría de los casos. Las rodilleras van colocadas a veces delante de las rodillas y deben ser suprimidas porque lo único que hacen es impedir el juego de estas articulaciones.
Texto y Fotos: Jean Licart – Traducido y comentado por José Manuel Sales “El Cura”