En el artículo anterior: “La herradura: una nueva forma de ver el pie del caballo obliga a reevaluar su función», concluí que el recorte del casco debe separarse del asiento de la herradura. Escribí que el casco del caballo debe recortarse en base a su propia información, respetando factores naturales y visibles, porque esto permite descubrir posibles presiones y desequilibrios. Bajo este concepto, la herradura pasaría a ser solo el piso adherido al casco, en la cual este se relajará.
Uno de los mayores paradigmas a vencer en la podología equina actual es deshacerse de la vieja escuela que enseña un recorte plano en relación a los ejes del pie y miembro, donde no se respetan los límites naturales ni la flexibilidad longitudinal del casco.
Si bien ya se ha determinado que un recorte, considerando los factores naturales, es el camino correcto para respetar la conformación de cada caballo de forma individual, generar el cambio en las escuelas de todo el mundo es una labor que requiere un esfuerzo titánico. Posiblemente solo se logre a través de cambios generacionales.
¿Por qué? Cambiar una técnica que se usa desde hace siglos no puede lograrse de un año para otro. Este nuevo concepto (Balance F), que considera referencias naturales, nació en el año 1999 y hoy, después de veinte años, posiblemente solo un 5% de los podólogos del mundo ha pensado en plantearse el cambio. Quienes han transitado el cambio no regresan a la técnica tradicional, porque han aprendido a ver el casco de una forma diferente y entienden que así debe verse si se desea respetar la naturaleza del caballo.
Cambiar no es sencillo, y aún más difícil es cuando un mediano éxito en el andar del caballo impide la obligación de mejorar. Si los caballos han caminado, corrido y saltado bien durante siglos, ¿por qué hemos de cambiar ahora nuestra forma de recortar el casco? Es muy difícil argumentar en contra de tal pregunta. Pero sí puedo afirmar que quienes trabajan por el verdadero bienestar del caballo y logran ejercer la profesión en primera línea donde prima la calidad centrada en la salud del casco, aprenden inmediatamente a distinguir la diferencia: los cascos se tornan más saludables y los caballos caminan mejor.
¿Y cuál es la diferencia entre caminar bien y caminar mejor? Solo ve la diferencia quien desea verla. Si partimos de la base de que la mayoría de las escuelas formadoras de herradores escogen pies que no se encuentran sanos para enseñar cómo es el pie del caballo, los futuros herradores no sabrán distinguir un casco sano de uno enfermo.
Para fijar como objetivo la búsqueda de un pie sano, previamente hay que saber cómo es un pie sano. Si llevamos esto al caballo y su salud en el movimiento, podemos decir que la mayoría de las escuelas enseñan que un caballo camina bien desde el momento que no va cojo. Existe una amplia brecha entre un caballo que no cojea y uno que se encuentra cómodo con su andar.
En lo concerniente a la podología equina, se puede pensar en un caballo que camina cómodo cuando sus cascos se encuentran saludables y en equilibrio, porque solo a partir de ello el aparato muscular podrá relajarse.
No obstante, lo más importante es que este bienestar perdure en el tiempo. Debería permanecer desde que el caballo nace hasta sus últimos días de vida.
Bien es sabido que muchos caballos deportivos cuentan con una parábola de rendimiento muy marcada donde se observa que el éxito se dispara hasta un punto en la cima e inmediatamente su eficiencia física desciende drásticamente, hasta que nadie más sabe de ellos. Desaparecen misteriosamente del ambiente deportivo, y ocurre cuando los daños que nosotros mismos hemos causado en los cascos son irreparables y se nos han acabado las herramientas para mantenerlos en carrera.
Existen muy pocos caballos que lleven una extensa carrera deportiva acompañados de buena salud en sus cascos.
Desde mi punto de vista, la esperanza de un pronto cambio en la profesión no se encuentra tan lejos como podría imaginarse. Los propietarios de caballos, por pensar solo en la salud del caballo sin intereses que empañen su visión, aprenden de forma rápida que un recorte pensando en la naturaleza del caballo es la mejor opción hasta ahora disponible. Serán estos quienes generen la presión necesaria para que los podólogos equinos profesionales opten por nuevos conocimientos.
Nuestro centro de formación se dedica a la enseñanza desde hace más de dos décadas, y somos la única escuela en el centro de España que desde hace casi 10 años transita este camino de cambio, pensando seriamente en la salud del casco del caballo. Capacitamos alumnos que aprenden una manera diferente de ver el casco. Ellos son la nueva generación que inicia un cambio sustancial en la podología equina.
Texto y Fotos: Daniel Anz – Podólogo herrador profesional y Director de la Escuela de Herradores y Podólogos Equinos Sierra Norte (Madrid)