Los ganaderos de corazón estamos tristes, lo estamos por esta desgracia que no entiende de religiones ni de colores políticos. Lo estamos también al no poder hacer esa visita diaria que, en circunstancias normales, hacemos a nuestras ganaderías. Aunque solo sea por aquello de que el ojo del amo engorda al caballo. Como este dicho sea cierto y el encierro dure mucho, cuando regresemos nos vamos a encontrar con más de un ROCINANTE.
Quienes tenemos el privilegio de vivir a pocos metros de la cuadra y podemos seguir disfrutando de las bondades que nos proporcionan estos maravillosos animales, tenemos la obligación de solidarizarnos con los compañeros que no pueden salir de casa. Es precisamente en estas ocasiones cuando aprendemos a valorar lo que representa nuestro PRE.
Tengo igualmente la obligación de felicitar a esa inmensa mayoría de ciudadanos que hacen varios kilómetros recorriendo el salón, o el pasillo de su casa, para no volverse locos después de tantos días de encierro.
Desde esta revista, que siempre estuvo en la vanguardia de las noticias ecuestres, también quiero tener un recuerdo para aquellos que perdieron a sus seres queridos.
También salimos a nuestro balcón, para aplaudir a esos colectivos que se juegan la vida cada día por salvar a los que tuvieron la desgracia de ser tocados por el virus. Estoy a disposición de todos para escuchar vuestros comentarios, dedicar algo de ese precioso y largo tiempo a escribir que no todo tiene que ser caminar pasillo en ristre. Escribiendo ejercitamos la mente y también es necesario, estoy a vuestra disposición para iniciar cualquier iniciativa que se os ocurra.
Deciros, con toda la fuerza que tiene la voz de esta casa, que al igual que fuimos capaces de acabar con la PESTE EQUINA, que quiso llevarse por delante a nuestros caballos, también acabaremos con la maldición de este virus que quiere eliminar una parte importante de los seres humanos, una vez más LA VAMOS A VENCER.
Un abrazo virtual para todos.
Texto y Fotos: Pedro Conesa – Criador PRE