Hay que imaginarse un caballo joven que todavía no está acostumbrado a las ayudas de la mano y por tanto no sabe cómo aceptarlas o responder a ellas. De repente nota un tirón del filete, que como bien sabemos, ¡está insertado en la parte más sensible de la boca del caballo! Su reacción más natural e instantánea por tanto será resistir.
El caballo es un animal de huida, lo que implica que ante el miedo saldrá corriendo, o al menos tratará de hacerlo. En este caso, si el caballo se asusta y trata de seguir su instinto huyendo, al tirar del filete no solo le producimos dolor, sino una sensación de pánico. Su reacción natural será intentar evadir esta situación con todas sus fuerzas. Lo que puede ocurrir entonces es que levante la lengua para intentar aliviar el dolor, o peor todavía, que logre pasar la lengua por encima del filete. Todas estas cosas pueden evitarse con el uso del cabezón para dar cuerda.
La única vez que está permitido fijar la cuerda al filete es para dar cuerda a un caballo domado para trabajar a dos riendas.
Cabezada de dar cuerda y cabezada de filete correctamente puestas para dar cuerda
Una buena cabezada de dar cuerda debe tener tres anillas insertadas en la parte frontal. La cuerda debe fijarse con el mosquetón a la anilla central. Las anillas exteriores pueden usarse para las riendas de atar. También sirven para poder trabajar con un caballo que no pueda llevar una embocadura en la boca debido a alguna lesión en la boca o un problema dental.
La cabezada de dar cuerda se coloca por encima de la cabezada del filete. Los montantes deben ajustarse algo más que los de la cabezada del filete para evitar que se deslicen sobre los ojos del caballo durante el trabajo a la cuerda. La cabezada debe ajustarse cuidadosamente en todos los aspectos para evitar que produzca cualquier daño en el caballo si hace un movimiento brusco con la cabeza.
Una alternativa para el uso habitual de poner una cabezada de dar cuerda encima de la brida del filete consiste en una cabezada de diseño especial que permite dar cuerda al caballo sin usar una brida normal debajo, ya que se puede acoplar y quitar fácilmente un filete a la misma. Es una opción práctica cuando solo hay que dar cuerda al caballo y no debe ser montado después (esto es aplicable para caballos de todas las edades, no solo potros).
Existe otra ventaja. Con una brida normal, la muserola debe estar colocada aproximadamente el ancho de una mano por encima de los ollares para no impedir la respiración del caballo. Lo mismo sirve para la cabezada de dar cuerda. Por consiguiente, al usar tanto brida como cabezada de dar cuerda, hay que llegar a un compromiso: la cabezada de dar cuerda debe fijarse ya sea encima o debajo de la muserola. Si se fija demasiado baja, presionará los ollares del caballo y restringe su respiración. Si se fija demasiado alta, afecta a las ayudas para la media parada sobre el hueso nasal del caballo. El uso de una cabezada de dar cuerda con posibilidad de enganchar un filete evita tener que hacer este compromiso y permite una colocación idónea.
Enseñar a la cuerda
Para enseñar a un caballo joven a la cuerda el entrenador debe tener conocimiento y experiencia. Debe saber cuándo y cómo aplicar las medias paradas con la cuerda, cuándo y cómo usar la tralla, y cuánta actividad puede pedir. Cuando el entrenador trabaja solo, la tralla debe tener suficiente longitud para tocar al caballo en los posteriores o la espalda con el extremo del latiguillo, trabajando en un círculo de 20 metros. Si la tralla no tiene suficiente alcance, el entrenador podrá caminar en un círculo pequeño junto con el caballo, en vez de estar parado en el centro. El tamaño del círculo debe adaptarse al nivel de doma del caballo, no a la longitud de la tralla. Es de suma importancia que sepa distinguir si el caballo está trabajando correctamente, por ejemplo, si no está trabajando desde los posteriores hacia el filete, o si solo flexiona el cuello en vez de incurvar todo el cuerpo. La confianza para resolver cualquier problema también es importante. Por lo tanto, una persona que no sepa dar cuerda debe coger experiencia, bajo supervisión, trabajando con caballos domados, antes de intentar entrenar caballos jóvenes a la cuerda.
Doma inicial del caballo
Al igual que no tiene sentido dar un libro a un niño que todavía no ha aprendido a leer, no se puede esperar que un potro sepa automáticamente lo que se espera de él en la zona de dar cuerda. El caballo tiene que aprender, y el entrenador no debe olvidar que cada aspecto del procedimiento debe ser explicado y comprendido. En las primeras sesiones es recomendable tener un ayudante, una persona para dar cuerda y otra para manejar la tralla; de este modo el proceso de enseñar al caballo resulta mucho más fácil.
El caballo es llevado completamente equipado a la zona de dar cuerda, pero sin haber fijado las riendas de atar al filete; estas se enganchan dobladas al cinchuelo para que no molesten. La cuerda larga se fija a la anilla central de la cabezada de dar cuerda. El ayudante con la tralla lleva al caballo hacia el perímetro del círculo, mientras el domador permanece en el centro. Lo ideal sería disponer de una zona circular para dar cuerda, no demasiado pequeña, de unos 20 metros de diámetro. Si no es así, se puede crear una zona dentro del picadero o en otra superficie apta, llana, segura y delimitada con balas de paja. Nunca hay que dar cuerda a un potro en un círculo demasiado pequeño, ya que esto podría dañar sus tendones y ligamentos.
El ayudante con la tralla debe caminar al lado del caballo por la pista, para mostrarle que debe moverse en círculo. El caballo debe acostumbrarse gradualmente a aceptar las medias paradas –pequeños toques con la cuerda larga– para ir más lento, así como el toque más fuerte para transmitir la señal de parada. Hay que usar comandos de voz conjuntamente con las señales de la cuerda larga, por ejemplo: “ho, ho”, para la media parada, y un largo “hoooo” para la parada. También hay que usar la voz para premiar al caballo cuando haya comprendido u obedecido a un comando.
La tralla únicamente será enseñada al caballo, es decir, no debe usarse para amenazar o pegar. Un toque sobre la espalda significa que el caballo debe agrandar el círculo, mientras que un toque sobre el posterior significa que debe avanzar más rápido. Hay que estimular al caballo para avanzar y estirar hacia abajo, y a mantener un suave contacto elástico con la cuerda larga, y con las riendas de atar cuando se usan. Si la cuerda queda floja porque el caballo no avanza, hay que animarlo a moverse sobre el círculo con ayuda de la tralla, y asegurarse de que los posteriores sigan la trayectoria de las espaldas. Si el caballo tira de la cuerda, debe corregirse con medias paradas.
La combinación de ayudas de la cuerda larga, la tralla, la voz y el ayudante debe usarse de forma consistente para que el caballo vaya comprendiendo poco a poco. Para pedir el trote se debe usar la voz en conjunto con un suave toque sobre el posterior. Si el caballo sale disparado, o salta al galope (no se pide galope en esta fase), una media parada con la cuerda larga indicará que debe ir más lento y concentrarse. Al pedir una transición a más hay que usar una voz breve y fuerte, con entonación hacia arriba; para una transición a menos el sonido debe ser bajo y largo, con entonación hacia abajo. Por ejemplo, para lograr una transición de trote de paso, hay que usar la media parada con la cuerda, combinada con el comando vocal “paaaaso”. Estas mismas ayudas de voz se usarán cuando se monte al caballo por primera vez: la doma debe ser un progreso paso a paso para el caballo, una cosa debe llevar a otra con lógica. El caballo siempre debe comprender y hacer a gusto lo que se le pide antes de progresar a la siguiente fase de su doma. De esta forma el domador ganará la confianza y el respeto del caballo. Otro punto a recordar es que el caballo estará menos atento cuando esté cansado, rígido o aburrido. Por eso hay que mantener las primeras lecciones cortas (hay que terminar antes de llegar a este punto) y obviamente, hay que cambiar de mano con regularidad.
En cuanto sea evidente que el caballo ha comprendido lo que se le pide, el ayudante con la tralla puede alejarse del caballo y ponerse en el centro del círculo junto a la persona que da cuerda. Si el caballo le sigue hacia dentro, hay que usar la tralla en dirección a la espalda del caballo para dejar claro que debe continuar sobre el círculo. Ahora el domador puede empezar a dar cuerda solo, y controlar al caballo con la cuerda larga y la tralla.
Para conseguirlo el domador puede llamar la atención del caballo moviendo el brazo con la tralla de forma circular. (Recuerde que el objetivo es que el caballo preste atención y esto no significa usar la tralla de manera amenazante). El domador debe observar que el caballo trabaja correctamente. En esta fase de la doma el caballo debe moverse activo (¡pero sin correr!), con un ritmo estable, libertad de espaldas y estirando el cuello hacia delante y hacia abajo. Debe remeter los posteriores debajo del centro de gravedad. El domador debe estar al tanto para corregir cualquier anomalía inmediatamente con ayuda de una media parada o la tralla.
Texto y Fotos: La Equitación de Arthur Kottas editado por Grupo Lettera, S.L.