Nuestro protagonista, Daniel Anz, nació y se crio en la Patagonia, zona sur de Argentina. Su pasión por el pie del caballo viene de haber vivido con ellos desde pequeño y de haber trabajado como ayudante del herrador de la estancia donde vivía con su familia. No estudió en la universidad, pero a los 19 años viajó a Alemania para trabajar con caballos de todo tipo, y uno de esos trabajos fue ser ayudante de un herrador que atendía caballos de alta competición. Al regresar a Argentina comenzó a hacer cursos. Fue alumno de grandes y reconocidos herradores de varios países. Y a partir del año 2000 trabajó durante mucho tiempo como asesor técnico para la empresa Mustad Argentina. “Fue una gran ayuda porque a través de ella pude dar a conocer mi propia forma de ver el pie del caballo, no solo en Argentina, sino en casi toda Sudamérica”, apuntó el Anz.
Hoy eres reconocido como docente y especialmente por el concepto Balance F, ¿qué significa esto en tu trabajo?
Sí, me gusta mucho enseñar. Creo que mi vida se basa en ello. También me considero un observador. En el año 1999 comencé a ver en el pie del caballo particularidades que los profesores de mis escuelas no las tenían en cuenta. Tanto la escuela americana como la europea me enseñaban una técnica que luego comencé a cuestionar. Ahí nace el Balance F. Es un concepto que combina los límites naturales del pie con la flexibilidad longitudinal del casco. La combinación de estos elementos abre una nueva puerta en la Podología Equina, porque hoy podemos recortar y equilibrar el pie y al caballo basándonos en parámetros medibles y reproducibles en el tiempo, 100% naturales.
Las escuelas de herradores vienen enseñando algo que ha funcionado durante siglos, ¿crees que es momento de cambiar las cosas?
Me parece que ciertas cosas deben cambiar. Creo que la evolución es necesaria para sobrevivir, y considero que el herrado necesita aire fresco. Veo que los conocimientos, en gran medida, están estancados. Desde que he iniciado mi investigación sobre el concepto Balance F, hemos aprendido muchas cosas que confirman errores que actualmente se siguen enseñando como correctos. La dinámica del oficio impide una visión objetiva de aquello que hacemos porque conviene, y de aquello que deberíamos hacer para ser mejores profesionales. La dirección de esta dinámica es muy difícil de cambiar, pero desde mi lado personal creo generar espacios donde invitamos a los herradores a reflexionar sobre si lo que hacemos realmente es lo que debemos hacer. Como formador de alumnos, quiero llegar al caballo con una mejora genuina y real. Quiero enseñar a no estancarse, a mantener la mente abierta sin que sea consumida por la dinámica del día a día.
¿Qué dice la ciencia sobre tus estudios y los cambios que propones?
En el año 2012, el Instituto de Anatomía de la Universidad de Veterinaria de Leipzig, de Alemania, se interesó en mis observaciones y decidió apoyarme con un estudio científico. Fue llevado a cabo durante 11 meses por la misma universidad y un gran equipo de profesionales. Se hizo un estudio comparativo entre tres formas diferentes de recortar el casco. El concepto Balance F fue el que arrojó mayor cantidad de resultados positivos. Anterior a este estudio largo, hicimos otros pequeños estudios que siempre dieron resultados favorables, es decir, los caballos mejoraban su andar notablemente.
Siendo de Argentina, ¿cómo has llegado a ser reconocido en Europa?
En el año 2007 publiqué una serie de artículos en la revista El Herrador, de distribución en todo Europa, y la primera escuela que se mostró interesada fue la Escuela de Herradores y Podólogos Equinos Sierra Norte, que está cerca de Madrid, dirigida por Constantino Sánchez. Él me preguntó si quería exponer mi teoría frente a un grupo de interesados. Ese curso, dictado en 2008, fue el empujón inicial para que los herradores empezaran a conocer más sobre el concepto. Actualmente trabajo en Alemania y formo parte del equipo directivo de Sierra Norte en España.
Supongo que las escuelas de todos los países procuran estar siempre a la vanguardia del conocimiento, ¿cómo han tomado tu concepto a la hora de pensar en incorporarlo en sus enseñanzas?
Cuando me di cuenta de que mis observaciones podían ayudar en gran medida a las escuelas y a los herradores, pensé que muy rápidamente se interesarían en esto, que yo considero revolucionario, pero me equivoqué, porque nunca tuve en cuenta que el factor humano es una de las grandes limitantes al momento de innovar. Por eso hoy apostamos por las nuevas generaciones de jóvenes, ya que vienen a estudiar con una mente abierta, libre de estructuras. Ellos arrancan de cero y ven lo nuevo desde una perspectiva muy diferente. Nuestra forma de recortar el casco es muy lógica, y simplifica enormemente el aprendizaje a un alumno.
Veo que tu pasión pasa más por enseñar, ¿cuáles son tus planes para un futuro próximo?
Quiero seguir enseñando lo que aprendo en cada curso que imparto. Me gusta transmitir lo que voy viendo por ahí. He estado trabajando ya en 20 países y he visto muchas cosas, creo que suficientes para saber que finalmente lo sencillo suele ser lo más certero. Hoy, como director técnico de Sierra Norte, puedo decir que procuramos ser una escuela que está siempre por delante en cuanto a conocimientos. Contamos con una base sólida y nos mantenemos abiertos a sumar todo lo que puede ser bueno para el caballo. Actualmente, incorporamos una nueva metodología de enseñanza, mediante cursos online, que el alumno puede hacer a través de una plataforma digital, muy sencilla de usar. Es decir, ahora el alumno puede estudiar la teoría en su casa y asistir a la escuela solo a hacer las prácticas. Esto le permite un ahorro considerable de tiempo y dinero. Por el momento está aplicada a los cursos cortos. Los cursos largos se hacen de forma presencial en la escuela.
De forma paralela dirijo un sistema de academias, ubicadas en Argentina, España, Suiza y Alemania, donde enseñamos puntualmente el concepto Balance F. Estas funcionan desde el año 2012; en este momento contamos con más de 300 personas certificadas en 20 países. Siempre tengo proyectos rondando mi cabeza, pero creo que la docencia es el eje principal de mi pasión.
Podríamos decir entonces que tu camino no está terminado, ¿es así?
Sí, es así, y yo podría decir que mi camino recién empieza, pero la verdad es que llegue hasta donde llegue en mi vida, espero haber iniciado algo que luego se pueda continuar por el bien de la profesión y del caballo. Transmitir el conocimiento no es sencillo. Quizá, ser maestro sea la carrera que más satisfacción ofrece. Terminar el día sabiendo que cientos de alumnos cuentan con la posibilidad de un buen trabajo gracias a la dedicación de quienes enseñan, está reservado solo para unos pocos.
Texto y Fotos: Escuela de Herradores Sierra Norte – www.sierranorte.net