¡Y acaba de ocurrir en la 240ª edición de Epsom! al final el purasangre Anthony Van Dyck se impuso por delante de sus cuatro rivales, con una ventaja al quinto clasificado de solo un cuerpo.
La llegada reivindicó además al entrenador Aidan O’Brien en su decisión de hacer correr hasta a siete de sus pensionistas en esta carrera que sirve de auténtico faro de su programa anual. Los puestos en la meta de su contingente fueron 1º, 3º, 4º, 5, 6º, 8º y 10º. Que cuatro de sus pupilos se metieran en la cerrada llegada a cinco confirma la enorme calidad de sus establos y también que no es fácil saber cuál de ellos es el que destaca.
Tras su fabulosa actuación en el Chester Vase –victoria por 8 cuerpos de ventaja- parecía que su punta de lanza de cara al Derby sería Sir Dragonet, al que además eligió el jockey titular Ryan Moore. Y efectivamente a este purasangre hijo de Camelot le salió una estupenda largada e iba en cabeza a no mucha distancia del poste de llegada, luchando a brazo partido con Madhmoon, el ejemplar entrenado por el octogenario Kevin Prendergast.
Pero en escasos metros cambió todo para Sir Dragonet: Madhmoon le adelantó por una sola nariz de distancia en la meta y por el interior Anthony Van Dyck sobrepasó a ambos por medio cuerpo.
Con este adelantamiento el jockey irlandés Seamie Heffernan conseguía al fin su primer y ansiado Derby tras montar durante más de una década a opciones secundarias de su entrenador, el cual a su vez alcanzaba el número siete de victorias en esta carrera, totalmente dominada en el siglo XXI por su buen hacer y la calidad de los caballos que le proporciona el emporio Ballydoyle. Y es que con la gestión como semental de Galileo, caballo que ganó la carrera en 2001, han casi monopolizado esta prueba hípica que comenzó a disputarse en 1780.
Anthony Van Dyck, chaquetilla y gorra rosa, se adelanta a sus cuatro rivales para llegar primero a la meta de Epsom
Galileo es el padre, abuelo o bisabuelo por vía directa paterna de 12 de los 13 contrincantes de la presente edición. No solo ganar, parece que ni siquiera se puede correr el Derby de Epsom sin descender del gran hijo de Urban Sea [que curiosamente ella sí que está presente en el origen del único caballo no descendiente de Galileo]. Y la propia carrera mantiene su hegemonía genética: solo 3 de los rivales no eran a su vez hijos de ganadores de la prueba.
Terreno duro y 26 grados
El mitin de Epsom se disputó bajo unas condiciones muy poco británicas: un terreno oficialmente “Bueno a Firme”, y con ello el más duro en décadas en esta pista y tremendo calor para lo acostumbrado en el condado de Surrey, al sur de Londres, condiciones que sin duda actuaron sobre los resultados. De los tres Grupos 1 disputados ninguno se ganó por más de medio cuerpo. En el Oaks otro gran semental en ciernes, este con solo tres potradas que hayan alcanzado aún los tres años, Frankel, consiguió su primer vencedor clásico cuando su hija Anapurna volvía a darle el Oaks al entrenador John Gosden, que ya ganara dos con dos enormes yeguas como Taghrooda y Enable, las dos posteriormente exitosas en sus encuentros contra los machos.
El cabeza con cabeza entre Anapurna (gorra blanca) y Pink Dogwood en el Oaks se resuelve con ventaja para la primera
En la Coronation Cup el entrenador Roger Varian demostró su enorme momento de forma con la victoria, también in extremis, de Defoe, un caballo que tras muchos intentos conseguía por fin demostrar que es de Grupo 1 y que le birló la victoria al final al ganador del St. Leger 2018, Kew Gardens, fondista que ejecutó brillantemente los 2.400 metros de esta carrera pero al que se le espera en pocas semanas en los 4.000 sobre los que se disputará la nueva edición de la Copa de Oro del glamuroso mitin de Royal Ascot.
Texto: Jorge de Miguel / Fotos: Jesús de Miguel – Expertos en Turf