Durante toda la semana pasada ha tenido lugar la Romería de El Rocío, una cita, la de este año, marcada por la lluvia que dejó, durante días, gran parte del camino intransitable. Después de días de esfuerzo y agua, el sol terminó saliendo el fin de semana para dar la bienvenida a los peregrinos que llegaban a pie y a caballo a la Aldea del Rocío con ganas de ver salir en procesión a la Blanca Paloma. A las 3:03 horas del lunes de Pentecostés los almonteños saltaron la reja, dando comienzo a una procesión que duraría 10 horas.
Desgraciadamente, estos días de peregrinación nos dejan de nuevo la indignante y lamentable situación del fallecimiento de caballos a causa del agotamiento por las largas jornadas de travesía, la falta de preparación de los caballos, las condiciones climáticas, la falta de agua y la incompetencia y dejadez de sus propietarios. Si en el año 2015 fallecían ocho caballos, durante la celebración de este año pueden llegar a ser más, aunque estamos a la espera de un balance oficial, según Francisco Huelva, máximo responsable del Plan Romero, dispositivo que coordina todos los aspectos de seguridad durante la romería de El Rocío. Serían varios los caballos fallecidos en esta edición, y más de 100 en los últimos siete años.