Cuando hay elecciones, normalmente, se abre un periodo de esperanza, siempre te imaginas que algo va a cambiar, naturalmente para mejor y en varias ocasiones así ha sido, aunque me temo que si Dios no lo remedia, en esta legislatura no habrá revolución alguna como para preocuparse.
En legislaturas anteriores, cada equipo directivo aplicó su grano de arena para hacer grande esta asociación y así se fue escribiendo su historia. Por esta razón y en este tiempo de nuevas elecciones parece prudente dar un ligero repaso a esa historia electoral de ANCCE, para que nuestros lectores no olviden que estamos donde estamos porque antes hubo otros que trabajaron para llegar hasta aquí.
Todos los presidentes, y cuando digo todos también incluyo a los que he criticado por inactividad, todos han hecho lo que han podido o lo que han sabido y si no hicieron más es porque a este colectivo al que representan da la impresión de que más allá de los Concursos Morfológicos, no le importa demasiado lo que ocurra en la asociación que está creada para cuidar de sus intereses, aunque eso sí, en círculos privados todos sabemos criticar y quejarnos de que las cosas no funcionan bien.
Dicho lo anterior, trataré de recordar, sin entrar en demasiados detalles porque faltaría mucho espacio, cómo se desarrollaron las distintas elecciones y quiénes fueron sus protagonistas principales.
Algunos de nuestros socios o quizás no tantos, recordarán como yo lo hago. Allá por el año 1986, aquella primera vez que se presentaban dos candidaturas para presidir aquella asociación que no era una unión de intereses profesionales como sería lógico, sino una serie de amigos de distintos puntos de España, unidos por un interés romántico en torno al caballo español. Esta estaba compuesta por algo más de un centenar de socios. De aquella primera disputa por la presidencia quedaron algunas heridas que tardaron tiempo en cicatrizar, ya que a algunos les costó asimilar aquello de que hubiera más de una candidatura y mucho más grave no ganarla.
En aquella ocasión no hubo consenso y contra pronóstico salió elegido un joven ganadero, al que algunos de los más antiguos trataron de demasiado joven para un puesto de, según ellos, tanta envergadura.
Cuatros años estuvo Manolo Novales al frente de ANCCE, en unos años difíciles afectados por el gran problema que causó la PESTE EQUINA, una desgracia que condicionó la mayoría de proyectos que tenía en cartera. No obstante, Manolo fue un gran presidente que, a pesar de las dificultades, sentó las bases para los que llegamos a la siguiente legislatura hiciéramos los cambios más importantes que se han hecho nunca en la asociación. No en vano, fue a propuesta suya el que formáramos parte varios de los integrantes del CONSEJO DE DIRECCIÓN, incluida la presidenta, Carmen Martínez de Sola.
En esta ocasión, solo había una candidatura por lo que no fue necesaria la votación, siendo automáticamente nombrada por aclamación. También, la primera mujer en la historia de ANCCE.
Podría decirse que esta legislatura marcó un antes y un después en la vida de una asociación que pasó de ser de carácter regional a convertirse en Nacional pasando de 135 socios a 255 en solo cuatro años. Se liberaron las cuotas de entrada, se modernizó la revista y se puso en marcha el Salón Internacional del Caballo (SICAB).
En la segunda legislatura no resultó fácil elegir al candidato, no porque hubiera competencia entre varios, sino por todo lo contrario, por falta de candidato a la presidencia. A fuerza de insistir sobre las personas que por aquel momento podían reunir las condiciones para el cargo, se consiguió que hubiera dos aspirantes: Miguel Ángel Cárdenas e Ignacio Candau, el primero que descanse en paz y el segundo que nos dure muchos años para bien de todos y también para el del PRE.
Los dos contrincantes decidieron someter su candidatura a la consideración del Consejo y así solo habría un candidato que sería elegido por aclamación de la Asamblea. Así lo hicieron y salió elegido Ignacio Candau, que del mismo modo fue elegido por aclamación de la Asamblea.
Cuatro años fueron suficientes para que Ignacio cumpliera sus aspiraciones presidenciales y decidió no volver a presentarse, aunque de haberlo hecho seguramente nadie le habría discutido el puesto.
Durante su legislatura, además de dedicar un gran esfuerzo a reivindicar que toda la gestión del caballo debía estar en manos de los ganaderos, se redactó una Ley Electoral junto con unos nuevos estatutos acorde con la envergadura que durante estos años había adquirido la ANCCE. Estatutos que fueron sometidos a votación de la Asamblea en el año 1998, como primer punto del orden del día.
Los candidatos: Ángel Peralta. Miguel Ángel Cárdenas y Adolfo Sánchez de Movellán, tres pesos pesados en el ring que auguraban una reñida contienda, como así fue, de la que salió elegido Adolfo Sánchez de Movellán, conocedor de la casa por haber estado los cuatro años anteriores de consejero con Ignacio Candau.
Adolfo repetiría candidatura cuatro años después, en aquella ocasión tampoco tuvo oposición, y no fue necesario pasar por las urnas. Durante su mandato se consiguió que del Libro Genealógico pasara a ser gestionado por ANCCE, una reivindicación que se realizó por primera vez en 1990, se repitió en cada legislatura y por fin se culminó a finales de su mandato, (cualquier día de estos tendremos que explicar cómo, cuándo y quiénes fueron los protagonistas principales de estos logros, para que los conozcan nuestros socios).
Año 2006, candidatura única, José Palma fue elegido por consenso de la Asamblea. Dimitió año y medio después, lo sustituye el vicepresidente Javier Conde, este convocó elecciones dos años después.
Año 2008, aspirantes al cargo: Javier Conde, Adolfo Sánchez de Movellán y Leopoldo Fernández Pujals. Esta fue una de las candidaturas más reñidas de cuantas se celebraron en ANCCE, y para completar la emoción se dio la paradoja de que dos de los candidatos empataron a votos, algo insólito pero real. La mesa electoral decidió repetir la votación entre los dos candidatos más votados: Javier y Leopoldo, algo así como una segunda vuelta. Esta batalla final la ganó Javier Conde, que entre los cambios que introdujo en los estatutos fue que el presidente de ANCCE, solo podría presentarse a dos periodos electorales consecutivos.
2014, tres candidaturas en liza: Juan Tirado, Pedro Vallejo y Eduardo Jiménez. Al final, consiguen unirse las dos primeras y se establece la contienda entre las dos restantes. Estas elecciones también tuvieron su emoción resultando ganadora la encabezada por Juan Tirado. Sobre esta legislatura ya hemos hablado bastante, por lo que hay que darla como tiempo pasado.
2018, cumplido el plazo para la presentación de candidaturas, solo hay la presentada por el actual vicepresidente José Juan Morales, la emoción lógica de estos casos, cero patatero. Será aclamado, como en otras ocasiones, por aclamación, incluso me atrevo a decir que será una Asamblea más parecida a las ordinarias celebradas en los últimos años. Sea cual sea el resultado, diga lo que diga el programa, si lo hubiere y después de lo visto en la última legislatura, solo nos queda pedir que alguien se tome en serio eso que tantas veces hemos dicho: “que esta es una asociación de empresarios y como tales deberíamos comportarnos”. La asistencia a las asambleas para pedir explicaciones de la gestión de los directivos entra dentro de las obligaciones de sus socios, las elecciones es el acto más importante que se celebra cada cuatro años, lo contrario es el reflejo de que algo no va bien y alguien tendría que hacérselo mirar. Por mi parte, desde aquí, como no puede ser de otra manera, les deseo el mayor de los éxitos a la nueva Junta Directiva.
Texto y Fotos: Pedro Conesa – Criador PRE