Los gestos de descenso facilitan la elevación de las espaldas, el remetimiento de los posteriores (ligamentos), arrastrando a la masa hacia delante y favoreciendo la acción del músculo braquiocefálico que tira hacia delante del anterior en suspensión.
El paso
Los gestos bruscos de elevación facilitan el empuje de los posteriores (ligamentos), prolongan los efectos del impulso (fuerzas de reacción) y favorecen la acción del músculo braquiocefálico en el momento en que debe elevar la espalda.
La velocidad y la amplitud de esos movimientos del cuello dan mesura a la velocidad y la amplitud de los gestos de los miembros. Por otra parte, la acción del balancín-cuello es más potente porque el brazo de palanca que constituye es más largo, y el “recoger” es más pronunciado.
En el plano horizontal, el final del gesto del cuello hacia la derecha coincide prácticamente con el apoyo del anterior derecho, y a la inversa. Los movimientos del cuello en este plano guían la acción de los músculos que maniobran las espaldas y la grupa y regulan los periodos de cambio de apoyo de los miembros. El caballo modifica su paso según la libertad de movimientos que se le permite. El paso reunido tiende a convertirse en un paso diagonal, se transforma en un paso de escuela y en un paso español, por aumento del tiempo de sostén de los anteriores.
Movimientos de la cabeza al paso
El retrotarse está provocado por un fallo en el remetimiento de los posteriores, y ocurre porque una velocidad de paso demasiado alta no permite que las ondulaciones vertebrales se produzcan con una amplitud suficiente, o también porque el caballo esté dispuesto de tal forma que no pueda remeter suficientemente sus posteriores (defecto de libertad de gestos o de elevación de la base del cuello); o bien también por resistencia del caballo que precipita en ese caso el apoyo de los posteriores para disminuir la amplitud de juego de estos miembros.
Traducido y comentado por José Manuel Sales “El Cura”