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Fisuras verticales (cuartos) de origen interno en los cascos de los caballos

En el trabajo diario de un herrador, hay un problema que aparece con más frecuencia de la que muchos propietarios imaginan: las fisuras verticales, de origen interno, en cuartas partes, conocidas como cuartos. Detrás de esas “rajas” casi nunca hay mala suerte, sino mecanismos biomecánicos, errores de manejo y, sobre todo, aplomos mal interpretados

Para explicar su origen de forma sencilla, nada mejor que reproducir una de esas llamadas telefónicas reales, que recibo a menudo en la escuela. En ella se recoge la preocupación del propietario, las dudas habituales y, entre líneas, la verdadera raíz del problema.

Allá va:

—Dígame.

  • Buenos días, ¿es la Escuela de Herradores Sierra Norte?

—Buenos días, sí, dígame.

  • Pues mire, le llamo de un pueblo de …

—Sí, usted dirá.

  • Es que tengo un caballo al que le han salido dos rajas en los cascos, una en cada mano. Quería ver si podía aconsejarme.

—Encantado de ayudarle. Cuénteme: ¿qué edad tiene el caballo?

  • En los papeles pone 7 años, yo llevo con él dos años.

—Ya. ¿Ha sufrido algún tipo de traumatismo en los casos, cortes, o algo así?

  • No, ¡Si el caballo no sale del box! Solo cuando lo monto los fines de semana.

—¿Y cojea?

  • Sí, cojea, y de una de las rajas incluso le sale algo de sangre. Le salieron de un día para otro y casi a la vez.

—¿Cuánto tiempo lleva con ellas?

  • Pues lleva bastantes meses, porque mi herrador no se hace con ellas. Ya lleva dos herrajes y sigue igual. Le ha puesto una plantilla con silicona y las ha cosido con grapas, pero en cuanto lo muevo vuelve a sangrar y el caballo sigue cojo.

—¿Cada cuánto tiempo llama usted a su herrador?

  • Pues lo normal, cada 3 o 4 meses. O cuando pierde alguna herradura, pero como trabaja poco, pues le suelen durar eso.

—Vamos a ver: ¿cómo pisa su caballo?

Pues es que es muy “zambo”, tiene las manos mirando hacia fuera.

—Si lo observa de frente, ¿cómo están las cañas?

  • Desde las rodillas se desvían hacia fuera, como una «X».

 

Un potro con el carpo derecho valgo. A esta tierna edad es el único momento en el que podemos intentar una corrección del aplomo.

 

—Eso es una desviación angular que se denomina valgo, y suele generar un casco “izquierdo”.

¿Se golpea un casco con el otro?

  • Sí, a veces se hace heridas por dentro, en los menudillos.

—En ese caso, me atrevo a decir que las dos rajas están situadas en la parte interna (medial) de los dos cascos anteriores.

  • ¿Pero usted cómo lo ha sabido, si yo no se lo he dicho?

 

Menudillo derecho valgo con rotación medial del miembro.

 

—Por cómo me dice usted que pisa su caballo con los miembros anteriores y por las interferencias que se producen de un casco anterior con el otro, deduzco que su caballo tiene una conformación de valgo o una rotación medial de sus anteriores, o quizás las dos cosas juntas. Ese tipo de conformación hace que, en el primer impacto del casco y, como consecuencia, el talón de dentro (medial) reciba un exceso de presión, lo que provoca una elevación progresiva del pulpejo y de la banda coronaria. El cartílago alar correspondiente, en su movimiento fisiológico de expansión, produce una presión interna en la corona sobreelevada, pudiendo producir una fisura vertical o cuarto, al no tener espacio para expandirse en su movimiento normal de cada pisada. Técnicamente se ha generado un desequilibrio lateromedial en el casco. Podría asegurar, sin verlo, que su caballo tiene los dos cascos anteriores desequilibrados.

  • Mire usted, no me he enterado de casi nada de lo que me ha contado, con tantas palabras técnicas. Lo que me interesa es que me diga qué puedo hacer para curarlo.

—La solución pasa por reequilibrar los cascos mediante el recorte. Nosotros utilizamos la técnica Balance-F, desarrollada por Daniel Anz. Esta técnica permite recortar según referencias del propio casco, no según lo que “nos parezca” corregir.

  • Si eso me dijo mi herrador que le estaba corrigiendo el aplomo.

—Pues ahí está el problema: el aplomo del caballo no hay que corregirlo, hay que mantenerlo funcional tal y como es. Intentar cambiarlo genera más desequilibrio y más lesión. Si el recorte no aborda la causa (el desequilibrio), las plantillas, siliconas y grapas solo maquillan el problema.

 

Cuarto en casco anterior derecho, del caballo de la foto 2. Se puede observar la herida producida por la interferencia del otro casco, a la altura del menudillo.

 

  • Entonces, ¿tengo que cambiar de herrador?

—No he dicho eso. Simplemente el recorte debe ser distinto. Su herrador puede aprender la técnica o puede contactar con alguien que la practique. Si quiere, puedo darle el contacto de algún profesional de su zona, formado con nosotros.

  • ¿Y usted me garantiza que con ese recorte se va a curar?

—No puedo garantizarle nada, porque entran en juego varios factores:

* tipo de fisura vertical (raza de prado o cuarto)

*Origen del mismo (traumático, interno, exceso de palancas…)

*Tiempo que lleva el problema instalado

*Calidad del casco

*Manejo del caballo

*Otras patologías asociadas (p. , osificación de cartílagos alares)

Pero si la causa es la que sospecho, desde el primer recorte notará la mejoría y el casco empezará a crecer sano.

  • De acuerdo, pues así quedamos, muchas gracias por su ayuda.

—No hay de qué, ya me contará qué tal le ha ido.

Después de haber escuchado esta conversación telefónica, me gustaría explicar algunos detalles adicionales que han ido surgiendo durante la misma.

 

Ambos menudillos varos (es la desviación contraria al valgo), el cuarto aparecerá en la cara exterior (lateral) porque el exceso de presiones se localizará allí.

 

Un gran error: los tiempos de herraje

Aquí tengo que aclarar algo que muchos propietarios desconocen: el herraje debe renovarse cada 40–60 días, gaste o no gaste las herraduras, dependiendo del caballo, tipo de trabajo, patologías asociadas, etc.

No hacerlo provoca que el ángulo del casco cambie con el paso de los días y que las estructuras internas — especialmente los tendones— sufran un estrés innecesario que, a la larga, pasará factura.

Además cualquier pequeño desequilibrio, provocado por un defecto de aplomo, se va agravando con el paso del tiempo. Por eso es tan importante respetar esos tiempo para la renovación del herraje.

 

Un segundo error: el caballo que “no sale del box”

Un caballo que vive encerrado enferma su cuerpo y su mente. El caballo está diseñado para vivir en libertad. El casco solo funciona correctamente si el caballo se mueve a diario: lo ideal es que esté suelto, o al menos en un paddock varias horas al día. El movimiento es parte de la vida del caballo, no un lujo.

 

Observa el pulpejo derecho sobreelevado y la aparición del cuarto, como consecuencia del desequilibrio lateromedial manifiesto.

 

Conclusión

Detrás de la mayoría de los cuartos hay mecánica, no “mala suerte”.

Un desequilibrio lateromedial, provocado por un mal recorte, por unos malos aplomos o por ambas cosas, hace que las presiones recaigan sobre una determinada zona del casco.

Esa sobrecarga produce:

  • Elevación de uno de los pulpejos por encima del otro
  • Elevación de la banda coronaria
  • Exceso de presión interna, producida por el cartílago alar correspondiente en su movimiento de expansión, sobre la pared remontada
  • El tan temido cuarto

Siendo el origen primario el desequilibrio lateromedial no tratado adecuadamente.

Para terminar, contaré algo dicho por el malogrado herrador y gran maestro de nuestra generación de herradores, Jaime Marés: “Los cuartos son como los viejos amigos, cuando menos te los esperas vuelven a visitarte”.

Era la época en la que no conocíamos cuál era la verdadera causa por la que se producían los cuartos y éstos iban y venían como los “viejos amigos”.

 

El mismo casco, visto de lado (plano sagital), observa la desviación de la banda coronaria y la aparición del cuarto en la parte más alta de la misma.

 

Respetar las referencias del casco para el recorte y reequilibrarlo es la clave del tratamiento.

Este tipo de casos se resuelven habitualmente en uno o dos ciclos de recorte cuando se recupera el equilibrio lateromedial.

Y, como siempre, hay que entender que el casco no es un elemento aislado del resto del caballo:

manejo, alimentación, movimiento y recortes/herrajes bien hechos son inseparables.

“Puntos clave”

  • Los cuartos de origen interno casi siempre son por una causa mecánica
  • Las plantillas, siliconas y grapas pueden aliviar síntomas, pero no solucionan la causa
  • La clave no es la fisura vertical: es el desequilibrio lateromedial
  • El recorte debe seguir las referencias naturales del casco, según la técnica de Balance-F
  • El defecto de aplomo no se “corrige”, se acompaña.

 

Foto principal: Cuarto de origen interno, observa la elevación y deformación de la banda coronaria.

Texto y Fotos:

Constantino Sánchez Martínez

Director de la Escuela de Herradores y Podólogos Equinos Sierra Norte www.herradores.es

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