La Real Federación Hípica Española adjudicó merecidamente a Pozoblanco este importante evento, pero criticamos la premura con la que se realizó el nombramiento, ya que la Comisión Delegada de la Asamblea General de la RFHE tomó la decisión el 8 de junio y al día siguiente se lo comunicó al C.O., con poco más de dos semanas de antelación a la celebración del concurso. Pensamos que la Copa del Rey es un evento muy importante que debe programarse con más tiempo, para darle mayor realce y publicidad por parte de los C.O. a su celebración y, como comprenderán nuestros lectores, poco se puede hacer en tan escaso margen de tiempo. El Club Hípico de Pozoblanco demostró, una vez más, su buen hacer y su profesionalidad y sacó acertadamente a la RFHE de su falta de previsión.
Comité Organizador. El Club Hípico de Pozoblanco cuenta con un voluntarioso equipo humano, con una capacidad de trabajo increíble, en donde destaca su hospitalidad y sus ganas de agradar a todos, estando capacitados para organizar cualquier evento. Sus integrantes (Antonio Calero, Juan Antonio Llergo, Mª Jesús Cabrera, Luis López Castilla…) han conseguido, en el corto espacio de tres ediciones, que su CVNA haya alcanzado unas cotas de brillantez y eficacia que son un referente para el mundillo de la Doma Vaquera.
A ello también ayudan las excelentes instalaciones que posee el Club en la Dehesa Boyal, anexa al Club de Golf y al Camping de la capital del Valle de los Pedroches. Un solo “pero”, la pista oficial resultó un poco pesada, pero estamos seguros de que ya han tomado nota y en la próxima edición habrán corregido esa anomalía.
Jurado de Campo. Estaba formado por don Antonio Palacios López como presidente del mismo, y por don José Fuentes Montaño y don Manuel Baena Torres como vocales. La Delegación Federativa estuvo ostentada por don Gaspar de los Reyes Liarte Sánchez.
Aunque algunas de sus puntuaciones fueron contestadas por varios jinetes, su labor fue correcta en líneas generales y tan solo podemos culparles de la excesiva diferencia de puntuación, no justificada en la pista, que concedieron el primer día a los dos primeros clasificados, lo que restó emoción y competencia a la final del concurso, ya que las diferencias establecidas eran insalvables para los clasificados a continuación. La homogeneidad de los criterios empleados a la hora de juzgar tampoco fue su fuerte.
La disparidad de criterios del jurado, como pueden nuestros lectores comprobar en el desarrollo de esta crónica, es notoria, y pensamos que no es buena para nuestra disciplina. Sabemos la dificultad que entraña juzgar un concurso de Doma Vaquera y no ponemos en duda ni la integridad ética ni la competencia de nuestros jueces, pero hace falta que se programen seminarios para ayudar a los jueces en su difícil y necesaria tarea para que consigan aunar criterios, porque no vemos lógica esas discrepancias tan exageradas que, en ocasiones, se producen. Debe ser objetivo prioritario de la RFHE conseguir la unificación de criterios de nuestros jueces.
Clasificatoria. Con puntualidad se realizó la inspección veterinaria que pasaron, sin problema alguno, los 17 caballos inscritos, y dio comienzo la manga a la hora prevista, las diez de la noche. La climatología nos deparó una noche fresquita, al principio, que se convirtió en un intenso frío, inhabitual en estas latitudes para la fecha en que nos encontramos, a medida que avanzaba el concurso.
El sorteo deparó que los dos binomios máximos aspirantes a conseguir la preciada Copa de S. M. El Rey, realizaran su reprisse en segundo y tercer lugar. A la media hora de comenzar el concurso las dos primeras posiciones de la clasificación eran ocupadas de forma inamovible por Francisco de Paula Ortega con ‘Taco-Taco’ y Francisco José Sequera con ‘Aldebarán’. Y con ello no queremos decir que el jinete roteño no se mereciera la primera posición, muy al contrario, pues somos creemos que realizó la mejor reprisse de la noche sin lugar a duda alguna, pero no vimos esa diferencia tan grande con los siete jinetes clasificados a continuación.
A Francisco de Paula, el Jurado le otorgó, nada más y nada menos, 245,67 puntos de media. La segunda posición fue a parar a Francisco José Sequera montando a ‘Aldebarán’, con una media de 232 puntos. El propio jinete iliturgitano, muy sincero, nos confesaba que el caballo no había estado como él quisiera y que se habría conformado, visto el desarrollo de la competición, dada la reprisse realizada por él, con un 8º o 9º puesto. Quizás no fuera para tanto, pero de lo que estamos seguros es de que no fue la 2ª mejor reprisse.
A continuación, las puntuaciones otorgadas por el Jurado, dejaron la clasificación como sigue: 3º Joaquín Aguilera montando al veterano ‘Olivero’ con 222,33 puntos; 4º para Pablo Gómez Mondaca y ‘Pocholo’ con 218 puntos (a este binomio, mientras el presidente lo daba 5ª y el vocal 1 lo daba 3º, el vocal 2 …¡lo relegaba a la 13ª posición!); 5º fue Manuel Morejón y ‘Guerrera’, con 217 puntos; 6º Fernando Gil con su yegua ‘Marmolita’ con 216,67; 6º Joaquín Aguilera, montando esta vez a ‘Titanic’, con 215,33 puntos (los vocales lo situaron 9º y 10º y el presidente lo encaramó al 4º puesto); 8º fue José Martín Carrasco con el espectacular ‘Eliseo’ con 215 puntos (ambos vocales lo dieron 6º y el presidente lo relegó a la 11ª posición); 9º fue Manuel Alconchel con ‘Serenguetti’ con 214,67 puntos (mientras el presidente y el vocal 1 lo colocaban 8º y 11º respectivamente, su paisano el vocal 2 lo alzaba… ¡hasta la 3º posición!); finalmente Daniel Benítez y su yegua ‘Bohemia’, con 213,33 puntos, conseguía la 10ª plaza.
Un binomio que no se clasificó para la final, pero que a nosotros nos causó muy buena impresión, fue el formado por el cordobés Antonio Osuna y el tordo ‘Recuerdo’, que nos transportó con su actuación a otros tiempos de nuestra Doma, una doma con “duende” y sentimiento, con la verdad de los ejercicios sacados de la pureza de las faenas de campo y trasladado a la pista de competición.