Desde el jueves 1 de septiembre hasta el domingo día 4, tuvo lugar en Burghley uno de esos acontecimientos hípicos que un buen aficionado no puede perderse. Aunque el Concurso Completo, en inglés Eventing, no goza de mucha afición en España, cualquier curioso disfrutaría en este tipo de espectáculo. Se podría decir que estamos hablando de la disciplina reina de la hípica. ¿Por qué? Muy sencillo, porque aquí, para “competir con dignidad” hay que intentar ser el mejor en tres disciplinas diferentes y también hay que tener un caballo que sea capaz de serlo. Es un espectáculo, y merece la pena verlo. Las caídas son frecuentes y aquí el valor no se supone, se necesita.
El concurso de Burghley es junto con el de Badminton y el de Lexington uno de los completos más importantes del mundo. En primer lugar por la ubicación. No debemos olvidar que esta competición se celebra en las tierras de Burghley House, una de las casas señoriales más impresionantes del Reino Unido. Esta Manor House recibe la visita de casi 100.000 visitantes. Numerosas películas han sido rodadas en su interior, entre ellas, partes del Código Da Vinci.
Los jardines son como un teatro. Cuidadas praderas, árboles centenarios y una mezcla delicada de caminos y senderos para ese paseo delicado de otoño. El entorno es magnífico, podemos disfrutar con los caballos, el paisaje y, como no, con las compras, que un poco de consumismo nunca viene mal. En la zona de tiendas hay más de 300 outlets distribuidos en tres amplias avenidas. Podemos encontrar de todo, desde tiendas de Bond Street en Londres, a joyerías de la zona o sastrerías de ropa de campo, sin contar con cualquier artículo para el caballo y su propietario, todo muy british.
La fuerza de la tradición
La casa señorial de Burghley fue mandada construir por William Cecil, primer Lord de Burghley, entre 1565 y 1587, y ha pertenecido a la familia Cecil desde entonces.
Es el hogar de la hija de la sexta marquesa de Exeter, Lady Victoria Leatham, que además es la presidenta del evento.
El concurso completo de Burghley se celebró por primera vez en 1961, cuando el marqués de Exeter, al ver que el tradicional concurso de otoño de
Harewood iba a dejar de existir, le propuso a la British Horse Society trasladar el evento a su finca, y así se hizo. Además en su segunda edición, en 1962, tuvo también lugar el campeonato de Europa, y esto supuso el principio de todo un récord, ya que no existe ningún otro concurso a nivel internacional que haya acogido tantos campeonatos, diez, incluyendo el primer campeonato del mundo en 1966. Burghley ha organizado dos campeonatos del mundo, el de 1966 y el de 1974, seis campeonatos de Europa, en 1962, 1971, 1977, 1985, 1989 y 1997. Todo esto, sin olvidar el campeonato de Europa de Jóvenes Jinetes en 1978. Es el campeonato internacional que se ha celebrado durante más tiempo de forma ininterrumpida.
Después de unas décadas, los datos se convierten en reclamo. El récord de victorias lo ostentan Virginia Elliott y Mark Todd, ambos han ganado cinco veces en Burghley.
Lorna Clarke es la que más veces ha completado el recorrido, un total de 16 veces entre 1967 y 1989, lo cual es una prueba de su excelente preparación física. Sin embargo, tan sólo un caballo ha ganado dos veces, ‘Priceless’, en 1983 y 1985. Pippa Funnell se embolsó los 250.000 $ del Rolex Grand Slam, al ser la vencedora en Lexington, Badminton y Burghley en un mismo año, el 2003. Mark Todd y Blyth Tait son los únicos jinetes que han quedado en primer y segundo lugar en el mismo año, uno en 1987 y el otro en 1998 respectivamente. La princesa Ana de Inglaterra fue campeona de Europa en Burghley en 1971, lo cual es más que meritorio, teniendo en cuenta que era el segundo concurso completo en el que participaba. Su hija Zara Phillips, es la única hija de dos campeones de Burghley, que ha participado, terminando segunda en 2003.
Burghley 2005
En esta edición, el recorrido de cross era tan interesante como siempre. Para algunos el grado de dificultad no era tan elevado como en la edición del 2004. Algunos insinuaban que el desgraciado accidente de la edición pasada había obligado a evitar las zonas más arriesgadas, es decir, los obstáculos con agua.
Desde el primer día, en la prueba de doma William Fox Pitt demostró que era el principal favorito. Ballincoola, propiedad de Michael Payne y Judith Skinner, es un excelente saltador y la prueba de doma ya le permitió ponerse en primer lugar.
Por detrás, el neocelandés Andrew Nicholson llegaba al último día, con Lord Killinghurst, dirigiendo una armada kiwi y australiana, muy numerosa en esta edición. Era evidente que los Campeonatos de Europa, celebrados el siguiente fin de semana, habían retirado de la lista de participantes a un buen número de franceses y alemanes.
La prueba de salto dio un buen vuelco a la clasificación. William Fox-Pitt logró mantener con facilidad su primera posición. El australiano afincado en Estados Unidos, Phillip Dutton, dejó a Nicholson en un tercer lugar. La parte más emotiva la puso en la tabla el resultado de Mary King, con el caballo ‘Call me Cavalier’, el cual había estado implicado en el mortal accidente de la edición 2004, que quedó en cuarta posición, a tan sólo 2 décimas del tercero.
Por lo demás, todo el evento se convirtió en una fiesta reivindicativa de la Inglaterra rural. Numerosos camisetas atacaban a las leyes del gobierno de Blair contra la caza y la aparición en la pista de realas de perros de caza y sus “hunt master” fueron recogidas en pie con un entusiasmo que dice mucho del sentir británico sobre algunas leyes.