Cuando vemos un caballo rubio con los ojos verdes nos tiemblan las canillas
Vivimos unos tiempos en los que la publicidad forma parte de nuestro día a día y, las modas en todos los campos forman parte de nuestro mundo, sin que nada podamos hacer por evitarlo. Nada es ajeno a esas modas y, por supuesto, nuestro PRE a pesar de su larga historia tampoco lo es.
La fiebre de los colores en el PRE
Se está llenando el sector
de caballos de colores,
no valen más por mejores
lo que vale es el color.
Un respeto a la afición,
también respeto a la Raza
no nos tomemos a guasa,
nuestro caballo y su historia.
Piensas que tienes la gloria,
Pero la moda se pasa.
En otra época, la evolución de las capas en el ganado equino se observaba en los concursos de Jerez y Pineda que como la ropa femenina, servían para marcar la tendencia de los colores, aunque en la variable solo podía ser, tordo y castaño, o bien, castaño y tordo.
Si echamos un vistazo a los primeros reglamentos del prototipo racial que datan de la mitad del siglo pasado podremos comprobar que, salvo algunos matices, poco han cambiado con el prototipo actual. Sin embargo, si comparamos los caballos de aquella época con los actuales observaremos que hay una diferencia sustancial para bien, porque han mejorado considerablemente.
Esto nos podría llevar a pensar, que las modas no siempre son para mal, por muy estrafalarias que nos parezcan. También podríamos interpretarlo diciendo que a pesar de la mano del hombre y las modas que son pasajeras, la raza es lo suficientemente fuerte para seguir evolucionando a mejor.
El tema de las capas en el caballo español, siempre estuvo sometido a ciertas discusiones entre los profesionales del sector desde que hay registros, en el primer Studbook, o libro de registro del PRE, editado por la Jefatura de Cría Caballar allá por 1928, aparecen algunos sementales alazanes y, alguna rara vez, la capa negra.
Fue en 1970 cuando la propia Jefatura de Cría Caballar, textualmente definió como capas oficiales del prototipo racial las capas torda y castaña pudiendo admitirse otras, con la excepción de la alazana y la pía.
Por aquella época, en la serie de Curro Jiménez que emitía televisión Española (como no podía ser de otra manera porque era la única) el protagonista Sancho Gracia, montaba un precioso caballo negro. Los aficionados reaccionaron a favor de la capa negra y los criadores fueron dejando los productos que nacían, porque se cotizaban bien. Bastantes años después vimos el caballo negro de mi buen amigo Samuel López en la apertura de las olimpiadas de Barcelona 92, que volvió a revolucionar el mundo del negro y se pusieron de moda y empezaron a salir debajo de las piedras, porque estaban en los genes de sus antepasados.
Debió ser a finales de los 90 o comienzos del 2000, cuando los organismos internacionales de criadores, especialmente el COPA (Organización Agraria Internacional a la que pertenece ANCCE) pusieron en entredicho que el PRE pudiera ser una raza pura ¿si de un padre y una madre de pura raza nacía un hijo cruzado, como era la documentación que se les daba a los potros desdichados que tenían la desgracia de nacer con la capa alazana?
Esta circunstancia propició que el Ministerio de Agricultura, la Jefatura de Cría Caballar y la Asociación de Criadores ANCCE celebrara una reunión a tal efecto (a la que tuve la ocasión de asistir) y, al margen de la opinión que los tres representantes de ANCCE pudiéramos tener, se tomara la decisión de que todos los hijos de reproductores de PRE también lo fueran por derecho propio. Acuerdo que fue recogido en el Real Decreto 1133/2002 de 31 de octubre y desarrollado en la Orden APA/3319/2002 de 23 de diciembre. A partir de esa fecha fue cuando empezaron a aparecer primero los alazanes y después todas las variantes que estamos conociendo y que algunos nunca pensamos que podían pertenecer al PRE.
Quienes nos consideramos por encima de todo, puristas, cuando vemos un caballo rubio con los ojos verdes nos tiemblan las canillas y nos recuerdan aquellos años cuando llegaron las primeras suecas a nuestro país, aunque después de todo aquello tampoco fuera tan grave.
Como ocurriera con la estirpe cartujana o con el de capa negra, ha vuelto a pasar con las capas diluidas. En un principio todo valía y bastaba con que tuvieran las cartas y la genética necesaria para conseguir las líneas de sangre o las capas que se buscan, pero después, hay que buscar todo lo que tiene que tener un caballo y eso es un proceso más lento. No obstante, ya se ven ejemplares con un nivel aceptable y los malos se quedarán en el camino. Así son todos los procesos de selección y no debemos olvidar que el tordo y el castaño después de tantos años todavía seguimos mejorándolo
Hemos de reconocer que hoy tenemos buenos caballos en Doma, porque nos la hemos tomado en serio, a pesar de no tener ayudas de ningún organismo del estado. Podemos tenerlos también en otras disciplinas, como la Alta Escuela, la Doma de Campo, o la Vaquera, todas ellas espectaculares y nada difíciles para el PRE pero como dice un buen amigo entusiasta de la Doma Clásica, primero tenemos que creérnoslo y ser más exigentes a la hora de criar.
El PRE está en alza y aunque no lo parezca, se consumen todos los que nacen cada año y son más de doce mil, la mayoría exportados a distintos Países. Lo que no debemos de hacer los ganaderos es criar mal y regalar los productos para que otros hagan negocio. El valor se lo tiene que dar el criador y la calidad es lo más importante para conseguir ese valor.
En cualquiera de los casos, permitidme este consejo que nunca debéis olvidar. Si quieres tener “UN BUEN CABALLO” tendrás que criar o comprar “UN CABALLO BUENO”
Foto de inicio: Corsario XXXII, semental de 9 años de Yeguada Maipe
Texto: Redacción
Fotos: Pedro Conesa | pedro@yeguada-maipe.com