En el país hermano, de siempre ha habido una tradición secular de la lucha del hombre con el toro, ya bien sea a caballo (rejoneando), como a pie (cogiéndolos para herrarlos, curarlos y demás operaciones que se han hecho siempre en el manejo del toro bravo, cuando no se conocía la existencia de un mueco o potro para hacer todas estas necesarias faenas camperas).
De esta forma, los Forcados portugueses son todo un símbolo de la tauromaquia. En la plaza componen el grupo ocho miembros: el Forcado de cara que, como su definición indica, es el más valiente, expone más y corre mucho más riesgo, al recibir el choque y primer encontronazo con el astado; el Forcado de primera ayuda, muy importante porque tiene que sujetar al que ya está agarrado al toro; dos Forcados de segunda ayuda, que sujetan a los anteriores; el rabichador, que se agarra a la cola, recostándose en ella con las piernas abiertas, frenando la embestida; y los tres Forcados de tercera ayuda que culminan la operación.
¿Quieres conocer toda la génesis y rasgos definitorios de los Forcados portugueses? Corre a tu punto de venta y consigue el último número de la revista Trofeo A la Vaquera (diciembre-enero).
O, SI LO PREFIERES, SUSCRÍBETE, YA, LLAMANDO AL 954 424 300.
SÍGUENOS EN FACEBOOK Y TWITTER