El escritor Henry David Thoreau dijo: “Necesitamos el aire libre. Nunca disfrutamos lo suficiente de la naturaleza”.
En este ajetreado mundo de la alta tecnología, esto es más cierto que nunca, y para los jinetes no hay nada como disfrutar del paisaje entre las orejas de su caballo.
Con el buen tiempo, los jinetes que necesiten alejar sus mentes de la civilización pueden optar por acampar con sus caballos bajo las estrellas.
Aquí te mostramos los puntos más importantes que debes tener en cuenta para disfrutar con tu caballo de la naturaleza.
1. Planifica con antelación
Es esencial planear con anticipación un viaje a caballo de estas características, incluso más que cuando se viaja por otros medios, porque cuando las cosas se ponen feas, se vuelven realmente feas.
Los excursionistas deben evaluar primero su nivel de experiencia como jinetes y sus conocimientos al aire libre.
Mientras que ir solo puede ser idílico, los excursionistas novatos deberían ir, al menos, con otro par de jinetes; contratar un guía o ir con un grupo puede ser incluso más seguro y, en última instancia, más agradable.
Además, comenzar con una o dos noches es recomendable al principio, ya que se puede aumentar el tiempo de estancia a medida que la destreza sea mayor.
Para algunos, acampar al aire libre significa pasear bajo el cielo, mientras que para otros, un hotel sin servicio de habitaciones es demasiado rústico. Encuentra un equilibrio entre la serenidad y la comodidad, ya sea dormir en el suelo, alquilar una cabaña o pasar la noche en un remolque entre etapa y etapa.
Aunque muchos jinetes encuentran paz y tranquilidad en medio del bosque, algunos caballos pueden asustarse por los ruidos nocturnos a los que no están acostumbrados o pueden incomodarse por la presencia de otros caballos que no conocen. Ten en cuenta las necesidades de tu caballo, especialmente si este debe permanecer atado y quieto. Investiga si hay techados, postes para engancharlos o paddocks, si no es así deberás planear cómo solucionarlo.
2. Evaluar el riesgo
Un elemento clave de la planificación anticipada es evaluar los riesgos inherentes en la ruta. Dependiendo de la ubicación, la naturaleza puede estar llena de peligros, aunque muchos de ellos pueden evitarse o reducirse.
Piensa en estas amenazas naturales antes de salir con un caballo:
- Insectos y otros animales que pican, como escorpiones.
- Serpientes.
- Plantas venenosas.
- Microbios en el agua que hacen que no se pueda beber o refrescarse.
- Animales salvajes depredadores, como leones de montaña, lobos u osos.
- Lesiones por quemaduras solares y por calor/frío.
No te olvides de llevar repelente de insectos, una guía de identificación de plantas (que se descarga fácilmente en un teléfono móvil), un filtro de agua o tabletas de agua potable, rociadores para osos, cascabeles (para alertar la presencia de vida silvestre), recipientes resistentes a los alimentos y protector solar, así como un kit de primeros auxilios para el caballo y para el jinete.
El terreno es otra gran preocupación cuando se acampa a caballo. Antes de partir, los jinetes deben hacer todo lo posible por conocer la disposición del terreno. Esto es absolutamente vital si viajas más de una noche.
Puedes encontrar cambios de elevación en el terreno, corrientes de agua, hacer largas caminatas (piensa en las herraduras del caballo), condiciones climáticas extremas u otros peligros como bicicletas de montaña o vehículos todo terreno.
Afortunadamente, con las múltiples conexiones que existen hoy, por lo general, es bastante simple hacer investigación de sillón previa sobre los lugares a los que queremos ir. Estas fuentes son excelentes formas de obtener información actualizada sobre senderos y otros parajes:
- Guardabosques.
- Sitios web del gobierno.
- Senderismo y guías de viaje.
- Clubes de equitación.
- Blogs.
- Redes sociales.
- Establecimientos locales que atienden a los entusiastas de la naturaleza.
- Mapas topográficos convencionales.
- Videos de Youtube.
- Google Earth.
Por supuesto, llevar a un caballo de confianza también debe ser considerado. Los caballos que van a hacer estas caminatas en la naturaleza no solo deben tener la resistencia necesaria para las distancias a recorrer y la topografía que cubren, sino que deben tener confianza y estar dispuestos a obedecer a sus jinetes en una emergencia.
3. Llevar alimentos y agua
Llevar alimentos y agua cuando uno se aleja de la civilización es uno de los mayores desafíos al que se enfrentan los excursionistas ya que, a menudo, se duda si se está guardando lo suficiente en el equipaje.
Habitualmente, un campamento al aire libre debería ofrecer pasto para los caballos, pero algunos animales no están acostumbrados a comer así. Además, podemos encontrarnos con algunos terrenos en los que se prohíbe el pastoreo o lo limitan a ciertas épocas del año, por lo que esto debe comprobarse con antelación.
Los campistas experimentados encuentran útil usar el pienso que sus caballos comen en casa. Si esto es así comienza a acostumbrar al caballo aproximadamente una semana antes de la partida para aclimatar su sistema digestivo. No es aconsejable cambiar radicalmente la dieta de un caballo cuando se viaja, así que siempre piensa en las interrupciones de la dieta que podrían provocar trastornos digestivos o incluso cólicos.
Las indagaciones previas son vitales para determinar si habrá agua potable disponible para los caballos. Si no, tendrás que llevarla. Incluso si hay agua fresca, algunos caballos pueden rechazarla por su sabor desconocido. Esto se puede remediar fácilmente mezclando un poco de agua traída de casa.
Si el clima es cálido o si el caballo está sudando mucho, los electrolitos también pueden estar justificados. La regla general es que los caballos pueden necesitar más de todo cuando trabajan más de lo normal al aire libre.
Consulta con tu veterinario antes de cambiar cualquier aspecto de la alimentación o del suministro de agua de tu caballo, para cubrir sus necesidades correctamente.
Si vas a acampar durante un período largo de tiempo en el que se debe transportar alimento y agua abundantes, puede ser el momento de ayudarte de un animal de carga, ya sea otro caballo, una mula, etc.
4. Lleva lo esencial
Una vez que se ha determinado el lugar de los alimentos y el agua, es hora de ocuparse de la logística de otros elementos necesarios, dependiendo de la experiencia que uno planee disfrutar. Se debe prestar atención a la selección de la silla de montar adecuada. Esta debe ser ligera para el caballo y que ofrezca un soporte adecuado para el jinete.
Además, los elementos comunes incluyen:
- Ropa adecuada al tiempo esperado.
- Casco de equitación y botas de repuesto.
- Gafas de sol y guantes.
- Saco de dormir y almohadilla.
- Tienda de campaña.
- Taburetes portátiles.
- Alimentos humanos.
- Utensilios de cocina, incluyendo un camping gas, platos y utensilios.
- Utensilios de aseo para caballos.
- Manta para caballos o anti moscas.
- Artículos de higiene personal y productos de limpieza.
- Equipo recreativo, como cañas de pescar o equipo de fotografía.
- Kit de emergencia con cinta adhesiva, cuchillo, hilo de pescar, linterna, baterías adicionales, cerillas, velas, kit de costura para cuero, etc.
¡No olvides que cualquier basura que acumules debes recogerla! El estiércol del caballo se debe dispersar por el lugar. Para proteger las vías navegables, los equinos siempre deben colocarse a una distancia de al menos 60 metros del agua.
Un teléfono móvil puede o no ser útil, dependiendo de la señal disponible.
Si usas un móvil mientras estás acampando, un cargador solar probablemente será una inversión que valdrá la pena. También es aconsejable saber cómo orientarse a la antigua usanza, con un mapa y una brújula tradicionales, en caso de que la tecnología falle.
Tener algún conocimiento de primeros auxilios en estas circunstancias puede ser útil, así como saber qué hacer si uno se pierde. Un movimiento inteligente sería hacer una lista de los veterinarios y hospitales veterinarios más cercanos. Naturalmente, los jinetes deben avisar a alguien sobre los planes que tiene pensado hacer y las rutas previstas por donde va a transitar. Hay que considerar que algunos parques nacionales necesitan un permiso especial para acampar en ellos.
Acampar al aire libre con un caballo puede ser una de las experiencias más memorables que los jinetes comparten con sus monturas. Un poco de trabajo preliminar puede hacer que hasta el viaje más desafiante sea una alegría, así que tómate el tiempo que necesites para planificar bien ¡y disfrutarás mejor bajo las estrellas!
Texto: Patricia Salem – FEI / Fotos: FEI