Hay formas de doma avanzada que difieren bastante unas de otras, pero en la doma básica o primera doma del potro se suele coincidir en lo que se espera: un caballo seguro y confiado, que colabore con el jinete con voluntad y que emplee bien su cuerpo, moviéndose con elegancia y agilidad.

El manejo que se haga del caballo, y por lo tanto su comportamiento durante la primera doma, va a depender de la percepción que tenga el domador de lo que es un caballo, de la forma más eficaz de enseñarle, de lo que él mismo ha aprendido con su experiencia e incluso de su propia cultura.

Es decir, el comportamiento del caballo va a estar condicionado por la actitud que el domador tenga frente a él.

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