El Campeonato de España de Acoso y Derribo, celebrado durante los días 19 y 20 de junio, ha tenido como protagonistas principales a garrochistas sevillanos, pues no en vano el campeón y el subcampeón de la modalidad y uno de los finalistas han sido jinetes de esta provincia. Esto significa que la próxima edición volverá a celebrarse en Sevilla, en el corredero de Los Palacios.
Badajoz ha proclamado en los últimos años a dos sevillanos campeones de España y ha obligado a los garrochistas extremeños a tener que ganar los torneos fuera de su tierra. El Campeonato tuvo una nutrida participación de garrochistas de Extremadura, pasando al segundo día muchos de ellos. Con todo, a la disputa de las medallas sólo pudo llegar la siempre competitiva collera de los hermanos Terrón, comandada por Julio Terrón. Esta collera accedió a la final en cuarto lugar, empatada con la que a la postre fue campeona de España: la formada por el garrochista sevillano Federico Molina Montes y Benito Carrasco Barba.
La polémica volvió a aparecer
En un principio ambas colleras tenían que desempatar, como así se anuncio a priori. Sin embargo, esta decisión fue posteriormente rectificada, en contra de la opinión de la mayoría del Jurado y atendiendo a las presiones de la organización, que veía en Julio Terrón la única posibilidad de que un garrochista extremeño ganara el Campeonato. El Jurado le pasó la pelota de la decisión al máximo representante de la Federación Española, que se encontraba en la tribuna de los jueces. Éste decidió que pasaran cinco garrochistas a la final y no cuatro. De esta forma, el Jurado se amparaba en la ambigüedad del reglamento, situación que se ha repetido en otros campeonatos.
Situaciones de este tipo llevan a pensar que el reglamento tiene que ser urgentemente revisado y modificado en algunos de sus artículos para que en el futuro no halla lugar a la polémica y a la confusión, tanto entre los participantes como entre el publico asistente y simpatizantes de los garrochistas.
Participación numerosa
La participación del Campeonato ha sido muy numerosa (hasta 47 colleras se inscribieron en el mismo), destacando la competitividad de todos los participantes, pues hasta el ultimo momento no se dilucidó al campeón. Este primer día, la mayoría de las colleras hicieron muchos puntos, lo que hizo que acceder a la final no fuera tarea fácil, pues el corte para la misma se estableció en 24 puntos.
Como viene siendo habitual en los campeonatos, estaba en juego el título de campeón de Extremadura, que recayó en la collera formada por Fernando Castaño y Antonio Torrado, después de realizar una soberbia actuación.
Este primer día se pudo ver un ganado pequeño para un Campeonato de España, apartado del reglamento que debía ser modificado, pues aunque es cierto que ésta no es una tarea fácil hay que encontrar una fórmula que no haga tan dispar el ganado de un campeonato a otro. Con todo, hay que resaltar que las vacas fueron de las mismas características para todos los participantes.
Las vacas dieron ciertas facilidades a los garrochistas, pues corrieron todas muy bien, tanto este día como el resto del Campeonato. No hubo repetición alguna durante el mismo, cosa que no es fácil en un torneo de esta envergadura y con tan alto número de participantes.
La organización achacó este éxito a la forma de correr del ganado. Es cierto que el ganado tenia muy bien fijadas las querencias, lo que facilita mucho la labor de los garrochistas y hace que la competición tenga una continuidad que lo hace muy atractivo al público asistente, pues las continuas repeticiones hacen la competición un tanto tediosa.
Cinco colleras alcanzaron en la primera jornada la máxima puntuación: la formada por Ignacio Molina y Fernando Castaño, la formada por Pedro Torres (garrochista que está a muy buen nivel), y la formada por el garrochista onubense Alfonso Martín, que también está siempre rozando con los dedos un Campeonato de España.
Entre estas cinco colleras y el último clasificado había sólo 6 puntos de diferencia, lo que daba lugar a un campeonato muy abierto, como así fue, pues de estas cinco colleras sólo una pasó a la final: Ignacio Molina, que con el subcampeonato conseguido se consolida como uno de los mejores garrochistas del momento.
La sorpresa de la jornada la protagonizo el actual campeón de España, Manuel Moreno, que no fue profeta en su tierra, pues sus 16 puntos le alejaban de los puestos de la cabeza y quitaban una baza importante para que el título quedara en Badajoz. Con este panorama había gran expectación para la jornada dominical, donde se jugarían los primeros puestos del Campeonato.
La jornada final
Esta jornada se disputó el domingo por la tarde con gran cantidad de público, que poblaba las gradas y los aledaños del corredero. El primero en abrir esta jornada fue Pablo de la Puerta, que con 29 puntos se encontraba entre los aspirantes a colgarse el título. Finalmente sólo pudo hacerle 6 puntos a la brava, lo que le hacía difícil su calificación para la final, sobre todo si se tiene en cuenta el alto nivel mostrado por los participantes.
El primer lance emocionante de la jornada lo realizó el jerezano Luis Esquicia, que derribo una vaca cerca de la línea del cuadrilátero cuando ésta estaba ya embrocada. Este tipo de actuaciones está al alcance de pocos garrochistas y sólo posibles con caballos muy domados y muy acostumbrados al bravo, como es el caso de este caballo, propiedad del matador de toros Julian López ‘El Juli’. En esta primera vuelta fueron muchos los garrochistas que hicieron los máximos puntos, con lo cual todo se dilucidó en la mansa, que era de raza retinta y muy parejas de tamaño.
La ronda de la mansa la estrenó Ignacio Molina, que sólo pudo hacer 13 puntos de los 18 posibles. Con todo, consiguió acumular un saldo de 55 puntos, con la jornada anterior, lo que le daba una posición de privilegio para afrontar la recta final del Campeonato.
Otro de los mejor clasificado fue Pedro Torres, que se colocó finalmente en la cuarta posición del concurso. En la vuelta de la mansa se fueron descolgando sucesivamente los garrochistas extremeños, y sólo pudo clasificarse para la final Julio Terrón. Para esta ronda final todo estaba en un pañuelo, pues entre Pedro Torres y los empatados Julio Terrón y Federico Molina había sólo tres puntos de diferencia, lo que hizo una final emocionante, pues se proclamó campeón quien menos errores cometiese: el sevillano Federico Molina Montes.