En esta edición se dieron cita casi un centenar de aficionados, entre jinetes y equipo organizativo, que disfrutaron de una jornada espléndida en cuanto a la climatología y al ambiente que se vivió en todo momento. Sin duda, este recorrido por algunos de los lugares más bellos de la zona en los que la Naturaleza es protagonista activa, supone también una excelente oportunidad para el reencuentro con viejos conocidos, llegados desde puntos muy diversos, pero unidos por una misma afición. Muchos de ellos ataviados con las camisetas y pañuelos de los colores característicos de cada peña. Allí tuvimos la oportunidad de coincidir con los amigos del Concejo de Boal, muy distante del punto de encuentro.
La ruta discurrió, durante cuatro horas, por caminos, prados, senderos y playas de las localidades de El Otero, San Martín, Touran, Albarde, Canedo, Otur, La Granda del Pico (donde se instaló el avituallamiento), Villar de Otur, Pontigas, Taborcias y Santiago para volver el punto de partida en las escuelas de El Otero.
Tras el recorrido a caballo, tuvo lugar la tradicional sesión vermut, amenizada por el teclista Luismi, que fue preámbulo de la exquisita parrillada servida por La Braña, de la cercana localidad de Castrillón, Piedras Blancas.
Ya por la tarde, se disputó una Carrera de Cintas y una Gymkana, que fueron seguidas de la entrega de premios, cerrando la jornada una pequeña romería con abundancia de sidra y música en directo.
Entre los buenos aficionados que más animaron la concentración se encuentran los integrantes de la peña “La Banda del Tren” y otros como Marcos, Mario o Rodrigo, que participaron muy activamente en la organización de la ruta y que contaron con el apoyo de establecimientos como el bar La Panera de Cueva, el bar El Trébol, el bar Casa Laura y Hermanos Rego de Sebes (Purina) en La Colorada.