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5 utensilios de casa que también puedes usar para tu caballo

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Afortunadamente, tenemos algunos trucos increíbles para ayudar a nuestro caballo a pasar estas frías temperaturas y que estos días sean más llevaderos. ¡Y sin salir de casa!

1. Invierte en una olla de cocción lenta…

O dos, si también quieres usarla con el propósito tradicional de tener una cena caliente lista para ti cuando entres por la puerta.

Sin embargo, para esta ocasión, este tipo de olla puede ser un regalo del cielo. Si no tienes acceso a una fuente de agua caliente, son increíbles para mantener el agua caliente para el aseo, la limpieza o cualquier otra tarea general sin crear ningún tipo de peligro o de incendio.

Además, también son muy útiles para remojar la comida durante la noche sin que se congele por la mañana.

Incluso puedes sumergir la embocadura en el agua caliente de la olla antes de montar para que tu pobre caballo no tenga que morder una pieza de metal casi congelada.

2. La aspiradora adecuada para el trabajo

Una vez más, este artículo doméstico tiene algunos usos duales bastante ingeniosos cuando se trata de caballos. No se recomienda con el propósito de eliminar el pelo de caballo de tu casa (aunque también es un buen truco). Una aspiradora puede ser tu mejor herramienta de aseo en invierno, siempre que tengas un caballo poco asustadizo y una fuente de electricidad cerca.

La primera forma de usarla es, literalmente, para aspirar al caballo y que succione la suciedad y el pelo suelto. Esto es mucho menos complicado que hacerlo manualmente y habrá menos pelos por todas partes. No la pongas a una presión demasiado alta, obviamente.

La segunda forma de usar una aspiradora es poner la función «revertir» y usarla para secar literalmente a tu caballo; de hecho, con esta opción, puedes bañar a un caballo enjabonándolo, si realmente lo necesitas durante el invierno.

3. Aislar todo

Tanto los caballos como los humanos odian los cubos y las tuberías congelados, y tratar de mantenerlos calientes y aislados es la mitad de la batalla. No solo alienta a tus caballos a seguir bebiendo su agua, sino que también significa que no tienes que pelearte por las mañanas para que lo hagan.

Los cubos son difíciles de aislar, pero un buen truco es apilar el cubo para beber de tu caballo dentro de otro cubo más grande y rellenar el espacio con paja o plástico de burbujas. También ayuda hacer esto entre el fondo del balde para beber y el fondo del balde más grande, lo que lo mantiene alejado del suelo y agradable.

Las tuberías se pueden aislar de dos maneras. A las que van por el suelo se les puede cubrir con un churro de piscina cortado por el medio y sujetarlo con bridas. El truco de los churros de piscina también funciona bien para las mangueras, que se pueden pasar a través del agujero que llevan, sin cortarlos.

Si las tuberías van por debajo del suelo, puedes mover una pila de estiércol para agregar algunas capas adicionales de cobertura al suelo, lo que ayuda a mantenerlas calientes y evitan la congelación. Por supuesto, esto, generalmente, solo es necesario en climas extremadamente fríos.

4. Aceite de cocinar en spray para sus pies

Si vives en un lugar que nieva durante el invierno, tienes suerte de alguna manera. Después de todo, la nieve es realmente una buena base para trabajar a tus caballos; incluso, no es demasiado resbaladiza ni demasiado profunda. ¡Ciertamente, es mejor que el hielo o el barro!

Sin embargo, uno de los problemas con los climas nevados y los caballos es que, para los caballos calzados en particular, la nieve, a menudo, puede formarse dentro de sus cascos. Además de esto, al derretirse y congelarse constantemente (cuando la nieve toca la suela se derrite ligeramente y luego se congela nuevamente) puede provocar la formación de bolas de hielo en los pies. Por ello, un aerosol de aceite para cocinar corrige esto procurando que tu caballo no se tambalee ni pierda el equilibrio; un rociado rápido a lo largo de los pies después de haberlos limpiado ayuda a evitar que la nieve se acumule en ellos.

5. Reparar mantas

¡Sí, créelo! Para reparar mantas rotas o dañadas, el hilo dental puede ser, en muchos casos, la mejor opción, en vez de usar hilo tradicional. Es resistente al agua, para empezar, pero también es fuerte y resistente a las rasgaduras.

Si la costura no está en tu lista de habilidades, también puedes usar parches de coderas o rodilleras. El único problema aquí es que habitualmente no son impermeables; pero son una buena capa adicional y son una excelente opción para forros polares o mantas, que no se usan bajo la lluvia.

Finalmente, una buena cinta adhesiva es excelente cuando tienes problemas y necesitas arreglar una manta rápidamente. Es lo suficientemente fuerte como para aguantar durante un día o dos mientras buscas una solución más permanente, y es resistente al agua.

Texto: Sophie Baker – FEI / Fotos: FEI

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