El clinic sirvió de estreno “oficioso” del centro de doma clásica en la finca Dos Lunas en Sotogrande, cuyas magnificas instalaciones albergaron durante cuatro días los doce binomios pertenecientes a las categorías de jóvenes jinetes y juniors que acudieron con sus entrenadores al clinic. Gran aprobación tuvieron también las sesiones teóricas impartidas por el entrenador nacional durante dos tardes.
Porque, para quien aún no lo sepa, la RFHE contrató al principio de este año 2007 al belga Jan Nivelle como entrenador para los menores, quien lo primero que hizo fue organizar una estancia para todos los binomios durante catorce días en sus propias instalaciones de Colonia antes del Campeonato de Europa. En la segunda mitad del año se han celebrado desde septiembre tres clinics de larga duración, cuatro días en Cataluña, en las instalaciones de @ganadería; otra congregación en Madrid, en el Club de Campo; y recientemente la tercera y última estancia del entrenador nacional en ‘Dos Lunas’, en Sotogrande.
La RFHE inicia una apuesta oficial por los menores, aplicando así el dicho popular de que lo que “Pepito no aprende, Pepe lo aprenderá difícilmente”. Con vistas a futuros éxitos, hay que preparar una base amplia en la que se cree el hábito. Los niños asimilan rápido. Las posibilidades reales que tienen nuestros menores pudimos observarlas durante este verano en el Campeonato de Europa, donde nuestra joven jinete Carmen Naesgaard consiguió el mayor éxito individual jamás conseguido por un menor: sexta en la clasificación individual de la Kür libre con ‘Ciowa’, un caballo con un passage espectacular, con movimientos grandes y lentos, entrenado con Isidro Maldonado.
Cada caballo tenía su particularidad sobre la que se trabajó durante los cuatro días. Jan Nivelle pidió en esta ocasión una duración de cuatro días para una primera toma de contacto en la que el primer día observaba el trabajo del menor con su entrenador, comenzando con pocas instrucciones; el segundo día, ya metiéndose en materia, la sesión fue larga y fructífera; y el tercer y el cuarto día sirvieron para un seguimiento y comprobación de lo aprendido.
Texto y fotos: Katharina BRAREN