Esta prohibición –que impide otorgar permisos de importación desde el pasado 15 de enero– es consecuencia de los “repetidos resultados negativos” que durante inspecciones europeas arrojaron rastros mexicanos autorizados para sacrificar caballos cuya carne es exportada a la UE, explicó una portavoz de la Comisión Europea.
Dicha portavoz aseguró que en la última de esas inspecciones se confirmó que los registros mexicanos de identificación de los caballos, sus historiales de tratamiento médico y los de rastreo (trazabilidad) “no ofrecen garantías de confiabilidad”, por lo cual la carne de esos animales no es considerada apta para el consumo humano bajo los estándares normativos europeos. Por su parte, el gobierno mexicano defiende que la carne de caballo exportada por el país es “un producto muy apreciado en los mercados internacionales”, principalmente en Europa, en donde se suele comer en forma de cortes finos y otros preparados de alta gastronomía. Fuente: Proceso.com.mx