Este texto se fundamenta en la “carta de dimisión” que Joaquín Zurita Rizos ha publicado recientemente en su perfil de Facebook, así como en el de la Asociación Andaluza de Doma de Campo, que comandaba hasta el pasado viernes.
Jugar a ser Dios debe de ser muy cansado. El Dios de la Vaquera, lógicamente. Ese capaz de “regular” una disciplina que ya cuenta con cuantiosas normas y, sobre todo, la de la tradición. De “cambiar” la historia, de hacer ver que es Córdoba el lugar donde empezó todo, “la zona cero de la disciplina”, cuando es evidente que los orígenes datan del Bajo Guadalquivir. De multiplicar financiación y presupuestos cual “milagro de los panes y los peces”, sin dar muchas explicaciones de los resultados al respecto.
Debe de ser muy cansado pues, Joaquín Zurita, presidente de la Asociación Andaluza de Doma de Campo, acaba de anunciar su repentina dimisión, justo un mes después de que la RFHE otorgara la organización del XLVI Campeonato de España de Doma Vaquera a Carmona, y no a su comité cordobés, que volvía a solicitarlo tratando de alcanzar el cuarto año consecutivo en la gestión de la final del Absoluto.
De sus declaraciones, emitidas tanto en el perfil de Facebook de la Asociación Andaluza de Doma de Campo como en el perfil personal de Zurita, no se extraen datos suficientes que arrojen luz sobre su sucesión, como hubiera sido normal, a menos que su salida haya sido por la puerta de atrás.
Con frases derrotistas como “Hasta aquí nuestra aventura en la Doma Vaquera”, publicadas cuando ya era Carmona la sede del Campeonato de España de 2017, el futuro de la asociación queda realmente en entredicho, aún cuando han dejado abiertos diversos proyectos como la Escuela de Vaqueros (este año sin CVNB confirmado aún) y esos sonados congresos y jornadas “reguladores”.
En cambio, de la carta de dimisión sí se deduce que Zurita siempre ha entendido la Vaquera como un medio para la promoción personal (“mi nueva función en el Ayuntamiento requiere el 100% de atención”).
Tras esta salida urgente, tendrá que ser ahora ese “grupo de hombres de verdad”, (en referencia a su equipo) el que termine de despabilar a Córdoba, a la que el dimisionario define como “un gigante dormido que empieza a despertar y cuando lo haga y se ponga en pie mostrará al mundo que es la capital del caballo en Occidente tal como lo fue durante siglos”. Por hacer, hasta han mejorado la Feria cordobesa (“No había una caseta referente del caballo en la Feria y allá que la montamos siendo hoy la mejor de todo el recinto”. Los cordobeses amantes de su Feria valorarán esta afirmación). Adiós, Zurita. Adiós.
Texto: Redacción.