Murió Ángel Peralta, Centauro de las Marismas

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Sobre la hora torera de las 5 de la tarde, desde la parroquia de Nuestra Señora de la Granada de su población sevillana de La Puebla del Rio y a hombros de familiares, amigos y toreros, emprendía el féretro de este torero de a caballo, su último paseíllo hacía su eterna morada. Desde que fue conocida su defunción los elogios, anécdotas e importantes acontecimientos de su larga vida, estuvieron presentes en todos los foros taurinos y ecuestres, así como en los medios de comunicación del país.

Por lo anteriormente dicho, entendemos desde esta redacción, que podemos aumentar la opinión de nuestros lectores hacia el maestro, por los vastos conocimientos que tenía sobre la Alta Escuela Española.

Con el respeto y cariño que siempre le profesamos al más veterano Jinete del Apoteosis, reproducimos la última entrevista que le hicimos y que como siempre, la ilustra con su detalloso saber, gallardía y la maestría con la que se paseó por esos caminos del toro y del caballo en el mundo entero.

Descanse en paz nuestro amigo D. Ángel Peralta Pineda.


Ángel Peralta ha estado muy arraigado al mundo del caballo y del toro casi de casualidad ya que su familia no era ganadera. Junto a su hermano Rafael ha tenido tardes gloriosas, pero la equitación ha sido lo que realmente le ha apasionado. Comprender al caballo y que él comprenda a su jinete es lo que ha hecho que este torero a caballo deslumbre con todo lo que sigue haciendo.

D. Ángel, ¿cómo empezó en esto del mundo del caballo?

He crecido en una zona como las marismas, donde había muy buenos caballistas y sobre todo de la Doma Vaquera y derribando en el campo. Y con motivo de eso se despertó en mí la afición al caballo.

Desde que debutó en la plaza de La Pañoleta de Sevilla con 17 años ha pasado mucho tiempo, ¿por qué dedicarse profesionalmente al caballo y al toro?

Un día vino un zahonero que había en Puebla del Río que se llamaba Cándido, y me dijo que había visto que le ponían banderillas a un toro desde un caballo, y yo eso nunca lo había visto. Entonces se me ocurrió que eso lo podíamos hacer nosotros y empecé a ensayar, y la primera vez que yo toreé en La Pañoleta no había visto nunca rejonear. Mi familia tenía campo y tenía caballos, pero no eran del mundo del toro.

¿Quién ha sido el pilar fundamental en su trayectoria ecuestre?

Yo he tenido la suerte, cuando empecé, de tener enemigos porque no era hijo de ganadero y no estaba vinculado a la afición del toro. Y como no sabía y no tenía ni idea inventaba muchas cosas nuevas, raras que se me ocurrían y la gente me criticaba. La aristocracia de Sevilla no me veía con buenos ojos y me ponía muchas faltas, afortunadamente, porque tuve la posibilidad de ir aprendiendo de la crítica que me hacían, supe aprovecharla.

¿Con quién aprendió más?

De la crítica sobre todo y después ya fui viendo a otros maestros torear aquí en España y en Portugal y ya yo fui cogiendo la parte que a mí me interesaba y desechando lo que no me interesaba.

Peralta era un jinete autodidacta, que se hizo así mismo gracias a las críticas de sus enemigos

Usted, su hermano Rafael, José Manuel Lupi y Álvaro Domecq eran “Los cuatro Jinetes del Apoteosis” ¿cómo describiría a cada uno de ellos?

Para mí fue la época de oro del Rejoneo y el motivo de este grupo fue por la competencia que había entre nosotros. Éramos grandes amigos los cuatro, pero grandes competidores en la plaza. Y como la competencia solo asusta a los incompetentes pues nos fuimos superando unos y otros y el Rejoneo tomó un auge muy grande en aquella época.

José Manuel Lupi: era un clásico del toreo a caballo en Portugal, un gran amigo y un gran competidor, era muy buen caballista.

Álvaro Domecq: tenía mucho amor propio y ha sido una gran figura del toreo a caballo y yo le tenía mucho respeto y me gustaba mucho competir con él.

Rafael Peralta: mi hermano era diferente a todos nosotros. Era más alegría en la plaza y además un gran caballista, un gran equitador y un gran rejoneador.

Disciplinas como la Alta Escuela han marcado su trayectoria hípica, ¿cómo era la doma del caballo antes y ahora?

Yo creo que la doma del caballo es más o menos la misma. Yo he querido entender ésta llamándola “Equitación Torera” que es la unión de tres domas: la Doma Vaquera que es la que le da sumisión al caballo; después a través de la escuela clásica; y enriquecido del movimiento con la Alta Escuela. Estas tres escuelas para mí son las que se usan en el Rejoneo.

Dentro de las plazas, los rejoneadores florean con movimientos como piaffé, passage o paso español, ¿los rejoneadores tienen conocimientos de equitación académica para enseñar con base estos ejercicios?

Yo creo que si no los tuvieran no podrían hacerlos. Una cosa es realizarlos y otra enseñarlos y creo que muchos de ellos tienen que estar preparados para enseñárselos a sus caballos. Hay que tener un gran tacto ecuestre, que no se aprende sino que se tiene, y hay que tener unos grandes conocimientos de la equitación clásica, Alta Escuela y la Doma Vaquera.

Hay que ser muy perseverante y no mezclar los movimientos para que el caballo pueda comprenderlos bien

Para usted, ¿cuáles son los pilares fundamentales de la doma de Alta Escuela?

Es el tacto con el caballo, como en toda equitación, la compenetración, el recoger con las manos lo que se crea con las piernas, ordenarlo y darle salida en un movimiento y en otro.

¿Qué ejercicio de Alta Escuela le gusta realizar más?

Un buen passage, sobre todo en un caballo español que se presta mucho a eso, cuando el brazo forma un ángulo recto con el antebrazo. Un buen piaffé también me gusta mucho. El paso español ya no es tanto una prueba de equitación para el jinete sino una prueba de habilidad. La pirueta inversa, por ejemplo, también es más de habilidad, porque un jinete puede ser un buen jinete y no tener habilidad para realizar este ejercicio.

¿Qué opina de la pirueta en tres remos?

Es un aire más de la Alta Escuela que obliga al jinete a tener una gran compenetración con el caballo para tener el brazo levantado con la ayuda de la pierna contraria. No es un movimiento natural del caballo, es un movimiento que se adquiere al revés de la superioridad que el jinete tiene sobre el caballo.

¿Cuál es el mejor consejo que le han dado hípicamente hablando?

Los mejores consejos me lo han dado los enemigos cuando me han puesto faltas, yo he corregido cuando llevaban razón y no he corregido cuando no la llevaban. Los amigos no enseñan nada, a ellos les parece todo muy bien, lo ven todo muy bonito, pero no aprendes.

D. Ángel, ¿cuál es la metodología que se usa en la casa para la preparación de estos caballos?

Depende de la raza que sea el potro. Nosotros no empezamos a domar a un caballo hasta que no tienen cuatro años, porque no están hechos, y el caballo español hasta que no tiene seis o siete años no está formado completamente. Sin embargo, el cuarto de milla con dos años y medio ya empiezan a montarlo y van bien. Depende del caballo. Nosotros lo primero que hacemos es amansarlo, después que soporte al jinete, que vaya adquiriendo fuerza en sus músculos, hacerlo todo progresivamente, porque en un caballo no se pueden hacer las cosas de golpe. Los caballos tienen que prepararse físicamente para lo que se les va a pedir.

D. Ángel, también es ganadero de caballos españoles ¿qué características debe tener el caballo ideal para la Alta Escuela? ¿cómo ve al PRE para esta práctica?

El caballo español se presta mucho para la Alta Escuela, es un caballo muy lucido porque tiene mucha elevación, mucha brotación en los brazos. Hoy el caballo español se está cultivando con mucha impulsión en el trote, porque es muy importe que el caballo no solo se eleve sino que se impulse hacia delante.

Cualquier disciplina es compatible en el ruedo

Teniendo en cuenta la máxima de que el caballo debe ir siempre hacia delante, ¿qué significa ese galope hacia atrás que usted hacía?

Eso entraba dentro de Fillis, que lo tiene muy bien descrito en su libro. El galope hacia atrás es un poco complicado porque se confunde con el tierra a tierra, que es una cosa y el galope que tiene que marcar los tiempos hacia atrás o en el mismo sitio. En la equitación, para mí es importante que el caballo comprenda lo que se le está pidiendo, por ejemplo, los aires altos, en el ruedo, el caballo puede confundir la lanzada o la levada… que la excitación que le produce el toro no le confunda en el movimiento.

Numerosos han sido los homenajes que le han dado, y recientemente se lo ha hecho la Tertulia Justicia y Caballo conjuntamente con su hermano Rafael, donde su sobrino dedicó unas sentidas palabras, ¿cree que ya es hora de descansar y de recoger los frutos de toda una vida a caballo o no deja este mundillo por nada?

Los homenajes son siempre un compromiso más, porque yo nunca pienso que me los merezca. Por ejemplo, del que me estás hablando yo me quedé sorprendido de la afición de aquí de cómo acudió a ese homenaje para Rafael y para mí, y con qué cariño recibieron nuestras palabras y nuestra compañía. Pero ya podemos corresponder menos que antes. Yo no me voy a retirar, a mí del mundo del caballo me tienen que retirar porque la vida no es más que la ilusión de vivirla, si no es como estar muerto en vida… Yo sigo montando ya dentro de mis posibilidades.

El público se quedaba exhausto con las cosas que Peralta realizaba en la plaza, en esta ocasión una espectacular cabriola

D. Ángel, ¿qué planes futuros tiene dentro del mundo del caballo?

Seguir siempre aprendiendo, buscar la forma de comprender a los caballos, que es la misma forma de comprender a los humanos.

¿Qué le aconsejaría a los jóvenes jinetes que comienzan?
A caballo hay que tener mucha constancia, que es la madre de las virtudes. Hay que ser muy perseverante y no mezclar los movimientos, saber separarlos unos de otros para que el caballo pueda comprenderlos bien.

Texto y Fotos: Redacción Revista Galope

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