¿Sabes si tu caballo necesita estar abrigado?

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A continuación, vamos a ver los factores clave, la necesidad o no de cubrir al caballo o los consejos de expertos que pueden ayudarnos a tomar la mejor decisión.

El abrigo natural del caballo

El propio caballo está diseñado por naturaleza con un pelo exterior capaz de adaptarse a las inclemencias meteorológicas más adversas. Por esto, si tu caballo tiene una gruesa y extensa capa de pelo que le ha crecido en las épocas de más frío, no será necesario que se le añada ningún complemento que potencie más calor corporal, como mantas, capas,… siempre que su entorno cumpla con unas condiciones específicas.

Si no te gusta usar mantas

De acuerdo con la Dra. Lisa Nesson, de la Clínica de Equinos Irongate en Madison, Wisconsin, si no vas a abrigar a tu caballo de forma extra sobre su ya abundante pelo natural, debes asegurarte de tener estos cuatro componentes disponibles en el entorno de tu caballo:

  1. Un refugio o estructura de tres lados construida por pared o cubierta por árboles gruesos, que formen barrera contra el viento.
  2. Disponibilidad de agua en cualquier momento, que no esté rodeada de un suelo helado.
  3. Forraje como el heno para ayudar al caballo a mantener el calor.
  4. Que el caballo no esté expuesto a la lluvia o agua nieve para potenciar el crecimiento natural de su pelo.

Caballos que necesitan manta

Aquellos caballos a los que se les ha esquilado o cortado su pelo natural necesitarán una protección adicional cuando llegan las bajas temperaturas:

1- Caballos jóvenes o muy mayores, que tienen problemas para mantener su óptima temperatura corporal.

2- Caballos enfermos o aquellos con una condición corporal deficiente, como, por ejemplo, los caballos con muy bajo peso, que necesitan centrar su energía en mantener su salud y no en mantener el calor.

3- Caballos que recientemente se han trasladado de climas cálidos a fríos y no han tenido la oportunidad de que su pelo se adapte a las nuevas temperaturas.

4- Cualquier caballo que esté diagnosticado por su veterinario en riesgo de hipotermia (temperatura corporal peligrosamente baja).

Cómo seleccionar y medir una manta para caballos

Cuando se busca una manta para caballos hay varios factores a tener en cuenta. Primero, que se adapte al cuerpo del caballo, para que no le haga rozaduras sobre todo en la parte de la cruz y que cubra las patas del animal por debajo de sus codos.

Para obtener la manta idónea para tu caballo, debes medir desde la parte central del pecho del caballo hasta la parte trasera deteniéndote en el lugar de la cola que quieras que cubra la manta. Esta es la medida que usarás cuando tengas que comprarla. Debes tener en cuenta que todo pelo que esté bajo la manta y que se roce contra ella no volverá a crecer en este periodo de tiempo.Si por el contrario la manta produce rozaduras en los hombros del caballo, sería conveniente usar protectores o pañales de bebé para reducir la fricción. O también puedes rociar la parte inferior de la manta con un spray a base de silicona para evitar el roce.Debes asegurarte también de que las correas de sujeción estén a su justa medida, ni apretadas ni sueltas que se pueda enganchar una pata. Para ello, deberás observar esto con detenimiento y así ajustarlas correctamente.

Otros criterios de selección

– ¿Necesitas que sea impermeable? Busca una manta diseñada para abrigar y a prueba de lluvia o pon una capa impermeable bajo una manta normal.

– No olvides cubrir la parte del cuello del caballo.

– Escoge el material más transpirable posible, resistente a las gotas y a las manchas.

– Una manta sucia no es eficaz para aislar al caballo del frío. Busca una manta fácil de limpiar si no deberás tener una manta de repuesto.

Consejos para aprovechar al máximo la manta del caballo

  • Una manta no sustituye a un refugio en condiciones climáticas extremas, por lo que quizás debas usar ambos.
  • Quita la manta a tu caballo cada pocos días para verificar el peso y el estado del cuerpo del animal y asegúrate de que no tiene rozaduras.
  • Una manta demasiado gruesa hará que el caballo sude lo que en última instancia puede hacer que el animal se enfríe y la manta pierda su cometido.
  • Una manta demasiado fina puede simplemente empujar el pelo del caballo hacia abajo, convirtiéndolo en un aislante menos efectivo y aumentando la incomodidad del caballo.
  • Una vez que empiezas a usar mantas para cubrir a tu caballo, su pelo crecerá menos durante el invierno por lo que deberás mantener la manta hasta la primavera.
  • No hay un momento exacto para empezar a cubrir al caballo, dependerá de la zona geográfica, del clima y de la robustez del animal.
  • Después de montar a tu caballo o lo hayas duchado, espera a que esté completamente seco para cubrirlo con la manta.
  • Una manta gruesa quizás no sea la mejor opción en zonas con temperaturas variables. Podría ser mejor colocar varias capas más ligeras en vez de usar una sola.
  • En el transporte, es posible que el caballo no necesite ir tan abrigado como crees. Observa la ventilación, la temperatura exterior y cuántos caballos hay en el remolque que generan calor corporal. Un caballo que viaja solo puede necesitar una manta, mientras que si viajan varios juntos puede que no.

Texto y Fotos: Patricia Salem / FEI

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