El espectáculo que todo aficionado al caballo debería conocer
Son muchos los grandes espectáculos que nos brinda el gran Oeste americano y uno de ellos es, sin duda, la Gran Estampida de Calgary, donde se conmemora la salida de las típicas carretas americanas repletas de provisiones en busca de cowboys que, a caballo, guiaban el ganado durante el verano para pastar.
La ‘Estampida de Calgary’. Una tradición ecuestre al más puro estilo americano
Quizás no sea una exageración de la organización de este show y sea verdad que no hay nada en el planeta más grande que ‘The Calgary Stampede’. Es posible que en el entorno del caballo esto sea cierto.
Calgary es una próspera ciudad del oeste de Canadá, ubicada en estado de Alberta, a unos 1.000 kilómetros del Océano Pacífico. Desde 1912, este bello enclave al lado de las Montañas Rocosas, paraíso de los esquiadores y de los amantes de los parques nacionales, es un punto de referencia par a los admiradores del Caballo del Oeste Americano.
Todo comenzó con una feliz iniciativa de la ciudad para recordar en aquel entonces cómo las carretas típicas del ‘Far West’ salían a mediados del siglo XIX al encuentro de los vaqueros que subían ganado trashumante durante el verano, procedentes de los estados del sur y del lejano oeste para pastar, antes de la llegada del frío en la fértil campiña de Calgary. Parece ser que ya entonces se producían verdaderas competencias entre los cocheros de los viejos carromatos que, cargados de sopa y provisiones, acudían a todo galope al encuentro de estos cowboys: eran las ‘Chuck-Wagons’. Y así surgió a principios del siglo XX la primer a ‘Great Stampede’, que reunió a miles de vaqueros y a toda la gente de la comarca en una especie de divertido carnaval, organizado para recordar aquellas gestas.
Desde entonces, y con el éxito creciente de las sucesivas convocatorias, se ha creado una verdadera tradición que cada año tiene a toda la población de Alberta y a gran parte de Canadá y de los Estados Unidos de paseo por Calgary durante las dos semanas de julio que duran las competiciones de ‘Chuck-Wagons’, así como el Rodeo de vacuno y de caballos montados por todo lo alto.
Sin embargo, quizás lo más atractivo de todo sea la transformación carnavalesca que sufre Calgary que, de ser una ciudad fría y de carácter angloamericano, se transforma en un divertido centro de acogida para los amantes del espectáculo y del recuerdo de los orígenes vaqueros de la zona en el siglo XIX. En este contexto, todos los vecinos de la ciudad, desde oficinistas hasta policías, pasando por taxistas o empleadas de las tiendas de ropa, van esos días de la Estampida a su trabajo con botas de montar, pantalones vaqueros y sombreros western, amén de una camisa de cuadros con botones brillantes. También se trasnocha bastante, se bebe lo suyo y se desayuna en fraternal comunidad los típicos ‘pankekes’ del Oeste como muestra de hospitalidad hacia los amigos conocidos y los forasteros que llegan por miles de todos los sitios del mundo.
Cada año, el comienzo oficial de la Estampida es el Gran Desfile, ‘Great Parade’ que, a modo de cabalgata, hace pasear a cientos de caballos engalanados por el barrio central de la ciudad, mezclados con bandas de música, escoceses ataviados con los tradicionales ‘kilt’ –faldas escocesas–, jefes indios con sus mejores galas y carromatos tirados por trotones gigantes. Por la mañana, las calles se llenan de música, color y amazonas y jinetes gritando el famoso grito ‘¡Yahoooo!’, mientras saludan al público, ensimismado ante el aluvión de caballos.
El Gran Rodeo
Por otra parte, con el tiempo, en Calgary se ha creado un auténtico parque temático sobre la Estampida donde, además de instalaciones de gradas para más de treinta mil espectadores, se puede pasar todo el día en la zona de atracciones de feria, siempre con un toque western y mucha alegría. A la vez, en el recinto se monta una gran infraestructura de tenderetes ecuestres, donde se clasifican a cientos de caballos y vacas que, desde su estado menos salvaje, van siendo seleccionados por los expertos para hacer, a partir de la una de la tarde, todos los días el espectáculo del Rodeo, con las especialidades de monta con silla, monta sin silla y lazado de los broncos en manada, con las consiguientes caídas, golpes y revolcones que todos hemos visto alguna vez. Cada prueba suele estar patrocinada por un grupo de empresas distinto y los premios a aquellos que aguanten más de ocho segundos encima del bruto son cuantiosos.
En Calgary se conoce bien a los jinetes de Rodeo. Por su parte, las amazonas de ‘Quarter Horse’ tienen reservada una espectacular prueba de velocidad alrededor de un triángulo equilátero de toneles, donde el ‘recorte’ del tiempo es increíble: todo sucede ¡en quince segundos! Después hay hasta seis variedades de monta en Rodeo de toros gigantes sin silla e inmovilización de terneros pequeños y vaquillas, donde un jinete se tira en picado desde su montura al galope tendido hasta que dobla la vaquilla sujetándola por los cuernos y le pone los pies en alto. Y esto sucede en cinco segundos de increíble tensión.
Chuck-Wagons
Quizás lo más original y genuino del espectáculo ecuestre de la Estampida es la carrera de carromatos del Oeste a lo largo del hipódromo del parque de Calgary, que dio origen a la ‘Stampede’. Compiten cuatro equipos formados por un carro típico preparado par a galopar ligero con cuatro caballos enganchados dos a dos. En este enganche se lleva un tenderete de lona y un bidón de plástico que los otros cuatro jinetes acompañantes echan dentro del carro, pie a tierra, al toque de la sirena de comienzo, simbolizando la carga de comida que llevarían a los vaqueros antiguamente. En ese momento suben a la silla de un salto e inician una carrera desenfrenada, acompañando a su carreta hasta la meta. El resultado son 32 caballos a galope tendido por una pista de tierra. Espectacular al máximo.
En la carreras ‘Chuck-Wagons’, que cada tarde llegan a ser diez competencias distintas, lo más extraordinario es la asombrosa salida de los carros, que es controlada al milímetro por la organización, así como la espectacularidad de la llegada con todos al galope. Gana el primer equipo que mete su carro y sus cuatro acompañantes en la meta. La competición es extrema y los tiempos siempre son muy apretados.
También los premios son cuantiosos, y el ‘show’ está servido hasta bien entrada la noche. Cuando termina el espectáculo de los caballos, se crea un escenario para el entretenimiento teatral, con la participación de todas las autoridades de la ciudad y varios centenares de jóvenes actores y bailarines que recrean el precioso ambiente del musical en Broadway, con el canto del himno de Canadá para hacer a la vez arte y espectáculo. En definitiva: si usted ama los caballos y visita Canadá en el mes de julio, visite la Estampida de Calgary…No se arrepentirá en absoluto y saldrá encantado con la hospitalidad de sus gentes y con un soberbio espectáculo.
Imagen de inicio: carreras ‘Chuck-Wagons’. Fuente: tripz.com
Texto y fotografías: Luis Ayllón y J. Manuel Morán. Publicado en el nº 17 de la Revista Galope, la cultura del Caballo / calgaryhispano.com