¡A comer! Errores más frecuentes que cometemos con los ejemplares (Parte II)

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La primera parte de este artículo trata de la posición, la discriminación, la elección y la nuca y su importancia a la hora de comer de los caballos. ¡No te lo pierdas! Puedes leerlo pinchando aquí. http://bit.ly/DomaNatural499

Masticar

Es un movimiento lateral de la mandíbula que permite convertir el alimento en partículas de menor tamaño, moliéndolo entre los dientes antes de tragarlo. En la naturaleza, el hecho de que los caballos mastiquen, con la cabeza abajo, diferentes tipos de alimento de forma continua, favorece un desgaste continuo de los dientes, impidiendo la aparición de picos. El diente del caballo emerge continuamente para aguantar el desgaste que se produce al comer. El caballo que vive en cuadra o en corral y se alimenta con pocas comidas al día y basadas en grano, no tiene un desgaste continuo y homogéneo de los dientes, sobre todo en su parte lateral, donde con frecuencia presentan estos picos que tiene malas consecuencias: problemas de delgadez y cólicos. Pero ¿y los problemas de conducta? Muchos caballos presentan heridas y úlceras en la mucosa interna de la boca y la lengua provocadas por estos picos que realmente actúan como afiladas cuchillas que lesionan estas estructuras tan sensibles.

Con frecuencia, vemos caballos que se resisten a flexionar la nuca, pero para poder hacerlo, necesitan relajar su articulación temporomandibular, bajar la mandíbula y dejar que los dientes superiores deslicen sobre los inferiores. ¿Qué pasa si el caballo tiene picos en sus dientes (o una muserola demasiado apretada) y no puede hacerlo? Se quejará dando cabezazos hacia arriba y manifestará resistencia a ceder su nuca y descontraer la mandíbula. Esta tensión que empieza en la boca pasa a la nuca provocando más tensión, y los músculos del cuello que continúan con los del dorso haciendo que el caballo vaya invertido y no impulse con sus posteriores. Algunos se levantan de manos cuando le pedimos un poco de reunión con la embocadura, otros se quejan de su embocadura, abren la boca y no aceptan fácilmente que se la pongamos, algunos incluso les molesta la cabezada de cuadra y suben su cabeza cuando se la vamos a colocar.

Todos estos comportamientos están causados por dolor en la boca y nosotros lo interpretamos como “mal comportamiento” y “defensas” a la monta, colocamos rendajes para que baje su cabeza y flexione su nuca, cierrabocas para que acepte la embocadura, espuelas para solucionar la falta de impulsión, etc., pero no conseguimos solucionar la causa del problema. Por eso es tan importante que cada 6-12 meses un veterinario especialista en odontología, haga una revisión de la boca de nuestro caballo.

No debemos olvidar que el masticar también estimula la producción de la saliva, lo que neutraliza el pH ácido producido de manera continua en el estómago, ya que el caballo de vida natural nunca pasa horas sin nada en el estómago. Esto explica por qué la gran mayoría de caballos que viven en cuadra padecen úlceras gástricas.

Andar

Mientras pasta, el caballo anda sin parar. Avanza una mano, come alrededor, avanza la otra y se balancea para echar su peso encima de ella mientras pasta alrededor. Cuando el caballo no puede hacer estos movimientos por estar encerrado en una cuadra, aparece la estereotipia frecuente del “baile del oso”. Si analizamos bien este comportamiento, al impedir el avance de las manos, el caballo se mueve de un lado a otro cambiando el peso de lado a lado a modo de balanceo como hace cuando pasta en la naturaleza. Es otro ejemplo de cómo los movimientos comunes en su conducta natural pueden tener su propia motivación, independientemente de la función de la que forman parte. El balanceo no tiene nada que ver con el proceso de alimentación, pero forma parte del acto de estar pastando en la naturaleza y el caballo encuentra la necesidad de hacerlo.
Entonces vemos que pastar no es solo la manera natural de alimentarse para un caballo significa también completar una serie de actos necesarios para su salud tanto física como mental.

¿Qué podemos hacer si no tenemos la posibilidad de mantenerles pastando libremente?

  • Alimentación basada en forraje de calidad y no en piensos concentrados.
  • Uso de “slow feeders”, cajas de madera o de plástico, en las que coloca heno en su interior y se cubre por una malla o reja para que el caballo tenga que cogerlo usando sus labios y haciendo movimientos bruscos de sacudida con la nuca de la manera similar a como lo hace en la naturaleza. Hoy en día, hay numerosos diseños en internet y de fácil elaboración. Un estudio en Francia* con más de 300 caballos mostró que al usarlos en las cuadras, los caballos aumentaron el tiempo de comer su ración de heno hasta las 12 horas; comían menos paja de la cama (lo que disminuye el riesgo de cólicos por impactación intestinal asociados a la paja); disminuyeron el tiempo practicando estereotipias y otros conductas obsesivas; tenían mejor digestión; y su carácter era más agradable, con una actitud positiva, no solo hacia sus dueños sino también hacia los mozos.¡Estos resultados son asombrosos e indican que su uso proporciona un mayor bienestar para los caballos estabulados! El mismo estudio mostró que las redes de heno que se cuelgan en la pared no son tan beneficiosas ya que no tenían los mismo efectos: aumentó el tiempo de comer pero provocaron más frustración y presencia de estereotipias.
  • Los “slow feeders” también disminuyen los conflictos en los grupos de caballos en corrales.
  • Busca cualquier oportunidad de sacar al caballo de la cuadra para que pueda revolcarse y estirarse por sí mismo. Anima ver cuántos dueños de hípicas han visto las ventajas de mantener a los caballos en corrales, en grupos o incluso en los sistemas de “tracks”. Pero todavía hay propietarios que se resisten, y dueños particulares, profesionales y competidores que quieren ignorar lo que ya se ha comprobado por estudios científicos: la cuadra es un sitio inadecuado para el caballo. Ojalá el resto de Europa siga el ejemplo de Suiza, que ha legislado que los caballos deben estar fuera del box un mínimo de 8 horas diarias.
  • Pasar tiempo llevando al caballo del ramal a pastar los lados de los caminos, notando lo que escoge para comer. Hoy en día, muchos jinetes se preocupan más por las técnicas de la equitación que por estos pequeños detalles en la vida de su caballo. En realidad, si se cuidan estos aspectos del mantenimiento de nuestros caballos, los resultados que se buscan conseguir vienen más fácilmente, ya que el caballo frustrado, deprimido o dolorido, nunca va a dar lo mejor de sí mismo.

*Rochais, C., S Henry, M Hausberger “Hay-bags” and “Slow feeders”: Testing their impact on horse behaviour and welfare Applied Animal Behaviour Science (2017), http://dx.doi.org/10.1016/j.applanim.2017.09.019

Texto y Fotos: Lucy Rees – Especialista en Etología

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