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¿Cómo consigo que no me pese el caballo en la mano?

¿Son las riendas artificiales perjudiciales para el caballo?

Ya en el artículo publicado la semana pasada los autores magnificaban la importancia de que un caballo esté en la mano. Luis Ramos-Paúl siempre ponía el ejemplo del pájaro que se tenía en la mano y si se le apretaba mucho se le asfixiaba y si se abría la mano excesivamente huía, comparándolo con la puesta o no de un caballo en la mano. En esta segunda parte veremos por qué se abre el caballo, cuándo está redondo, todo sobre el beneficio o perjuicio de las riendas artificiales y cómo conseguir que no pese sobre la mano.

La puesta en mano II

¿Por qué se abre el caballo?

Si consigues que el caballo ceda a la mano activando el tercio posterior, debes intentar mantenerlo. Si se abre, es muy probable que vuelva a llevar menos peso sobre los posteriores y no los meta lo suficiente. Algunos caballos optan por esforzarse menos y pesar cómodamente sobre la mano del jinete, así que corrígelo dando piernas brevemente para activar los posteriores. Debes mantener la puesta en mano siempre activando los posteriores, no solamente haciendo cambios de ritmo, sino también con otros ejercicios.

Muchos jinetes están tan contentos de tener su caballo al fin redondo que se limitan a seguir haciendo lo mismo que estaban haciendo para no perder esa sensación tan buena. Obviamente no es aconsejable ya que, si siempre haces lo mismo, los músculos se cansan. Hay que hacer ejercicios variados e intercalar descansos con riendas largas, y no te olvides de premiar al caballo. Si lo haces bien, enseguida volverás a tenerlo en la mano.

Puntos de atención:

  • Cambios de ritmo
  • Cesión a la pierna
  • Haz espalda adentro
Puesta en mano
Esta amazona está demasiado tensa para lograr una buena puesta en mano de su caballo. Si el caballo se abre debes intentar que remeta mejor el tercio posterior, pero procura mantener tu posición correcta

 

¿Cuándo está redondo el caballo?

Mira una fotografía con un caballo de nivel Gran Premio y verás que ese caballo adopta una forma muy diferente de un caballo de nivel B. Es normal porque todavía no está tan musculado y muestra una línea superior más «abierta». Cuando aprenda a remeter el tercio posterior, más fuerza de soporte tendrá. De este modo, podrá tomar cada vez más peso sobre el posterior, y cambiará su línea superior. Esto no tiene nada que ver con forzar el cuello y la cabeza en posición.

Algunos caballos tienen un cuello corto y grueso que se arquea difícilmente. Bien montados existe la posibilidad de que estén perfectamente en la mano, pero mantienen la nariz ligeramente por delante de la vertical. Por otro lado, hay caballos con un cuello largo, pero muy fino y flexible, que en la posición idónea para ellos quedan ligeramente detrás de la vertical. Desafortunadamente, no todos los jueces de doma observan el conjunto y puede ocurrir que estos caballos sean penalizados por ello, aunque ofrezcan una sensación correcta al jinete. Nunca se debe forzar. Si estás seguro de que está bien, y que notas al animal perfectamente cedido, sigue montando a tu manera. Seguramente encontrarás jueces que lo reconozcan. De todos modos, para los minutos que dura un reprise, puedes tratar de engañar a los jueces, pero no te engañes a ti mismo porque montar a caballo y montar en una prueba no siempre es lo mismo.

Puntos de atención:

Estimula la fuerza de soporte con cambios de ritmo, cesión a la pierna y espalda adentro.

¿Las riendas artificiales son perjudiciales para el caballo?

Algunos jinetes que tienen problemas con la puesta en mano utilizan las riendas artificiales. Con ayuda experta, esto puede ser una solución temporal, pero es muy probable que la atención se fije demasiado sobre el tercio anterior, mientras que el problema sigue estando en el posterior.

Sea cual sea el tipo de rienda artificial que uses, siempre será el jinete quien deberá activar el tercio posterior. La rienda artificial puede dar una falsa sensación de ceder a la mano, mientras que el caballo elude el trabajo adoptando una posición determinada con la cabeza sin que por ello lleve más peso sobre el posterior.

Si quieres probar unas riendas artificiales es preferible optar por un rendaje Thiedemann que unas alemanas, porque el Thiedemann no actúa si todo va bien. Unas riendas fijas desde la cincha a la muserola también se pueden usar, siempre y cuando se le dé cuerda al caballo antes para acostumbrarlo a ellas. No hay que subirse sin más, porque si el caballo levanta la cara, la rienda se tensa, por lo que puede asustarse y caer hacia atrás. Hagas lo que hagas, nunca dejes de pedir ayuda y aprende a utilizar la rienda artificial, pero nunca sigas montando con estas por norma.

¿Cómo consigo que no pese sobre la mano?

Al observar a un caballo en libertad en el campo verás que anda sobre el tercio anterior, o sea, que lleva la mayor parte de su peso sobre los anteriores. Si se asusta de algo y quiere salir corriendo verás cómo de repente flexiona los posteriores, y acto seguido sale disparado con una enorme explosión de fuerza. En otras palabras, la mayor parte de su fuerza está en su posterior, y esto es lo que queremos usar como jinetes. Cuando se monta a un caballo por primera vez, se refuerza esta actitud natural de andar sobre el tercio anterior. El objetivo del jinete es conseguir un mayor remetimiento de los posteriores, de modo que se flexionen más y puedan sostener más peso. El resultado es que este se distribuye sobre las cuatro extremidades, el caballo ya no va caído sobre el tercio anterior. Si sigues entrenando, fortaleciendo mucho más la musculatura del tercio posterior, podrás montarlo cada vez más sobre el posterior.

Un caballo que al montarlo casi te arranca los brazos, va demasiado sobre el tercio anterior, no se lleva a sí mismo, sino que va caído sobre las espaldas e intenta utilizarte de soporte. Lo importante es que tú no tires de él e intenta mantener un contacto suave, estimulando un mayor remetimiento de los posteriores, con medias paradas, por ejemplo. Esto significa reducir el ritmo como si quisieras hacer una transición a menos. Y cuando el caballo está a punto de hacer la transición, vuelves a montar hacia delante sin empujar demasiado fuerte con las piernas, ya que eso te daría aún más precisión en las manos. Mantén las ayudas de la pierna ligeras, procurando que responda correctamente.

Vigila tu posición. Un caballo que pesa en la mano te tira hacia delante, de modo que ambos vais demasiado sobre el tercio anterior. Procura estar al tanto y corregirte, aunque esto tampoco debe degenerar en reclinarte hacia atrás, ya que entonces pierdes toda la flexibilidad de tu espalda.

Puntos de atención:

  • Haz medias paradas
  • Procura que haya variedad en el trabajo

 

Fotografía de inicio: En manos expertas, las riendas artificiales a veces son una solución

Texto y fotografía: del libro “Montar a caballo con sensibilidad” de Wim Bonhof/Tessa van Daalen editado por Grupo Lettera.

Montar a caballo con sensibilidad

Esta entrada tiene un comentario

  1. Rafael

    Algunos comentarios sobre el tercio posterior, se podria ilustrar para mayor comprensión

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