Algunos de estos problemas se nos han planteado en el día a día, corregirlos de manera práctica será la consecución de una buena base en equitación.
¿Siempre debo iniciar el trabajo al paso?
• Lo mejor es iniciar la sesión de trabajo a la cuerda, mayormente al trote, después puedes montar al caballo y empezar al paso.
• Con caballos muy enérgicos, generosos, es mejor empezar a trabajar al trote, siempre con calma, y luego trabajarlos al paso. Sin embargo, una buena sesión de trabajo generalmente empieza con un paso de buena calidad.
• En cuanto el caballo responda a todo lo que le pidas al paso y esté relajado, atento y voluntarioso, no esperes y no dejes que se aburra: pasa al trote. Debes saber el momento idóneo.
¿Cuánto tiempo debe trabajar al paso?
• No hay reglas exactas. No obstante, hay que desarrollar la sensibilidad de saber cuánto paso necesita tu caballo y empezar a trotar en el momento adecuado.
• Un caballo tenso o nervioso necesita trabajar más tiempo al paso: no hay que empezar el trote hasta que no esté relajado, suelto y regular. Después hay que hacer paso de nuevo, para comprobar que esté calmado. Este trabajo puede ocupar la mitad de tu sesión de trabajo.
• Con un caballo más tranquilo, que tenga tendencia a “dormirse” durante el paso, habrá que empezar a trotar antes y luego alternar breves periodos de paso/trote, trote/paso, paso/galope, galope/paso…
• Un caballo joven necesita hacer paso durante bastante rato, hasta que esté calmado, atento y sumiso. Después será más fácil canalizar su energía en los aires más rápidos.
• El tiempo dedicado al paso también queda determinado por el grado de doma del caballo, y por el objetivo planteado antes de iniciar cualquier sesión de entrenamiento.
Mi caballo no mantiene la rectitud
Esta es la respuesta a un alumno que preguntó: “Mi yegua abre el posterior izquierdo hacia la izquierda, y a mano izquierda a menudo entra la grupa. ¿Es posible corregir este problema con una serie de ejercicios adecuados? y en caso positivo, ¿qué debo hacer?”
• Tu yegua no está “derecha”. “Abre los pies”, es decir, sus posteriores no siguen el eje de la dirección; traslada los pies hacia el interior para escaparse de tu control o negarse a remeterlos.
• Puede que tu posición sobre el caballo no sea equilibrada. Distribuye tu peso mejor, asegúrate de estar sentado por igual sobre ambos isquiones.
• Quizás tus ayudas no son simétricas. Si este es el caso, debes corregirlos. Demasiada rienda interior, demasiada incurvación o el cuello flexionado hacia el interior hace que el caballo se tuerza. Entonces el caballo pesa sobre esa rienda al volverse más dura, “se pega” a la pierna interior y pone la grupa de lado. Usa menos rienda interior, pero no pierdas el contacto con la rienda exterior.
• Puede ser que la yegua tenga dificultad para usar el posterior a mano izquierda, que tenga una mala postura, torcida, en cuyo caso un programa de trabajo gimnástico debe ayudarla a conseguir rectitud. Trabaja en espalda adentro/espalda hacia delante a los tres aires, en línea recta y sobre el círculo. Esto aleja sus espaldas de la pared y hará que su posterior interior gane flexibilidad y remetimiento. Este ejercicio corregirá el hábito de poner el posterior interior hacia la izquierda y enseñará al caballo a alejarse de la pierna interior, no ir en contra.
• Trabaja también en círculos a mano izquierda, como ejercicio, y haz que saque la grupa hacia fuera. Trabaja las líneas rectas con un toque de espalda adentro.
• Estos ejercicios deben enderezar la yegua, de modo que se moverá en la misma línea, con las espaldas por delante de los posteriores, sin torcerse.
• Finalmente, la buena impulsión hará que se estire y vuelva a colocar la grupa detrás de la línea de las espaldas. Si la yegua pierde impulsión, tendrá tendencia a ir torcida.
Voilà… Todo lo que puedes hacer para enderezar tu yegua.
Mi caballo no va recto en el paso atrás
• No está bien “encuadrado”, la ayuda de una pierna o una mano es más fuerte que la otra.
• Debes volver a alinear las espaldas y la grupa del caballo con una rienda de oposición para enderezarlo. Esto hay que hacerlo sin brusquedad, con sensibilidad, en dos o tres pasos.
• Tan pronto el caballo esté derecho de nuevo, vuelve a hacer dos o tres pasos atrás, haz parada, y vuelve a montar hacia delante.
• Vuelve a hacer paso atrás, con mucho cuidado; acaricia.
• Dificultad para poner a un potro en la mano.
• Esta es la respuesta a la pregunta de una alumna que tenía un potro de cuatro años y medio. Decía: “Actualmente tengo un problema que condicionará el resto de mi trabajo: se trata de poner al caballo en la mano; la estabilidad del contacto de mi caballo. Lo consigo inicialmente al paso, pero no se mantiene porque mi técnica no es muy segura”. Esto es un ejemplo de la utilidad de usar el paso como aire de entrenamiento básico.
• Tu caballo es joven. Es de suma importancia que adopte la posición correcta, en la mano, de forma estable y relajada.
• Para poner el caballo en la mano no hay ningún truco, receta mágica, intervención mecánica de las manos u otro remedio distinto usado por toda clase de gente. Es el resultado del equilibrio general del caballo, de su impulsión hacia delante, del remetimiento de los posteriores y de su relajación.
El caballo se tuerce en el paso atrás; desplaza el posterior
• Para mejorar la puesta en mano y conseguir mayor estabilidad en el contacto, primero mira todas estas cosas como prioridad.
• Trabaja tu caballo a la cuerda al trote. Después del calentamiento, usa las riendas de atar para colocarlo gradualmente y progresivamente en la posición correcta.
• Trabaja varias sesiones solo a la cuerda y siempre dale cuerda antes de montar.
• Dado que tu caballo es joven, no pidas que lleve la nuca demasiado alta, pero busca una puesta en mano donde esté a gusto y relajado.
• Ten sensibilidad, piensa… enmarca tu caballo bien entre las ayudas.
• Vigila la incurvación en los círculos.
• Presta mucha atención a tu posición. El caballo no puede poner la cabeza en la posición correcta si el jinete no está equilibrado y relajado.
• Mantén las manos quietas, justo encima de la cruz – sobre todo no intentes tirar con la derecha, la izquierda, la derecha…. moviendo la cabeza del caballo de lado a lado.
• No muevas las manos, pero juega con los dedos.
• Fija la mano interior y usa más la exterior, pero suavemente.
• Mantén las piernas relajadas pero atentas.
• Trabaja mucho en círculos y semicírculos.
• Al cambiar la incurvación, haz que baje la nuca: verás como el caballo empieza a venir hacia la mano.
• Actúa con suavidad, no pidas demasiado, y mantenlo en una posición más bien baja.
• La espalda adentro servirá de ayuda.
Primero hay que conseguir que acepte el filete al paso y al trote, y fijar el contacto; al galope puedes dejarlo relativamente libre por el momento, en una posición ligeramente abierta, pero siempre en equilibrio. ¡Así es como se pone a un caballo en la mano!
Texto y Fotos: La Equitación de Arthur Kottas editado por Grupo Lettera, S.L.