- Cada caballo tiene su propio paso, su música interna.
- Hay que saber sentir cuál es el ritmo del paso de tu caballo.
- Cuando el caballo avanza relajado al paso, con el ritmo correcto y empuje hacia delante, sabrás que es el “tempo” adecuado.
- Al alargar el paso, mantén contacto con la boca del caballo; mantén el porte de la cabeza con la nuca en el punto más alto, pero dejando que alargue la línea superior.
- Acompaña y amplía el paso largo con el asiento, empujando muy poco con las piernas ya que a veces hace que el caballo pierda ritmo.
- El paso no es un problema mecánico: no intentes analizar el mecanismo del paso…. Sino trata de sentir si tu caballo se mueve bien, que no cambie la velocidad, el ritmo o el perfil.
- No pidas nada complicado al caballo hasta que no sepa ir al paso de manera relajada, con la puesta en mano correcta y empuje hacia delante.
- El caballo debe moverse hacia delante sin retenerlo –simplemente debe estar canalizado por tus ayudas.
- La altura de la nuca y del tercio anterior debe ser el resultado de un descenso de la grupa, no al revés –¡no lo olvides!
- Al trabajar al paso es preferible que tenga la nuca demasiado baja que demasiado alta, ya que esto última produce rigidez en el caballo y hará que hunda el dorso.
- Mantén al caballo ligero, pero sin “dejarlo ir” completamente.
- Al paso existen dos riesgos para el jinete: flojedad y agitación (abandono y exceso de control) –¡no caigas en ninguno de ellos!
- Para mantener la rectitud a lo largo de la pared, entra las espaldas ligeramente hacia el interior, ya que las espaldas son algo más estrechas que el tercio posterior.
- De tanto en tanto hay que ir por la pista interior o la línea central para comprobar la calidad del paso, la rectitud del caballo y su obediencia a tus ayudas.
- Vigila tu posición –¡la calidad del paso depende de ella!
- Al paso, usa las piernas escasamente: actúa poco pero en el momento preciso; no aprietes las piernas.
- Relaja los músculos de tu espalda, simplemente sostén la parte inferior.
- Debes empujar y disminuir con la espalda, sin mover el asiento.
- Debes dirigir al caballo con la parte superior del cuerpo, ¡el resto es secundario!
- Acompaña el paso de tu caballo con el abdomen y la parte superior del cuerpo, no con la mano.
- Busca un contacto fluido, regular y muy estable entre la mano y la boca del caballo.
- Procura tener una mano suave, ligera, flexible, sobre todo al alargar o acortar el paso, durante las transiciones, al girar y al cambiar la incurvación.
- Procura no ir más lento, y “apagar” al caballo, sino simplemente canalizar su energía.
- No permitas que te pese en la mano.
- Cuando el caballo esté en la mano y mantiene el ritmo, practica reducir los efectos de la mano y la pierna.
- Pasar esquinas al paso ayuda a desarrollar la reunión.
- En el círculo, con un potro, no dudes en formar un triángulo entre tus manos y la boca del caballo –abre las manos.
- Hay que aumentar y disminuir el tamaño de los círculos con frecuencia. (Se puede hacer ceder a la pierna para aumentarlo, por ejemplo).
- Procura trazar cada círculo redondo y preciso.
- Para enlazar un círculo con otro a la otra mano, presta atención al cambio de incurvación.
- Relaja los dedos ligeramente, juega con los dedos para bajar el cuello del caballo ligeramente: así ganarás fluidez.
- En línea recta entre dos círculos, relaja los dedos por un momento: el caballo mantendrá la misma colocación y también se relajará.
- En las transiciones al paso, busca la fluidez, sin brusquedad, ni exceso de reacción, ni abandono. Cada transición debe hacerse con precisión.
- Antes de cada transición, baja el cuello del caballo ligeramente y comprueba el empuje hacia delante.
- Mantente relajado –no te pongas tenso, ya que esto afectará a tu caballo.
- Antes de hacer una parada, cuenta un número de pasos previos que quieras hacer antes de pedirla, esto facilita la preparación.
- Para hacer paso atrás nunca hagas fuerza: nunca hagas paso atrás si el caballo se resiste.
- Al hacer paso atrás piensa en el famoso lema y aplícalo: “calma, hacia atrás y rectitud”.
- Trabaja el paso atrás también pie a tierra, lentamente, junto a la pared, con la fusta paralela al cuerpo del caballo para evitar que entre la grupa.
- Pie a tierra hay que actuar muy suavemente y lo justo con la mano: mueve la parte superior de tu cuerpo; determina cuántos pasos atrás quieres pedir, y lleva al caballo nuevamente hacia delante con suavidad.
Texto y Fotos: La Equitación de Arthur Kottas editado por Grupo Lettera, S.L.