Por mi casa han pasado muchos Pura Raza en los últimos años. A todos los hemos montado y probado, y el común denominador de todos ellos ha sido la falta de fuerza, la imposibilidad de desarrollar una estructura muscular que haga que pasen realmente por el dorso y que la cruz venga arriba. Tienen mucha voluntad, son caballos que lo dan todo, son inagotables, pero no pueden dar lo que en su mayoría no tienen, auténtica capacidad de sostén en movimiento. Y, como amante del PRE, y desde esta experiencia, no me queda más remedio que extraer conclusiones que no me agradan.
El problema del PRE de deporte en España se resume en que no hay una auténtica selección de la raza. Los Tribunales de Reproductores Calificados en la práctica aprueban como sementales y como yeguas reproductoras muchos animales que, si bien pueden cumplir los rasgos raciales del PRE, no tienen aires, no tienen fuerza, no tienen bote en su galope. Caballos que ninguna asociación europea que se precie aprobaría como ejemplares recomendados, aquí los hacemos campeones de la Raza.
En el PRE, por ejemplo, con frecuencia vemos trotes passageados, que en realidad lo que muestran son aires falsos, artificiales, con mucha suspensión pero que suelen bloquear los otros aires, sobre todo el galope, y que evidencian claros signos de descoordinación, falta de cadencia y de ritmo. Sin embargo, a estos mismos animales los hacemos también campeones de la raza. Se está confundiendo movimiento con espectáculo.
Empezar desde cero
En el PRE hay que hacer tabla rasa y empezar desde cero; solo así lograremos mejorar tan rápidamente como nos lo exige el mercado. Hay que hacer una criba generalizada conforme a un estándar de calidad. Necesitamos, para empezar, una gran base de cría que tenga tres buenos y claros aires naturales. Un animal que no tenga paso, trote y galope no debería ser un reproductor calificado. Con solo aplicar este criterio descartaríamos a más del 50 por ciento de la cabaña del PRE.
En casa, llevamos un tiempo intentando aplicar estos criterios. Buscamos animales más grandes, con caja, con buenos cuellos, con buenas caderas, con gran capacidad de sostén, aunque quizá no tanto en movimiento, con unas espaldas largas e inclinadas, con una grupa caída y con una inserción nada alta del maslo. Nos hemos centrado en dos objetivos básicos y no prestamos tanta atención a los demás. Uno de ellos es una biomecánica que garantice tres buenos aires. El otro es la montabilidad. Nosotros montamos todos nuestros caballos y los probamos en la montaña durante meses, y, aunque nadie se puede imaginar lo caro que resulta hacerlo, es la única forma de saber qué llevan dentro. La experiencia nos ha enseñado que nunca se sabe cómo es un caballo hasta que se monta y se trabaja con él. Muchas más veces de las que desearíamos nuestros mejores caballos son precisamente aquellos menos llamativos, aquellos que no parecen tan buenos. Para que el Pura Raza avance más rápido se necesitaría que muchos otros ganaderos hicieran lo mismo”.
La minoría
“Esto es clave; los ganaderos que crían pensando en el deporte de verdad son aún muy pocos. Y es que nos falta mucho del saber que tienen en Alemanía, Holanda y Dinamarca. Ellos han profesionalizado lo que es ser ganadero, jinete, mozo, entrenador… Aquí en España nos queda aún mucho para eso. Nuestro herrador viene de Dinamarca todos los meses, y lo traemos porque es de los mejores del mundo y porque consigue resultados con los caballos que se ven de inmediato.
Hay que evolucionar, pero solo con unos cuantos que piensen como yo, no se puede mover la raza, somos minoría. Mientras que el Sicab, por ejemplo, pese a todo el éxito económico que pueda tener, sea un desprestigio para todo profesional que venga a vernos, las cosas seguirán mal. Y digo esto porque nosotros tratamos casi siempre con clientes extranjeros, y todos nos dicen lo mismo: que estamos atrasados en el manejo de los caballos de deporte, que pruebas como el Gran Premio del Sicab de este año no se pueden hacer en un escaparate de la Raza. Es mejor no tener un Gran Premio Sicab a tenerlo de esa bajísima calidad”.
El deporte y el ocio
“El PRE, salvo excepciones, no es hoy un caballo de deporte y me atrevería a decir que cada vez es menos un caballo de ocio, porque la gente lo que quiere es un caballo sin problemas, que pueda montar y disfrutar. Esos malos dorsos de los que hablo, la falta de fuerza y de elasticidad son un montón de problemas para el profesional, y mucho más para el amateur. Cuando un cliente compra un caballo sin galope está comprando un problema, y eso es algo que cada vez más el cliente sabe muy bien. Sin embargo, con caballos centroeuropeos al menos se tienen tres aires básicos, porque las asociaciones de oldenburg, hannoverianos o trakehner se han preocupado de cuidar cada vez más la montabilidad. Sin embargo, aquí en España seguimos aún en la época del caballazo.
La venta
Ha habido un frenazo tremendo en la venta de caballos PRE. En los últimos meses se ha vendido muy poco o casi nada. Lo único que se sigue vendiendo es lo muy bueno. En este sentido no se entiende que el PRE no use en su libro genealógico sementales lusitanos calificados y más cuando eso ayudaría a la evolución de la propia raza. Al ser animales que han conservado más la fuerza, mejor el movimiento de sostén y la funcionalidad, tendrían mucho que aportar al PRE. Sin embargo, cuando uno dice esto hay muchos ganaderos que se indignan, algo que tampoco se entiende cuando hasta hace treinta años hacer lo que propongo estaba admitido.