El escándalo ha saltado en el seno de la Federación Ecuestre Internacional (FEI) durante el mes de octubre. La presidenta Haya de Jordania se enfrenta tras los Juegos Olímpicos de Hong Kong a su Comisión de Doma Clásica, a la que acusa de ser una de las responsables de que la Doma Clásica pueda dejar de ser un deporte olímpico en un futuro próximo. La jordana ha solicitado además la dimisión de sus miembros como único medio para remediar la situación.
A partir de aquí la lucha entre Presidencia y Comisión ha creado dos bandos que ha acabado con el nombramiento por parte del Comité de la FEI de una Comisión paralela de trabajo para la Doma Clásica. Mientras, las federaciones alemana, belga, española y danesa, entre otras, exigen que no se vulneren los procedimientos democráticos para la designación y recusación de miembros.
Durante el mes de octubre se ha hecho público el enfrentamiento que la presidenta de la FEI, la Princesa Haya de Jordania, mantiene con la Doma Clásica, pidiendo la dimisión en bloque de la Comisión, presidida por la Juez Internacional belga Mariette Withages, presidenta a su vez de la Asociación Internacional de Jueces.
La princesa Haya de Jordania, presidenta de la FEI, sucesora de Doña Pilar de Borbón, ha solicitado la dimisión de todos los miembros de la actual comisión de Doma Clásica de la FEI, entre los que se encuentra la directora del departamento de Doma Clásica de la Federación Española, Bobby Fernández de Bobadilla, el juez internacional alemán Dieter Schuele, la amazona alemana Mónica Teodorescu, el juez italiano Enzo Truppa y la juez internacional belga Mariette Withages, quien preside la comisión.
En una carta abierta con fecha del 3 de noviembre de 2008, la princesa Haya de Jordania acusa a la Comisión de Doma de “falta de transparencia en sus actuaciones”. También menciona el “mal papel de los Jueces en Hong Kong”.
El nuevo presidente ejecutivo de la FEI, David Holmes, respalda las declaraciones de la presidenta y acusa también de “inflexibilidad” a la Comisión de Doma Clásica. Además, alega que los jinetes “no se encuentran bien representados por la actual Comisión de Doma”.
Carta real
La carta de la princesa, que comprende varias páginas, es una contestación a una carta del 31 de octubre firmada por la comisión de Doma Clásica, en la que se pedía una aclaración sobre una reciente entrevista en la que la Princesa cuestionaba públicamente la viabilidad de la disciplina de Doma Clásica en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, debido a la insatisfacción general del COE con los jueces de Doma Clásica.
Tras la carta llegó la reacción de la actual directiva de la FEI y su indignación con la Comisión, alegando que con los miembros que la integran “no se puede trabajar”, al tiempo que su dimisión. Sin embargo, Haya de Jordania no puede tomar esta decisión sola, la comisión de Doma Clásica ha sido votado democráticamente y no le compete a la Presidenta de la FEI su sustitución.
Duelo abierto
Los altos cargos de la Doma Clásica internacional han abierto un duelo ante el gremio de los aficionados de la disciplina. El consejo de la FEI respalda la carta y la posición de Haya de Jordania, la que se encuentra también aparentemente apoyada por el Club Internacional de los Jinetes (IDRC), presidido por la veterana amazona Margit Otto Crepin. Sin embargo, el representante en la comisión de esta asociación, la amazona Mónica Teodorescu, también se ha negado a dimitir y no está conforme con las imputaciones que hace Haya de Jordania, al tiempo que niega las declaraciones realizadas por Otto Crepin y asegura que los jinetes no han sido consultados al respecto y que en ningún momento tales declaraciones reflejan el sentir de los mismos.
La española Beatriz Ferrer-Salat ha mostrado claramente también su rechazo a estas declaraciones de Otto Crepin en nombre de la IDRC. Isabel Werth ha hecho alusión a que “la Comisión puede hacer mejor o peor su trabajo pero que para su sustitución hay procedimientos democráticos establecidos en los estatutos de la FEI que hay en todo caso que respetar”.
El origen del malestar
Se rumorea que el catalizador de la actual situación tiene su origen en las quejas y reclamaciones realizadas por el entrenador y marido de la amazona Anky van Grunsven, Sjef Jansen, que solicitó a principios de año la sustitución de determinados jueces que juzgaron en Hong Kong, petición denegada por la actual Comisión de Doma Clásica. Hay que recordar que fue precisamente este entrenador quien solicitó hace un tiempo la exclusión del reputado Juez Internacional Christoph Hess de la lista de jueces oficiales de la FEI a raíz de una llamada de atención que el juez había hecho a la amazona Anky van Grunsven al ver entrenar su caballo en una continua posición de hiperflexión.
La hiperflexión produjo en su día una gran polémica en el ámbito de la Doma Clásica Internacional acerca de su carácter dañino para la salud del caballo, un debate que se focalizó sobre todo entre holandeses, partidarios de van Grunsven, y alemanes, partidarios de su no uso.
Esto supone pues el enfrentamiento deportivo de Holanda y Alemania en el cuadrilongo, desencuentro que también parece haberse llevado al campo de los jueces. El juez que ha dado alas sin quererlo a las reivindicaciones de Sjef Jansen ha sido Gotthilf Riexinger, un juez alemán al que se acusa de extrema parcialidad en las puntuaciones a favor de Alemania y en contra de Holanda.
Lo cierto es que el aparente poder de influencia y reivindicación que ostenta el entrenador holandés ha quedado patente. No se termina de comprender muy bien cómo un entrenador puede exigir que se quiten o pongan jueces, o provocar una crisis institucional como la actual.
Una de las críticas en las que más se ha centrado tanto la Presidenta de la FEI como el propio Sjef Jansen sobre Marriette Withages ha versado sobre la inoportunidad de convocar una reunión con los jueces oficiales y con los jefes de equipo de los primeros clasificados en Hong Kong a altas horas de la madrugada y tratar sobre el sistema de puntuación durante los Juegos. Lo que no se suele decir es que las pruebas terminaban alrededor de las doce de la noche y que al llegar a la Villa Olímpica era todavía más tarde, lo que despeja toda duda sobre si se trataba o no de una reunión semiclandestina tras la prueba de Gran Premio.
La presión llevó a Withages a convocar esa reunión que, como ella misma después ha admitido, “no fue seguramente la más feliz de las ideas, porque donde se intentaba rebajar la tensión, se consiguió dar una estupenda excusa a la acusación de irregularidades”. Todo ello, sin tener en cuenta que la Comisión de Doma Clásica no estuvo en ningún momento involucrada en este asunto, y que, en su caso, se trataría de una actuación de Marietta Withages y no de la Comisión que preside o de la Asociación Internacional de Jueces, que también preside.
La Doma, tocada
Tras los Juegos olímpicos, y ante las sucesivas acusaciones, se realizó un rigurosa investigación sobre la actuación de los Jueces en Hong Kong que concluyó que las puntuaciones habían sido correctas y que no se había incurrido en irregularidad alguna. Con la intención de rebajar la tensión de nuevo, el juez holandés Ghislain Fouarge y Mariette Withages realizaron en una entrevista al medio especializado holandés Hoefslag unas declaraciones en las que decían que “tanto Sjef Jansen como el entrenador nacional holandés habían ido demasiado lejos en esta ocasión”. Tal entrevista sirvió de base para que Sjef Jansen demandara en la vía judicial civil a los autores de la misma por los daños y perjuicios ocasionados a su persona, ya que tales declaraciones en su contra le produjeron la cancelación de importantes contratos. Aún no hay sentencia al respecto, pero la lucha entre Sjef Jansen y la Comisión de Doma continúa.
No se entiende en qué beneficia a la Princesa Haya haber tomado partido por uno de los bandos ni la forma en qué lo ha hecho, cuando sus intereses particulares parecen estar más cerca del Raid.
Los sables están en alto. Dentro de unos días se reúne en Argentina la Asamblea General de la FEI, a la que asistirán todos los representantes de las distintas federaciones y responsables del sector, en la que casi con seguridad la actual Comisión de Doma será revocada de sus cargos. Por lo pronto, se ha nombrado ya una nueva comisión interina formada por el gerente holandés Frank Kempermann, por el estadounidense Robert Dover y por inglés Richard Davison.
El daño a la Doma Clásica ya está hecho. Ahora solo falta ver cómo evolucionan los acontecimientos y si Haya de Jordania y su comité ejecutivo logran reunir en torno suyo al los apoyos que la llevaron en su día a la Presidencia.