Estudios genéticos en caballos

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La genética no es una ciencia nueva, el primero en estudiarla fue un monje austriaco llamado Gregorio Mendel, que realizó estudios en plantas en 1856, aunque no fue reconocido hasta 1900 por diversos científicos. En 1911 el genetista estadounidense Thomas Hunt Morgan demostró la teoría cromosómica de la herencia, en estudios hechos con la mosca de la fruta. Posteriormente en 1951 los científicos Wattson y Crick describieron la estructura de la molécula de ADN donde están codificados los genes. Así llegamos hasta 2006 donde todo el genoma del caballo está secuenciado y publicado en internet. Conocer la secuencia génica del caballo no significa que conozcamos la expresión de todos los genes, ya que en esto intervienen varios factores.

Para hablar de genética hay que dominar varias palabras propias de esta ciencia. La primera es genotipo como el conjunto de genes que tiene un caballo. La segunda es fenotipo, que son las características que vemos de un caballo (capa, musculatura, aplomos, carácter, etc.). El fenotipo depende el 50% de la carga genética y el 50% del ambiente (alimentación, clima, manejo, etc.). Los genes vienen en pareja, uno del padre y otro de la madre. La unión de estos genes puede darse como:

a) Homocigotos (los dos genes son iguales) con variedad dominante (representando con letras mayúsculas) o recesiva (representando con letras minúsculas).

b) Heterocigotos (son genes diferentes, un dominante y un recesivo). La unión de estos genes en forma dominante o recesiva, homocigotos u heterocigotos, son los que determinarán las diferencias fenotípicas (el exterior del caballo).

Los estudios genéticos los podemos dividir en tres categorías:

• Estudios de identificación parental y racial.

• Estudios para la detección de enfermedades. Nos indican caballos portadores de alguna enfermedad que puedan trasmitir a su descendencia.

• Estudios para determinar las características externas. La capa del caballo, el temperamento, la capacidad para realizar aires laterales (ambladura) y el desarrollo muscular.

Cómo usar estas pruebas genéticas

El uso de estas pruebas dependerá de lo que busque el propietario. La más utilizada es la determinación de la capa genética del caballo. Importante para orientar los cruzamientos y obtener una determinada capa. Por ejemplo, los caballos tordos tienen un gen dominante que impide que se exprese el resto de genes, pero si el caballo es heterocigoto hay un 50% de probabilidad de que la cría sea de otra capa. Dependiendo de su carga genética podemos estimar la probabilidad de obtener la capa que deseamos, recordando que es igual de importante conocer la genética del otro ejemplar.
Los exámenes genéticos de enfermedad son muy importantes en razas o líneas con un alto grado de consanguinidad (cruces entre medios hermanos, abuelos-nietas, etc.). Estos cruces potencian tanto las cualidades buenas como las malas y se han usado desde hace tiempo para fijar características. Así, dos animales sanos pueden ser portadores de una enfermedad, que si es un gen recesivo solo se manifiesta al cruzarse. También, en ciertas razas hay animales portadores de la enfermedad que se manifiesta de forma dominante, los cuales deben ser rechazados para la reproducción, ya que esa característica será incluida en toda la descendencia.

Por último, y los más difíciles son los que determinan cualidades deportivas, como el temperamento, donde se ha observado que hay caballos más curiosos y otros que tienden más a la huida y la conservación. En caballos de paseo es deseable el primero ya que será un animal equilibrado, aunque esto se puede extender a muchos deportes ecuestres, ya que un caballo tranquilo gastará menos energía al no estar en tensión muscular constante. El gen que contrala la masa muscular es muy importante en deportes de rapidez, ya que en estos es necesaria una contracción rápida y corta de las masas musculares. Se ha utilizado en caballos Pura Sangre Inglés para determinar cuál es la mejor distancia para correr dependiendo de su musculatura, algo difícil de conocer cuando llevan poco tiempo en entrenamiento. Por último, la genética del paso se ha utilizado principalmente en razas que muestran un paso llamado de ambladura, el cual es un desplazamiento de la extremidad anterior y posterior al mismo tiempo (paso como los camellos) que en ciertas razas es deseable y en otras se considera un defecto.

Tabla 1.- Genética de capas. Algunos genes de capa cuando se presentan los dos genes iguales dominantes o recesivos producen alteraciones que producen la muerte del potro. El dominante incompleto es aquel que solo se manifiesta cuando existen homocigotos. Existen más capas genéticas conocidas, pero están descritas las raras

Tabla 2.- Enfermedades genéticas detectadas en diversas razas de caballos. El dominante incompleto es aquel que solo se manifiesta cuando existen homocigotos

Tabla 3.- Genes relacionados con el temperamento y el rendimiento

Conclusión

Conocer la genética del caballo ayuda en la toma de decisiones, tanto en el momento de escoger reproductor como a la hora de determinar las cualidades para el deporte. Si bien esto no nos garantiza el éxito, sí es una herramienta con la cual nos aseguramos que el 50% de los factores para el mismo son conocidos, el otro 50% dependerá del ambiente (cría, alimentación, entrenamiento, doma, etc.). No todos los estudios expuestos en este artículo están disponibles en España, su veterinario le puede indicar el laboratorio y tomar las muestras para su análisis.

Texto y Fotos: José Aldebarán – Veterinario


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